Esta investigación proporciona pruebas incuestionables de que las violaciones, las torturas y el asesinato forman parte estructural del sistema de funcionamiento de las cárceles, no solo en Rusia, sino en los territorios ocupados del Donetsk. A los testimonios del citado Osechkin se suman los de varios jóvenes anarquistas de Rusia que han tenido que salir huyendo de su país y refugiarse en Kiev para no caer en las redes del FSB, heredero directo del KGB.
