Sigue pasando el tiempo y las reformas laborales de los gobiernos de Rajoy y Zapatero no han sido derogadas ni modificadas sustancialmente. Esto significa que las empresas siguen disponiendo de las mismas herramientas –que permanecen intactas– y que les permiten seguir destruyendo puestos de trabajo a toda máquina y precarizar aún más las condiciones laborales de la clase trabajadora.