La realización de Horas Extras, y más con el paro que soportamos, es una actitud totalmente insolidaria.

Las extensiones de jornadas son un mecanismo más que utilizan empresas como la nuestra para mantener a las plantillas en unos niveles mínimos de recursos ycomprar la voluntad de l@s trabajadorxs.

Continuamente nos solicitan cantidades excesivas de horas extras que a veces superan los márgenes establecidos en los  convenios, tratando de justificarlas con datos poco objetivos y/o tramposos.

Enredad@s en esta vorágine de horas, se prefiere obviar que no es normal que la empresa recurra permanentemente a este mecanismo y aunque la decisión de venir o no sea voluntaria para el o la trabajadora, se acaba asumiendo desgraciadamente por una parte de la plantilla como un nivel adquisitivo que no se corresponde con la realidad económica, sirviendo además de válvula de escape a la lucha por la mejora de las condiciones salariales. En este entorno, resulta fácilmente doblegable la voluntad del o la trabajadora, que renuncia antes a la lucha por mejorar sus condiciones de trabajo que a las posibilidades económicas que le proporcionan las horas.

Los efectos nefastos de las horas extras, independientemente de que se puedan aplicar todos a nuestra empresa en particular, son innegables: Reducciones de plantillas, aumento de la precariedad, empeoramiento de las condiciones de trabajo y una vuelta de tuerca más en la consolidación de la insolidaridad entre l@ss trabajadorxs.

 

LAS  HORAS  O  LA  VIDA:  EL MAYOR ROBO DE LA HISTORIA

Cada semana se realizan en las empresas del estado español más de seis millones y medio de horas extraordinarias, aquellas que se trabajan por encima de la duración máxima de la jornada fijada en el convenio colectivo o en el contrato. Tiempo hurtado al descanso, a la lectura, a la compañía y cuidado de las personas queridas, a pasear, a escuchar, al juego, a hacer el amor, a vivir. Tiempo entregado, y aquí está lo más sangrante, sin apenas compensación en gran parte de las empresas:  “Se están utilizando las horas extra como si fueran obligatorias, así como se están utilizando igualmente las llamadas ‘horas complementarias’, lo que permite alargar las jornadas de l@s trabajadorxs.

Las horas extraordinarias son en la actual coyuntura un mecanismo para variar ritmos de trabajo y conseguir una producción “a la carta”. En su opinión, persigue un doble objetivo: ahorro para los empresarios, al evitarles contrataciones que de otro modo serían imprescindibles, y precarización del mercado de trabajo, por cuanto contribuyen a una mayor tasa de desempleo.

“Hay una absoluta coacción por parte de las empresas y la amenaza de no renovación del contrato o del despido”   Del total de horas extraordinarias que realizaron las plantillas el año pasado, prosigue el informe, un 52% no se remuneraron. Un peso que ha crecido 14 puntos desde 2008. En la otra cara, las horas extra pagadas han perdido ese mismo peso en este tiempo.

Por sectores de actividad y ocupación, según la estadística del INE, las horas extraordinarias en 2015 se concentran en técnicos y profesionales científicos e intelectuales; trabajadorxs de los servicios de restauración, personales, protección y vendedorxs, técnicos y profesionales de apoyo.

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