SINDICALISMO Y PRECARIEDAD UN DEBATE NECESARIO Y URGENTE  (El Viernes 7 de Abril, a las 19,15 h. en la carpa de las personas en huelga de hambre , instalada en la plaza 25 de noviembre de Bilbao – frente a la estación de FEVE de Abando)

Podemos definir al precariado en esta fase de capitalismo neoliberarl como un determinado grupo de la clase trabajadora con especiales relaciones de producción, donde la seguridad económica ya no está ligada a la empresa y se busca fuera del puesto de trabajo, con la captación de otras rentas como la RGI, no tienen una identidad ocupacional, asumen gran cantidad de trabajo no remunerado, tienen una baja movilidad social, tienen sobrecualificación, incertidumbre y pobreza que obliga a aceptar trabajos mal pagados.

El modelo neoliberal, crea una economía de mercado, donde las personas más competitivas tienen recompensas y por lo tanto unas son las ganadoras y otras las perdedoras; éstas deben estar convencidas que la culpa es suya.

Actualmente se están dando nuevas formas de acción colectiva diferentes a las que predominaron en el pasado, donde ha fracasado el modelo de los viejos sindicatos, porque el centro de trabajo ya no es considerado central para la vida y la sociedad.

El precariado como clase emergente mediante la acción colectiva está luchando por su reconocimiento (Por ejemplo las Kellys), por la representación, por tener una voz independiente que reivindique sus derechos y por la redistribución de la riqueza para garantizar su seguridad económica.

El sindicalismo de clase se debe reestructurar y relegitimar. Los sindicatos tenemos dificultades en adaptarnos a la nueva realidad, ya que la sociedad mayoritariamente y sobre todo las personas jóvenes, tiene la impresión de que los sindicatos representan a los intereses de las personas trabajadoras con puestos de trabajo fijos y bien remunerados, basando su acción en la defensa de los convenios colectivos conquistados.

Hace falta un programa político para el precariado. El viejo sistema se está desmoronando: bajos salarios, las pensiones, la sanidad, la enseñanza, etc. El cambio solo puede venir si actuamos, no simplemente nos quejamos. El triunfo solo acontecerá cuando el precariado se haya abolido a sí mismo.

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