Está por encima de siglas y de Organizaciones, se trata de defender el derecho a la protesta y se trata
de defender a las que luchan por crear un mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
Concentrarse delante de una empresa para exigir que respete las condiciones laborales básicas (incluso habiéndolo comunicado a la subdelegación de Gobierno), repartir octavillas y gritar lemas con un megáfono, señalar públicamente a un empresario que no paga a sus trabajadores las horas extra… es delito según el Tribunal Supremo.