La última reforma laboral ha supuesto la universalización del contrato indefinido “barato” y la transferencia de dinero de las arcas públicas a manos empresariales a través de subvenciones y bonificaciones. Los contratos de trabajo decrecen en derechos gracias a la subcontratación, la indefinición de la obra, la vinculación laboral a los contratos mercantiles, las Uniones Temporales de Empresas o los falsos autónomos, imponiéndose la dramática moda de los Expedientes de Regulación de Empleo como forma “tranquila” de despido colectivo, y muchas veces paso previo a la deslocalización y al cierre de empresas que están asolando la vida de miles de familias y que con el implacable proceso de privatizaciones son aspectos fundamentales del proceso de precarización de la sociedad. ( … )