Tras este enero de 2023 que nos está dejando datos fatídicos de violencia machista, concretamente, 7 feminicidios y asesinatos en España (datos obtenidos de https://feminicidio.net/), debemos tomarnos en serio lo que se nos presenta: por un lado, una posibilidad de cambio en el panorama político estatal y, por otro lado, un 8 de Marzo a la vuelta de la esquina.
Estamos presenciando un apogeo de la extrema derecha que está inundando con sus ideales fundamentados en la vulneración de derechos (especialmente los de las mujeres y niñas) nuestro país. A la vez, estamos viendo cómo se está normalizando, incluso por parte de nuestro actual Gobierno (que algunxs bautizan “de izquierdas”), que se den casos de violencia machista o que incluso se hable de exageración o alarmismo, como hizo en unas declaraciones recientes Victoria Rosell, actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. Mientras, en la calle, en nuestra realidad, nos seguimos encontrando casos de violencia machista desgarradores, como “La manada de Castelldefels”. Este tipo de declaraciones desprestigian nuestra lucha y faltan el respeto a todas las víctimas de esta violencia, lo que acrecienta el poder de la extrema derecha que se llena de orgullo al ver que incluso “la izquierda” niega la violencia machista.
La violencia contra las mujeres ha sido, es y seguirá siendo una LACRA, esto es una verdadera PANDEMIA a la que hay que frenar en seco, a la que hay que hacer frente con uñas y dientes y no, cuatro voces de las cuatro de siempre no nos sacarán de nada, necesitamos ser TODAS quienes salgamos a la calle, necesitamos ser TODAS quienes paremos EL MUNDO ENTERO. Si no hay SORORIDAD, nunca jamás podrá darse el FEMINISMO.
Aleksandra Domontovich, o como normalmente se le suele conocer: Aleksandra Kollontái (apellido de casada), en uno de sus ensayos trata sobre el día de la mujer. En este ensayo expone ideas que bien podrían servirnos en la actualidad. Aleksandra define el objetivo de las obreras como la abolición de todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o de la riqueza. No es cuestión de conseguir los mismos derechos que los hombres, es cuestión de abolir todo tipo de opresión. Para las mujeres burguesas, los derechos políticos son un medio para conseguir sus objetivos más cómoda y seguramente en este mundo basado en la explotación de los trabajadores. Para las mujeres obreras, los derechos políticos son un paso en el camino empedrado y difícil que lleva al deseado reino del trabajo.
El día 8 de marzo debe ser un símbolo de unión entre las mujeres, no debe ser una fiesta, no puede ser una celebración. Aún hay mucho que trabajar, mucho que abolir. No podemos celebrar nada si no somos libres pues:
“Ninguna es libre hasta que TODAS seamos libres.”