Marisa Castro
Ekologistak Martxan
https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/el-gobierno-vasco-declara-la-emergencia-climatica-lenta
Dicha declaración es muy escasa, casi declarando una emergencia «lenta». Habla de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, pero esto es demasiado tarde
Parecerá extraño que digamos esto, después de la declaración institucional del Gobierno Vasco del día 30 de julio, reconociendo la emergencia climática. Este reconocimiento nos parece algo muy necesario y urgente, haciendo énfasis en la gravedad de la situación en que nos encontramos. Sin embargo nos parece muy escaso e incoherente con la forma de trabajar local que está tomando el Gobierno.
La semana anterior, los días 23 y 24 de julio, se debatió en Berango y Sopela, por primera vez en Euskadi, la moción sobre la emergencia climática presentada por la Alianza por la Emergencia Climática. En ambos casos el PNV, con la ayuda de su socio de gobierno, el PSE, votó en contra de la propuesta, leyendo la misma carta en la que dejaba muy claro que iba a hacer precisamente lo contrario de lo que pedíamos: no empezar a trabajar en el tema a nivel local y esperar a decisiones de instituciones superiores, caso de la Ley de Cambio Climático del Gobierno Vasco, que lo hará como muy pronto en seis meses, más lo que tarden en hacerla efectiva… ¿Qué son seis meses en los únicos once años que tenemos antes de que el cambio sea irreversible?
Al hacer esto negaron la ciencia, al Ipbes y al IPCC, y la evidencia: que Euskadi tiene cada vez más episodios de calor extremo y más prolongados, con precipitaciones cada vez más fluctuantes. Es urgente tomar decisiones valientes y vinculantes en la educación y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Negaron la importancia de impulsar la economía local y de proximidad; los cambios en movilidad sostenible con recursos compartidos, transporte público y aumento de desplazamientos activos en bicicleta y caminando.
La ONU, en su Programa para un Mejor Futuro Urbano (ONU-Hábitat) sostiene que «las ciudades, en conjunto con las autoridades locales, tienen el potencial de disminuir las causas del cambio climático y protegerse de forma efectiva de sus impactos». Sin embargo, aquí se volvió a recordar que importan más las empresas y sus ganancias que nuestros hijos y nietas, el dinero que la vida, humana y no humana, en el planeta. Con la excusa de que aceptarlo es alarmista –cuando la ciudadanía ya está sobradamente alarmada– no nos deja ponernos a trabajar cuanto antes, desde el nivel local al más global. En ambos casos las mociones fueron presentadas a pleno por los grupos locales de Elkarrekin Podemos y el voto a favor de EH Bildu.
El PSE dejó muy claro que en todos los niveles de las instituciones vascas van de la mano del PNV, y el mismo partido que en otros ayuntamientos ha aprobado la misma moción, como por ejemplo en Sevilla, en la que salió adelante por unanimidad, en Bizkaia cerró las puertas a la realidad.
Así las cosas, una semana después tuvimos respuesta a todas las dudas que nos generaba esta negativa constante. Parecía que el lehendakari había dedicado toda la semana a leer a los científicos y por ello había declarado ¡la emergencia climática en el Gobierno Vasco!
Sin embargo, la realidad es tozuda. Dicha declaración es muy escasa, casi declarando una emergencia «lenta». Habla de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, pero esto es demasiado tarde. Nosotras pedimos 2040 e incluso 2035 si es posible, puesto que para que sea una transición justa y solidaria quienes más hemos contaminado deberíamos alcanzar la neutralidad en emisiones mucho antes. En una región donde las últimas estadísticas de Eustat nos dicen que estamos aumentando casi un 5% las emisiones, donde las emisiones per cápita son un 20% superiores a las del promedio del Estado, donde la cuota de renovables en el consumo final bruto es un 20% inferior a la del Estado y al promedio europeo, y donde el 70% de la población respirábamos aire contaminado en 2018… Es una declaración sin medidas ni presupuestos concretos, en las que en ningún momento se habla de empezar a hacer trabajos desde la base, de eficiencia energética, de sanciones a quienes no cumplan, y mucho menos de reducir consumos.
Esperamos que después de esta declaración institucional, el PNV y su socio PSE empiecen a aplicarlo a todos los niveles, comenzando por pedir disculpas y aceptarlo en los municipios donde se denegó, parando todos los megaproyectos fósiles que generarán cambio climático como el AHT/TAV, la Supersur o las incineradoras, y empiece a proteger a las especies y sus hábitats como el Bolintxu, por citar solo algunos de lo muchos ejemplos que afectan al clima y la biodiversidad.
Vamos, que después de escuchar esta declaración parece que ya vivimos en un sitio donde tenemos tiempo de esperar a ver qué hace el Gobierno Vasco, pensando en sustituir una tecnología por otra y ejecutando de forma lenta lo único que hay que hacer rápido ahora mismo: actuar para resolver la emergencia climática.
Que nos podemos ir a tomar el sol y el fresco a la playa y esperar a que el clima cambie; y ya no tendremos que generar emisiones viajando de vacaciones a Benidorm, porque el clima mediterráneo habrá llegado hasta aquí.