«MUJERES LIBRES. VIII mes de la Revolución». Así se indicaba la fecha en la portada de la revista Mujeres Libres del mes de marzo de 1937, ahora hace 70 años.
8 marzo 2007
MUJERES LIBRES. VIII mes de la Revolución
«MUJERES LIBRES. VIII mes de la Revolución». Así se indicaba la fecha en la portada de la revista Mujeres Libres del mes de marzo de 1937, ahora hace 70 años.
Para Mujeres Libres la Revolución del 19 de julio de 1936, que el movimiento libertario puso marcha ya al día siguiente del alzamiento militar fascista del 18 de julio de 1936, en la que estaban viviendo y muy activamente participando en aquellos momentos, les había cambiado la vida. La clase obrera había salido a la calle para combatir el fascismo e hizo realidad la utopía libertaria de organizar una sociedad desde el pueblo y para el pueblo.
Este movimiento no surgió de forma espontánea, los antecedentes más próximos los podemos buscar en los movimientos anarquistas de final del siglo XIX y principio del XX.
Por una parte estaba la influencia de Proudhon (1809-1865), que decia que la función de la mujer era la de gestadora. La consideraba moral, intelectual y fisicamente inferior al hombre y había bastantes militantes anarcosindicalistes y anarquistas que compartían estas ideas. Además tenían a la mujer como una posible competencia en el trabajo y consideraban que tampoco tenía que participar en la lucha social por su falta de preparación cultural y política.
Bakunin (1814-1876) por otra parte, reivindicaba la completa igualdad de derechos y deberes para la mujer y el hombre. Este pensamiento se fue extendiendo entre los anarquistas, aunque era más a nivel teórico que práctico. Fue en el Congreso de Zaragoza de abril de 1872 donde se adoptó este criterio de Bakunin. La influencia de la Iglesia y los valores burgueses también fue nefasta para la mujer.
Muchas mujeres libertarias fueron entonces pioneras en la lucha por una sociedad basada en la solidaridad, la igualdad y la libertad.
Louise Michel (1830-1905), maestra racionalista, escritora y poeta. Afiliada a la Internacional, participó en la insurrección de la Comuna de París por la Revolución Social. Fundó con Sebastian Faure el periódico «Le Libertaire».
Emma Goldman (1868-1940), escritora y oradora lituana, dedicó su vida a luchar por la libertad y la justicia social en los diferentes países en que vivió. Se implicó en la Revolución Española de 1936 y fue portavoz de la CNT-FAI en el exterior.
Teresa Claramunt (1862-1931), trabajadora del textil, sindicalista, publicista, desterrada y encarcelada en diferentes ocasiones, fundó la Sociedad Autónoma de Mujeres, con Ángeles López de Ayala y Amalia Domingo.
Antonia Maymón, (1881-1959), anarquista, maestra racionalista, naturista, excelente pedagoga y apasionada por la libertad. Escribió en la mayoría de las publicaciones libertarias. Siempre fue consecuente en su pensamiento y la práctica en la vida cotidiana.
Hay muchas más mujeres libertarias que siguieron sus pasos y de las que iremos hablando en otros artículos, muchas de ellas desconocidas pero no menos importantes y a las que queremos dar a conocer para que su memoria no se quede en el olvido de la historia.
A finales de 1934 surgió en Barcelona el Grupo Cultural Femenino y casi al mismo tiempo Mujeres Libres en Madrid. De la fusión de estos dos grupos se formaron las Agrupaciones de Mujeres Libres de Madrid y Barcelona en julio de 1936.
En abril de 1936 Lucía Sánchez Saornil (Madrid 1895-Valencia 1970) y Mercedes Comaposada (Barcelona 1901-París 1994) deciden impulsar Mujeres Libres como un grupo específico dentro del movimiento libertario y publicar una revista que sería portavoz de Mujeres Libres, a este proyecto se unió Amparo Poch y Gascón (Zaragoza 1902-Toulouse 1968). La revista salió inmediatamente y se publicaron 13 números.
Lucía había escrito artículos en Solidaridad Obrera, denunciando la opresión que sufría la mujer, entre ellos una serie de artículos que llevaban por título «La cuestión femenina en nuestros círculos». Era consciente que el problema de la mujer proletaria en la sociedad burguesa era específico y diferente del problema del hombre proletario y por lo tanto requería soluciones específicas al margen de las resoluciones del problema de clase y que era necesario la creación de MUJERES LIBRES como una fuerza femenina consciente y responsable que actuara como vanguardia de progreso, con la finalidad de emancipar a la mujer de la triple esclavitud a la que estaba sometida: esclavitud de ignorancia, de mujer y de productora, como dicen sus estatutos de septiembre de 1937.
En agosto del 1937 se celebró en Valencia el Congreso de Mujeres Libres donde se constituyó la Federación Nacional de Mujeres Libres. Mujeres Libres plantearon el concepto de doble lucha: «La mujer debe, por un lado, luchar por una sociedad libertaria, es decir, lograr la abolición del sistema capitalista. Esta revolución debe ser llevada a cabo juntamente con el hombre. Pero por otra parte, la mujer está obligada a lograr su libertad interior, a alcanzar el reconocimiento de su igual valor y su igual derecho. A este concepto de doble lucha, corresponde la de la doble militancia, ya que solían estar en las dos organizaciones, Mujeres Libres y los sindicatos de la CNT.
Las actividades de Mujeres Libres fueron innumerables. Una de las fundamentales era la incorporación de las mujeres a los trabajos más urgentes para la guerra y su capacitación general y técnica. Participaron en las colectividades de las diversas industrias y en el campo. Especialmente importante fue la solidaridad, con visitas al frente, los hospitales de sangre, los talleres de confección, guarderías infantiles, ayuda a los refugiados, etc. La cultura era un de los objetivos importantes, capacitar a los maestros en la pedagogía racionalista, crear escuelas, organizar clases elementales, escuelas profesionales e institutos Mujeres Libres, para una preparación elemental o técnica, así como cursos preparatorios de enfermería, puericultura, etc.
En cuanto a las publicaciones, editaban la revista Mujeres Libres así como folletos de orientación social, cultural, pedagógica, etc., como «Niño», por la Dra. Amparo Poch; «Horas de Revolución» y «Romancero de Mujeres Libres», por Lucía Sanchez Saornil; «La composición literaria infantil» por Carmen Conde»; «Mujeres de las Revoluciones» por Etta Federn; etc.
Las Agrupaciones fueron creciendo en cada pueblo y cada barriada de las grandes ciudades, llegando a ser entre 20.000 y 28.000 mujeres. El trabajo que desarrollaron fue inmenso y acabó en 1939 por las armas del fascismo y la dispersión al exilio por Europa y América o el silencio obligado de las que se quedaron en el país.
Al principio de los años 60 algunas compañeras de Mujeres Libres forman un comité en París y organizan alguna actividad. En noviembre de 1964 en Londres, donde vivía Suceso Portales y con la ayuda de Sara Berenguer y otras compañeras comienzan a editar un boletín «Portavoz de la Federación de Mujeres Libres de España en el Exilio», posteriormente la redacción pasó a Béziers. En casa de Sara Berenguer, ella y Suceso Portales se encargaban de la redacción. Allí llegaban los artículos de los compañeros y compañeras dispersos por el mundo. El último boletín que publicaron fue el nº 47 de Noviembre-Diciembre de 1976 y curiosamente para esta ocasión elaboraron dos portadas diferentes. Estas compañeras nunca han dejado de trabajar por los ideales. Sara Berenguer sigue escribiendo y participando en todos los proyectos de compañeros y compañeras que piden su colaboración.
Ellas son nuestras referencia, nos ayudan a andar en el camino difícil del Ideal libertario y en este 8 de marzo 2007 queremos reivindicar su memoria.
Pilar Molina Beneyto Dones Lliures València-Fundació Salvador Seguí.
En: Noticia Confederal, CGT, febrero 2007
www.cgtpv.org/Noticia-Confederal-Febrer-2007.html