Los límites del sindicalismo tradicional

En 1985 los trabajadores tenían a través de sus sueldos el 67% del PIB, es decir, de todo lo que producía el país que se pudiera contar en dinero, tenían ese porcentaje. En 2022 ese porcentaje había caído al 47%.

 

Si tenemos en cuenta que el PIB español en 2022 es un billón 250 mil millones de euros eso quiere decir que la pérdida de 20 puntos en la remuneración de los trabajadores significa la pérdida de 224 mil millones de euros para los bolsillos de los trabajadores, lógicamente, ese dinero ha sido trasladado a la cuenta de resultados de las empresas sobre todo las grandes empresas multinacionales y los bancos.

Ese fabuloso porcentaje de 1983 se consigue después de una década de lucha sindical y política en mitad de la gran crisis de petróleo que comienza en 1973, y sin embargo los trabajadores españoles triplican sus sueldos respecto al beneficio empresarial.
Desde entonces hemos escuchado, como un mantra que se ha introducido en la cabeza de la mayoría, que no merece la pena hacer nada porque no sirve para nada y nada se consigue salvo problemas.

Hace unas semanas las trabajadoras de Inditex de Galicia y Madrid han conseguido un aumento del 25% a través de una huelga organizada por el sindicato CIG (confederación intersindical gallega) y CGT.

 

Hablamos de sindicatos que tiene claro que la LUCHA RENTA, que el CONFLICTO RENTA.

¡y tanto que renta!… el 25% del sueldo. No está mal.

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