La iniciativa 1:12 que arrancó en Suiza en 2009 por el impulso de una persona de 28 años, logró las 100.000 firmas necesarias para que su propuesta llegara al Parlamento suizo. La profundidad democrática del sistema político de aquel estado hace que el próximo 22 de noviembre la iniciativa 1: 12 se someta a Consulta popular.
A la iniciativa, con principios similares a otras que arrancan en Gran Bretaña o Francia, se la conoce como: “Salarios justos” y es que, cuando el Banco UBS (de los más grandes del mundo) fue rescatado en 2009, un grupo de personas se cuestionó por qué los directivos de esa empresa cobraban bonus mientras su banco se hundía.
Se trata simplemente de asumir que la persona que más cobra en una Entidad no puede percibir más en un mes que lo que la persona, que menos cobra en la misma empresa, percibe en todo el año. De ahí lo de 1:12.
En 1984, la proporción era de 1:6
En 1988, 1:13
En 2012 1:93
Para verlo en perspectiva cercana, en la Banca española, donde el salario menor es de 23.083 €/año, ningún directivo debiera cobrar más de 276.996 €/año. Desde luego, algo totalmente alejado de la realidad actual, donde no sólo ya los banqueros cobran varios millones de euros al año, sino que la Alta Dirección y Directivos no tan altos, pasan con creces actualmente esa cifra y hablamos de personas sujetas al Convenio Sectorial.
La iniciativa suiza la han hecho suya los parlamentarios socialistas suizos (parecido a los de aquí ¿eh?), que además añaden que resulta preciso establecer también una proporción salarial entre los distintos Sectores. Por qué, un camarero que nos sirve la comida, debe cobrar la mitad que un bancario que nos vende sartenes. Por qué un maestro debe cobrar el doble que quien cuida a un anciano en un geriátrico privado, etc. En 2012, la relación retributiva en Suiza entre clase alta y clase baja era de 1: 73
Esto sería un Pacto de Rentas y, desde luego, es en buena medida responsabilidad sindical hacerlo posible. El coste del PIB español curiosamente presenta la media salarial de las más bajas de la UE (sólo por delante de Grecia y Portugal), pero si lo dividimos en décilas, la parte más alta de las Retribuciones no tiene nada que envidiar a la de Alemania o Gran Bretaña, cayéndose muy debajo la banda media y, sobre todo, la banda baja de nuestros salarios.
Una redistribución salarial (coste fijo regulado en Convenio y coste extra-Convenio) del actual coste de lograr el PIB, representa por su propio impacto, una enorme mejora económica para la Sociedad: Mayor empleo, más ingresos vía impuestos directos e indirectos, menor gasto social en paro y pensiones no contributivas, más capacidad de ahorro básico con mejora en los márgenes de intereses para la Banca, lo cual beneficiaria los tipos de sus créditos, etc.
Es curioso como el Sindicalismo institucional español, que se reclama de “clase”, en lugar de algo tan básico como esto se haya dedicado, inclusive hasta el año 2010, a pactar anualmente el Acuerdo Marco de Negociación Colectiva, acotando en el correspondiente IPC, los incrementos Salariales nacidos de los Convenios, pero dejando total libertad a crecimientos exorbitados de las Retribuciones Extra-Convenio que lo han hecho en la bonanza y a comienzos de la crisis por encima de 5 veces el IPC anual. Nuestro Salario de Convenio genera inflación y el bonus, la incentivación y lo desregulado genera “riqueza”.
La CGT es el único Sindicato que en el Sector de Banca, en la bonanza y en la crisis, ha sostenido una posición contraria a la generalización y crecimiento de las Retribuciones Extra-Convenio. La CGT es el único Sindicato en el Sector Financiero que ha llevado las mismas a los Tribunales, con la oposición activa de los Sindicatos institucionales y la CGT ha sido el único Sindicato que en la crisis ha defendido en los distintos procesos de Rescate y Reestructuración de Cajas y Bancos, que no se podía permitir la destrucción de ningún puesto de trabajo (se llevan perdidos 33.000 empleos), mientras se mantenga la Incentivación y las Retribuciones por encima del Convenio.