Tras la progresiva liquidación de los PAC (Puntos de Atención Continuada) y la reducción de horarios de atención en otros centros de salud durante dos meses de este verano en toda la Comunidad Autónoma Vasca, de nuevo se vuelven a repetir los recortes.
Así, la OSI (Organización Sanitaria Integral) de Basurto, que corresponde a Bilbao, tiene previsto que todos los Centros de Salud de esta OSI cierren a las 17 horas, con la excepción de los Centros de Bolueta, Karmelo y Zorroza que permanecerán abiertos hasta las 20 horas. A estos últimos hay que sumar, abiertos también hasta las 20 horas, los de Rekalde, Indautxu, Deusto y Begoña con carácter de apoyo. La medida se implantará en los periodos del 6 al 10 de diciembre y del 24 de diciembre al 7 de enero. De la misma forma estos recortes se están extendiendo a otras OSIs de la CAV.
Una vez más utilizan la excusa de los descansos del personal sanitario y la falta de recursos humanos, es decir de trabajadores y trabajadoras. A Osakidetza y al gobierno de Gasteiz no les importa nada el tantas veces denunciado problema estructural de la falta de medios y de personal de la Atención Primaria, ni tampoco ahora cuando estamos asistiendo a un fuerte recrecimiento de los contagios por la pandemia, la falta de vacunación de algunos sectores como la de los niños y niñas de 5 a 12 años, o el llamamiento a ponerse la tercera vacuna a las personas mayores de 60 años. ¡Menos mal que contamos con una Osakidetza excelente según el gobierno de Gasteiz! ¡Si no fuera por el sobreesfuerzo de sus trabajadores y trabajadoras cómo andaríamos!
Ahora, el problema se vuelve a agudizar por el aumento de hospitalizaciones e ingresos en las UCIs (Unidades de Cuidados Intensivos) a causa del alto número de personas contagiadas con motivo de la escalada de la sexta ‒ya no se sabe ni cuántas son‒ ola de la pandemia.
Como hay que priorizar la atención a las personas contagiadas por la epidemia y no se cuenta con personal suficiente, las personas con enfermedades crónicas o que no sean muy graves, van a ver retrasada la prevención y seguimiento de sus patologías. Los paganos de esta situación ‒una vez más‒ los servicios y plantillas de los centros de atención primaria y las personas pacientes que necesitan de sus servicios y atención.
Los y las profesionales de los centros de salud vienen denunciando sistemáticamente el problema estructural de Osakidetza por la escasez de plantillas, sobre todo en la atención primaria. ¿Cuántos de los 4.000 profesionales que pasaron al paro o listas de espera de Osakidetza, después de la última oleada de la pandemia, han sido recuperados? Realizaron grandes esfuerzos y adquirieron mucha experiencia en los periodos más duros de las anteriores olas de la pandemia.
Se pidió y exigió al gobierno de Urkullu, a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui y a la dirección de Osakidetza que incorporara a esos trabajadores y trabajadoras para cubrir debidamente las necesidades existentes y estar preparados para nuevas olas de pandemia.
Pero previeron y calcularon irresponsablemente que la pandemia estaba vencida y que no asistiríamos a nuevas oleadas como la que estamos conociendo. Solo les importa gastar cada día menos dinero en Osakidetza y todo tipo de servicios públicos, de tal manera que sectores crecientes de la sociedad ‒claro está, aquellos que puedan‒ acudan a servicios privados.
