Hace un año teníamos expectativas de cambio del nefasto gobierno de Rajoy, donde se atacó duramente a la clase trabajadora en sus derechos laborales y rentas salariales, se aumentó la precariedad con la contratación eventual y a tiempo parcial, atacando sobre todo a las personas más vulnerables: mujeres, emigrantes, incapacitadas y jóvenes.  Nada ha cambiado, sino que ha empeorado; así el derecho de huelga ha sido vulnerado por el tribunal Supremo al legalizar el esquirolaje.

Mientras estamos evidenciando con claridad la corrupción, el clientelismo,  el saqueo de las arcas públicas, el aumento de la deuda, el deterioro de los servicios públicos como la enseñanza y la sanidad, los desahucios que no cesan, el aumento de la pobreza con la subida de los productos básicos y la desigualdad, las élites financieras y empresariales aumentan espectacularmente sus beneficios, a costa de la explotación laboral, la bajada de impuestos, los paraísos fiscales y la especulación. El Parlamento Vasco mientras recorta la RGI, aprueba unos presupuestos con bonificaciones y subvenciones generosas con los empresarios.

El “asalto político a las instituciones” ha quedado en palabras más gruesas en el parlamento y en los medios de comunicación. Poco o nada podemos esperar de la lucha institucional, de los de antes compañeros y compañeras de lucha. Queda claro que si queremos recuperar lo perdido tenemos que pasar a la ofensiva aumentando la conflictividad en la calle y en las empresas.

Poco podemos esperar de los sindicatos institucionales, ya que solamente están interesados en mantener el poder sindical. Nos dicen que ahora van a impulsar la movilización, pero para el “pacto social y el favor empresarial”. Lo mismo de los sindicatos nacionalistas que con su lenguaje de “izquierdismo jesuita”, se mueven por lo propio en vez de lo común. Y aunque se compartan objetivos, no se lucha en unidad y solidaridad con el resto del estado, como ha pasado en la huelga de enseñanza contra la LOMCE.

Para CGT-LKN es prioritario conseguir reactivar la movilización, pasar a la ofensiva mediante la lucha continua y sostenida en el tiempo, para derogar las reformas laborales, la de las pensiones y las “Leyes Mordaza” como medio para conseguir recuperar el poder político para la clase trabajadora, acabar con el trabajo precario y conseguir salarios y pensiones dignas y asegurar una Renta Básica para todas las personas en paro o que no puedan trabajar.

Secretariado Permanente de la CGT-LKN Euskal Herria

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