El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la intención de los socialistas de poner fin a leyes aprobadas en la época del Partido Popular, en concreto la reforma laboral y la denominada Ley Mordaza en el cierre del 40º Congreso Federal del partido en Valencia y el Presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, ha advertido el lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que no encontrará a la patronal en la derogación de la reforma laboral.
Garamendi dijo: «si lo que vamos a hablar es de mejorar normas, si de lo que vamos a hablar es sentarnos en una mesa para dialogar, para escucharnos pero para trabajar fuera de la política, nosotros estamos encantados de sentarnos» porque, «nosotros no nos dedicamos a la política».
El presidente de la patronal española matizó que si bien «si lo que se va a hacer es derogar, como dice, la reforma laboral, que la haga quien la tenga que hacer pero que no cuente con nosotros». En este sentido, reiteró que «es así» y subrayó que la CEOE tiene «claro» que con esa reforma laboral se crearon empleos con crecimientos de menos del 2 por ciento y apostilló que «ese es un dato que está ahí». «Se crearon tres millones de empleos y pensamos que, de hecho, parte de esa recuperación que estamos teniendo es gracias a esa reforma laboral que está en vigor». Para Garamendi parece ser que tanto la precariedad y la eventualidad laboral no existe.
Parecer ser que para Pedro Sánchez tampoco existió la reforma laboral del PSOE de Zapatero del 2010, la da por buena, olvida que esta reforma dio origen a una Huelga General en todo el Estado el día 29 de Junio de 2010 convocada por todos los sindicatos.
Esta Reforma laboral facilitó el camino a la Reforma Laboral del PP ya que en esta: se facilita, abarata, agiliza y se financia con fondos públicos el despido, se rebajó la indemnización por despido improcedente a 33 días, se permitía en caso de demasiadas bajas por enfermedad el despido, se rebajó el control judicial del mismo, se permitió la extinción del contrato para prevenir supuestas evoluciones económicas negativas a futuro. Se suprimió la declaración de nulidad del despido objetivo por incumplimiento de los deberes formales del mismo, alentando de esta forma su utilización fraudulenta.
Se rebajaron los períodos mínimos de negociación obligatoria, así como los contenidos y la mínima capacidad de contrapoder sindical, permitiendo igualmente la modificación, sin acuerdo sindical, de los acuerdos de empresa. Se permitió una absoluta flexibilización de los elementos básicos del contrato de trabajo, obviando la conciliación entre vida laboral y familiar.
Se creó un Fondo de Capitalización, para abonar indemnizaciones establecidas en la legislación laboral. Se avanzó en la privatización de los servicios de empleo y se permitió el acceso del empleo precario por medio de las ETTs en prácticamente todas las actividades, incluyendo las propias Administraciones Públicas.
Esta reforma laboral del PSOE se comenzaron a sepultar las conquistas que los trabajadores habían logrado por medio de heroicas luchas en los últimos anos de la Dictadura y tras la muerte de Franco. La precariedad y la eventualidad, la caída de las condiciones laboral, el debilitamiento del poder sindical, se profundizó mucho más con la Reforma Laboral del 2012 de Rajoy, que ahora de nuevo Sánchez dice o promete, que va a “derogar”.