Ha muerto el militante navarro Salvador Gurutxarri Otxoa

Ayer martes dia 13 moría en Girona y de manera repentina el anarquista Salva Gurucharri. Era un habitual de las tertulias de los sabados en la librería barcelonesa “La Rosa de Foc” en la calle Joaquin Costa. A la espera de que le sea practicada la autopsia, a petición de la familia, aun está pendiente el dia y la hora del entierro. Esta es una pequeña reseña biográfica de Salva, este falsecino con quien ya no vamos a poder debatir mas en su bar preferido de la calle Joaquin Costa. Que la tierra te sea leve “mohé”

Gurrucharri_salvador_tellez_Barcelone_1993

 

 

Salva (con gafas) con A.Tellez en la calle Joaquin Costa de Barcelona en  1993

Salvador Gurucharri Ochoa (Faltzes Nafarroa, 1936) ingresó en la sección londinense de la CNT y la FIJL en 1956, desde donde estableció lazos con las Juventudes Libertarias de París. Participó en el proceso de reunificación de la CNT en 1960 y en las fases preparatorias de Defensa Interior. Como secretario de la Comisión de Relaciones de la FIJL participa en la Comisión de Defensa. Fue detenido en 1963, en una macrorredada de las autoridades francesas contra medios libertarios, y asignado a vigilancia en París, donde integró la Comisión de Relaciones clandestina. En 1965 marchó a Bruselas para constituir la Delegación Exterior de la FIJL. Tras su vuelta a España en 1976 se situó en la corriente oficial sin participar en el desgarrador V Congreso. En los años noventa milita en la CNT de Cataluña desconfederada. Dirigió Solidaridad Obrera hasta 1999 y es autor Bibliografía del anarquismo español 1869-1975. Anotaciones para una bibliografía razonada (Barcelona, 2004).




ANARQUISMO ¿PASADO O FUTURO?

Una de las sorpresas que me ha deparado la publicación de El anarquismo en España son las entrevistas que diversas revistas me han ido solicitando en los últimos meses. La más reciente es la que ha aparecido en el último número de Números Rojos y que consiste en preguntar a tres «expertos» (José Luis Carretero, Carlos Taibo y yo misma) cuatro cuestiones sobre la vigencia del anarquismo.

Las preguntas tratan de dilucidar si la vieja utopía libertaria está vigente en la actualidad y se trasluce, de alguna manera, en los nuevos movimientos sociales del siglo XXI.

Os reproduzco mis respuestas porque los colores y el formato hacen ilegible su lectura reproduciéndolo en el formato de la revista.

¿Cree que, en general, el ideario anarquista clásico está vigente en la actualidad?

 

El ideario anarquista clásico, al igual que el de la izquierda clásica, me parece que no está vigente en la actualidad.

En Europa desde los años sesenta, el anarquismo, y toda la izquierda en general, entró en un proceso de crisis que es ahora, en el siglo XXI, cuando muestra su dramática dimensión. En España, el franquismo distorsionó esta cronología por la dura represión de la postguerra que asestó  un duro correctivo al anarquismo y el sindicalismo que lo condujeron al borde de la extinción. La crisis se produjo por la fractura de la tradicional asociación de la izquierda con el proletariado urbano que también disminuyó y se fragmentó. Cuando la viejaizquierda ya no pudo depender de las comunidades de la clase trabajadora porque cada vez representaba un porcentaje menor de la población, la llamadanueva izquierda se unió a los jóvenes de los años sesenta y no fue el interés de todos, sino las necesidades y los derechos de cada uno, lo que constituyó su base. El individualismo sustituyó a la comunidad y las reivindicaciones subjetivas de la suma de identidades sustituyeron a los propósitos sociales comunes. Los movimientos políticos desaparecieron sustituidos por el individualismo fragmentado de las preocupaciones particulares, incapaces de convertirlos en objetivos colectivos.

 

¿De qué estado de salud goza el anarquismo en la actualidad en España? 

 

Siempre ha sido muy difícil contar el número de personas adscritas al anarquismo por su tendencia a organizarse en pequeños grupos con actividades diversas y dispersas que no resulta fácil contabilizar.

Pero lo que está claro es que el anarquismo organizado ha desaparecido como fuerza social en la España de principios del siglo XXI. Desconozco la afiliación de la CNT, pero, al mantener su autonomía respecto al Estado y no participar en las elecciones sindicales, ha quedado reducida a una organización marginal desde el punto de vista sindical, mientras que la CGT que participa en las elecciones sindicales y los comités de empresa, cuenta con unos 5.000 delegados y alrededor de 60.000 afiliados.

 

¿Está presente el anarquismo en la esencia de muchos de los movimientos sociales producidos a raíz de la crisis?

 

Considero que los “ideales” anarquistas aparecen en propuestas asumidas por diversos movimientos sociales. Existe, lo que yo denomino, el “rastro de los ideales” ácratas y  se puede percibir en ideas o tendencias sociales que se han mantenido hasta el siglo XXI,  entre ellas encontramos  la libertad individual para regir el ámbito privado, centenares de miles de parejas viviendo su amor libremente, madres solteras que deciden encarar su maternidad en solitario, viviendo la sexualidad con libertad y sin tabúes. La mayor confianza en los cambios individuales o de pequeños grupos, experiencias de cooperación al margen de las instituciones, como el intercambio de trabajo y productos sustituyendo al dinero, la descentralización de las decisiones, la crítica de las desigualdades y de instituciones represoras y arbitrarias. La importancia de la educación y la sanidad públicas asumida en las luchas que en la actualidad mueven a las “mareas”, por no hablar de su base asamblearia y de acuerdos basados en el pacto y no en la imposición de las mayorías. Los movimientos antiglobalización contienen  muchos principios anarquistas, como la reivindicación de la autogestión y la lucha contra las organizaciones políticas y financieras supranacionales que pretenden suplantar los poderes del Estado eliminando cualquier capacidad de la libertad individual, provocando más explotación, control e insolidaridad. Por último, el distanciamiento actual de la acción política y de sus representantes electos no deja de mostrar una desconfianza hacia este ámbito tan denostado por los libertarios y, por tanto, sería otro “rastro” del anarquismo en dichos movimientos.

 

¿Cree que el pensamiento anarquista ganará protagonismo en el futuro?

 

El anarquismo histórico no renacerá seguramente en el siglo XXI, pero sus “rastros” de libertad, antiautoritarismo, librepensamiento, rebelión interior, libertad individual, democracia directa y revuelta ética, han mostrado, por ejemplo en el Movimiento 15 M, su fuerza en los debates que ocuparon el espacio que siempre ha defendido el anarquismo como propio: la calle, las plazas, auténticas ágoras de la política viva.

Laura Vicente




Cárcel contra las sindicalistas

En este mundo al revés, l@s sindicalistas son condenad@s a cárcel por violar «los derechos de l@s  obrer@s»

todos a la huelgaIgnacio Escolar 12/05/2014 – 07:58h

Ana y Tamara han sido condenadas a tres años y un día de cárcel. Ana está embarazada de tres meses y puede que su hijo tenga que nacer en prisión. ¿Su delito? Formar parte de un piquete de medio centenar de personas donde alguien -no está probado que fuesen ellas- lanzó pintura a una piscina durante una huelga en el 2010. En primera instancia, las dos mujeres fueron condenadas a una multa y seis meses de cárcel. Como no tienen antecedentes, no habrían entrado en prisión, pero la Fiscalía recurrió y pidió la pena máxima por un «delito contra los derechos de los trabajadores»: tres años y un día. La Audiencia Provincial de Pontevedra ha dado a la Fiscalía la razón.

Ana y Tamara no están solas, y no hablo de las miles de personas que están reclamando su indulto al Gobierno. En España, año 2014, hay más de 40 procesos penales abiertos contra sindicalistas por hechos ocurridos durante las últimas huelgas generales. En total, las penas solicitadas por la Fiscalía contra estos piquetes suman 140 años de cárcel.

Hay que remontarse al proceso 1001, cuando el franquismo agónico juzgó a la dirección de Comisiones Obreras, para encontrar un momento en la historia de España en el que más sindicalistas se jugasen la entrada en prisión. Aquellas condenas del Tribunal de Orden Público en 1973 fueron muy duras, pero poco después el Tribunal Supremo de la dictadura las rebajó: seis años de cárcel para Marcelino Camacho; cinco para Nicolás Sartorius. Hoy la Fiscalía pide ocho años contra los sindicalistas de Airbus que participaron en un piquete durante una huelga general.

No hay precedentes en democracia de una persecución así y es estúpido pensar que tal vez se deba a que los piquetes se han vuelto más violentos. No hay protestas hoy de una crudeza comparable a la que se vivió con la reconversión industrial de los 80, con el cierre de los astilleros o con los conflictos del carbón.

Los sindicatos creen que este endurecimiento de la Fiscalía contra los piquetes responde a una estrategia superior. Su sospecha no parece alocada. Llega al mismo tiempo que la reforma de la ley de seguridad ciudadana con la que el Gobierno quiere recortar el derecho a la manifestación.

En este mundo al revés, los sindicalistas son condenados a cárcel por violar «los derechos de los trabajadores». ¿Y los empresarios? Es raro de ver. En mayo del 2009, el dueño de una panificadora abandonó cerca de un hospital a un trabajador sin contrato y sin papeles que había perdido un brazo en una máquina de amasar; el patrón escondió el brazo en la basura para borrar pruebas, por lo que no se pudo reimplantar.  La sentencia acaba de llegar: un año y un día por contratación ilegal y otros 11 meses por un delito contra los derechos de los trabajadores -más 130.242 euros de indemnización, que pagó el seguro-. En total, menos de dos años, por lo que los dos dueños de la panificadora no entrarán en prisión. Al parecer, lanzar pintura en una piscina es un delito de una gravedad mayor que tirar a la basura el brazo de un trabajador.

Publicado ayer en El Periódico




El Gobierno sostiene que construirle al rey un pabellón de caza de 3,4 millones es de “interés general”

Juan Carlos de Borbón.  EUROPA PRESS

Juan Carlos de Borbon

El Gobierno de Mariano Rajoy ha eludido pronunciarse sobre la necesidad o utilidad de destinar dinero público a la construcción por parte de Patrimonio Nacional de un pabellón de caza para la Casa Real, y ni siquiera precisa el coste de las obras, pese a que en su día la institución dijo haber invertido 3,4 millones de euros.

El Gobierno, eso sí, apunta que la política presupuestaria se sustenta «en el interés general» y proclama que la Casa Real es una institución constitucional «apreciada y valorada» por los ciudadanos.

Los diputados de IU Alberto Garzón y Joan Josep Nuet registraron una batería de preguntas en el Congreso a finales del pasado mes de diciembre pidiendo al Gobierno que confirmara o desmintiera la construcción en 2007 de dicho pabellón y que especificara el coste completo de la misma.

Pero, además, le instaban a pronunciarse sobre si el Gobierno entendía «necesario o útil» que el dinero público se destine a la construcción de un edificio de tales característica, si pensaba que la citada obra entraría dentro de las partidas que «justificarían» el manteniendo de la familia real «a cargo de todos los ciudadanos» e incluso Nuet le planteaba si tenía previsto detraer del presupuesto de la Casa del Rey el coste de dicho pabellón.

En su respuesta, a la que ha tenido acceso Europa Press, el Ejecutivo se limita a certificar la construcción de dicho pabellón de caza, cuyas obras se llevaron a cabo en los ejercicios de 2007, 2008 y 2009 y que está ubicado en el espacio gestionado por Patrimonio Nacional, ya que se encuentra en el Monte de El Pardo.

Y explica que, como parte de sus competencias, fue Patrimonio Nacionalel encargado de la obra, con cargo a su presupuesto, «como ocurre con las obras que demanda la gestión de los espacios a cargo de sus delegaciones, de acuerdo con la Ley reguladora del Patrimonio Nacional».

fuente: http://www.infolibre.es/

 




Varios miles de personas se manifiestan en Iruñea contra los recortes en sanidad

DSC_0208

 

Unas 4000 personas secundaron el pasado día 10 de mayo la manifestación convocada por la Plataforma Navarra de Salud-Nafarroako Osasun Plataforma, en defensa de una Sanidad Pública, de calidad y universal.

A lo largo de una marcha colorida y animada con consignas y música, se pudieron ver distintas pancartas que específicamente defendían distintos aspectos de la sanidad como la no privatización de la Limpiezas, la concepción de derecho universal, por una atención digna en las zonas rurales, etc.

Al finalizar en la Plaza del Castillo, además del manifiesto de rigor pudimos divertirnos con la rebeldía y descaro de las actrices que de un modo teatralizado se hicieron eco de las proclamas de la Plataforma. Un irrintzi cerró el acto pero no la dinámica de movilización en la defensa de nuestra Salud. Pribatizaziorik ez, murrizketarik ez!!!

foto y texto: Iñaki Gorriz




El anarquismo como catapulta: entrevista con Tomás Ibáñez

 

Entrevista con Tomás Ibáñez, militante histórico y teórico anarquista de referencia, sobre la actualidad del anarquismo.

Tomás Ibañez (Zaragoza, 1944)

Tomás Ibañez (Zaragoza, 1944)

«La memoria viva no nació para ancla. Tiene, más bien, vocación de catapulta”, dice Eduardo Galeano. No convierte el pasado en un modelo que exige repetición, ni nos aplasta bajo el peso de referencias en las que debemos reconocernos obligadamente, sino que más bien acompaña e inspira las búsquedas del presente.

La vida de Tomás Ibáñez está marcada por el anarquismo desde su infancia: hijo del exilio libertario en Francia, participó en los años 60 en los circuitos estudiantiles anarquistas cuando aún casi nadie en el campo del antagonismo se atrevía a cuestionar la hegemonía del Partido Comunista. En mayo del 68, integrado en el Movimiento 22 de Marzo junto a compañeros anarquistas como Daniel Cohn-Bendit o Jean-Pierre Duteuil, se sumerge en la cotidianeidad de los acontecimientos hasta que es detenido el 10 de junio y confinado en destierro por su condición de refugiado político.

En 1973 volvió a España y participó en los fracasados intentos de reconstrucción de la CNT. Ha sido catedrático de Psicología Social en el Departament de Psicologia Social de la Universitat Autònoma de Barcelona hasta su jubilación en el año 2007. Es autor de numerosos libros y textossobre anarquismo, ciencias humanas y, en especial, psicología social. 

Tomás Ibáñez trabaja desde hace años para que la historia de anarquismo sea memoria viva y no lengua muerta, catapulta y no ancla. Autor de referencia para las corrientes libertarias en España y el extranjero, ha enriquecido los planteamientos anarquistas básicos con las aportaciones del post-estructuralismo francés y, muy en concreto, de Michel Foucault (no sin escándalo de los «guardianes del templo» anarquista). Co-fundador de la revista Archipiélago, en la que trabajamos juntos durante varios años, acaba de publicar en la editorial Virus Anarquismo es movimiento, donde se explora la reactualización contemporánea de ideas y prácticas que algunos relegaron demasiado apresuradamente al museo de la Historia.

El virus anarquista 

Citas en el libro a Christian Ferrer: “el anarquismo no se enseña y tampoco se aprende por los libros, sino que se propaga por contagio, y el contagio las más de las veces es irreversible”. En tu caso ha sido así, es una historia de fidelidad que dura ya medio siglo. ¿Cuáles fueron tus primeros contactos-contagios con el anarquismo? Creo recordar que hay historias familiares de por medio, ¿es así?

Tomás Ibáñez. Sí, Amador, hay efectivamente historias familiares de por medio y eso explica que “los contactos” con el anarquismo fuesen muy precoces. En 1947 mi madre, activista de las juventudes libertarias de Zaragoza, pasó a Francia llevándome en brazos por una ruta pirenaica, y eso hizo que yo creciera en el cálido ambiente del exilio libertario. Era un ambiente por donde circulaba una multitud de nostálgicos, pero esperanzados, relatos de una lucha revolucionaria aún cercana, y donde la ayuda mutua nunca se hacía esperar. Obviamente, la sensibilidad de un niño no podía captar que ese ambiente también albergaba luchas fratricidas, rancios dogmatismos e inevitables miserias, con lo cual la huella que me dejó sólo podía ser positiva. Ese fue “el contacto”, sin embargo “el contagio” llegaría más tarde.

¿Cuándo, por dónde?

Tomás Ibáñez. Mi temprano activismo anarquista hubiera podido agotarse y extinguirse sin más, de no haber sido porque en el verano de 1963 arrastré mi saco de dormir hasta el campamento que organizaba cada año la FIJL (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias). Fue una experiencia inolvidable que abrió de par en par las puertas, ya definitivamente, al virus del anarquismo. Autoorganización, vida en común, compañerismo, debates, sentimiento de vivir en otro planeta donde la igualdad y la libertad se habían hecho realidad, pero también rabia y lucha. Porque se daba la circunstancia de que la FIJL había emprendido recientemente un línea de hostigamiento frontal al franquismo y la ejecución a garrote vil de dos de sus militantes, Francisco Granado y Joaquín Delgado, que preparaban un atentado contra Franco, cayó en el campamento como una indignante y dolorosa noticia. Al recoger mi mochila y despedirme de mis compañeros, la idea de volver a la “normalidad” se me hizo insoportable, en el tren que me devolvía a casa miraba a los viajeros y me sentía como un absoluto extraño en un mundo que ya no era el mío.

Por supuesto, soporté esa “normalidad”, pero el sentimiento de que era intolerable nunca me abandonaría. Desde entonces estoy convencido de que lo que de verdad deja huella en las personas y las transforma en profundidad es su inmersión en un escenario de vida, de experiencias y de lucha que se construye en común y en unos espacios arrebatados a las reglas de la sociedad instituida.

La “A” dentro de un círculo: el origen desconocido de un símbolo

Luego te moviste en los circuitos del anarquismo estudiantil previo a Mayo del 68, ¿qué recuerdos te vienen de aquella época?

Tomás Ibáñez. Lo que evoca en mí, como un primer flash, es la imagen de un inacabable desierto. Durante mi primer año de universidad, en 1962 cerca de Marsella, me movía en el potente sindicalismo estudiantil de aquellos años sin conseguir dar con ningún otro estudiante libertario. Al año siguiente me trasladé a la universidad de París donde, al inicio del curso, unos estudiantes trotskistas me informaron, entre risas, que conocían “al otro” estudiante anarquista de la Sorbona y que podían ponernos en contacto.

A partir de ahí, pensando que siendo dos ya éramos invencibles removimos cielo y tierra hasta encontrar a otro par de compañeros… Y así nació en 1963 una exigua coordinación de estudiantes anarquistas parisinos que tenía nombre de mujer, LEA, que creció poco a poco y que atraería, algún tiempo más tarde, a estudiantes de la recién creada universidad de Nanterre, como Daniel Cohn-Bendit o Jean-Pierre Duteuil, quienes contribuirían a la creación del Movimiento 22 de Marzo que encendió la mecha de Mayo del 68.

¿Y qué hay de esa historia que te sitúa en el origen del símbolo anarquista por excelencia, la “A” dentro de un círculo?

Tomás Ibáñez. Es bien cierta, y es una historia muy sencilla. Al llegar a París me hice el propósito de ayudar al acercamiento entre los diversos grupos y tendencias en las que se fragmentaba el menguado movimiento anarquista, lo que me llevó a lanzar iniciativas de coordinación en los sectores más jóvenes. Se me ocurrió entonces que una forma de propiciar una confluencia consistía en hallar un denominador común que, al no pertenecer en exclusiva a ninguna de las organizaciones, pudiera constituir un punto de coincidencia. Se trataba también de multiplicar la presencia percibida del movimiento anarquista por el simple hecho de la repetida aparición de ese denominador común en las expresiones públicas (pasquines, pintadas, etc.) de los diferentes colectivos anarquistas.

Propuse esa idea en uno de los grupos a los que pertenecía, insistiendo en que debía ser un símbolo que fuese fácil y rápido de dibujar, y que pudiese evocar el anarquismo de forma suficientemente directa. La propuesta fue aceptada, nos lanzamos a una lluvia de ideas y a altas horas de la noche convenimos que una “A” en un círculo podía ser un buen logo. Fue así como, en abril de 1964, salía a toda plana en el nº 48 de nuestro boletín “Jeunes Libertaires”, la primera “A” en un círculo. Le acompañaba un editorial donde explicaba el sentido de la propuesta y en el que se invitaba a todos los grupos anarquistas a apropiarse ese símbolo.

Pero ojo, en realidad sólo habíamos creado una imagen y formulado una propuesta, no habíamos creado un símbolo. La A en un círculo sólo se convertiría en un símbolo del anarquismo mediante la acción de miles y miles de manos que la pintaron en las calles del mundo, se trata pues de una creación colectiva multitudinaria de la que nadie tiene la paternidad.

Mayo del 68: tecnologías, liderazgos y logros

Y de pronto Mayo del 68. Hablas de Mayo del 68 como un “regalo”. ¿Por qué un “regalo”? ¿Cuál fue el contenido del regalo? 

Tomás Ibáñez. Un auténtico regalo es algo que te ofrecen para darte placer, sin obligación y sin pedir nada a cambio. Si no lo esperas, si es una sorpresa y si te colma de satisfacción, el regalo aún se crece más en su condición de “auténtico” regalo. Eso fue para mí Mayo del 68. En lo inmediato, el contenido del regalo fue la oportunidad de vivir durante varias semanas un verdadero sueño, de presenciar unas escenas que usualmente sólo alcanzamos a ver cuándo los sueños nos transportan lejos de las realidades cotidianas. Y también consistió en demostrar, fácticamente, que aquello que, increíblemente, estaba ocurriendo era posible puesto que, precisamente, estaba ocurriendo.

Con posterioridad, el regalo consistió en dejar un recuerdo que sigue trasladando aquel periodo al presente como si el tiempo no existiese, sin alterar la intensidad de las vivencias que allí acontecieron. Y también consistió en arraigar el convencimiento de que si aquello había ocurrido podía volver a ocurrir, con otros matices, en otros contextos, pero con las mismas características básicas.

Me gustaría citar aquí la descripción de la vivencia de Mayo del 68 que hiciste en el número de Archipiélago que dedicamos a Mayo del 68:

(…) Estamos quizás en el momento álgido de Mayo, las vivencias fluyen de forma incontenible y las vuelco aquí de forma desordenada. Sentimiento de ser parte de una comunidad creada muy rápidamente pero atravesada por lazos muy intensos que, paradójicamente, parecen venir de antiguo, inserción en un «nosotros» formado por muchos desconocidos y sin embargo muy cercanos, muy cómplices, creación de nuevas relaciones sociales, nuevos amigos. Necesidad de estar siempre disponible, en cada instante, siempre en alerta, delante de un futuro inmediato que se va construyendo en el momento, sin predeterminaciones. Atrapados en un ritmo desenfrenado, vertiginoso, mezcla de exaltación y de agotamiento, impresión muy fuerte de estar haciendo historia, de ser protagonista, de estar teniendo efectos sobre la realidad, de estar constantemente confrontados a desarrollos imprevistos que superan a sus protagonistas, y, durante un tiempo, impresión de ir cada día a más, de acertar en las acciones emprendidas. Alegría y entusiasmo, un placer nacido de la propia acción en la que se esta inmerso. Deseo muy intenso de que aquello no acabara nunca. Impresión de que uno estaba haciendo colectivamente cosas que no se podían hacer y que eran impensables hasta ese momento. Impresión de estar desafiando lo establecido, el poder, lo intocable. Impresión de haber puesto la máquina «fuera de control», de haber lanzado un proceso de reacciones en cadena, imparable e imprevisible…

Un proceso de reacción en cadena, imparable e imprevisible, que detonaron los estudiantes pero que alcanzó enseguida al movimiento obrero, desembocando en pocos días en una huelga general masiva que paralizó durante un mes el país entero. La velocidad e intensidad de la comunicación entre distintos sujetos fue potentísima. Pero… ¿dónde estaba Twitter?

Tomás Ibáñez. Acontecimientos como los de Mayo del 68 se han producido en otros momentos de la historia, efervescencias populares que estallan de imprevisto y donde la gente “actúa por sí misma“ no han esperado al surgimiento de las nuevas tecnologías ni a la constitución de las redes sociales. Creo, eso sí, que en cada época esas efervescencias populares, a la vez destructivas y constructivas, han sabido apropiarse y utilizar las tecnologías existentes, la radio fue importante en Mayo del 68, y los talleres de serigrafía, entre otras cosas. Sin embargo, en todas esas situaciones de efervescencia creadora nada puede sustituir la copresencia física de las personas, los gestos, las voces, las miradas, las palabras, los roces.

También creo, como lo explico en mi libro, que las nuevas tecnologías y las redes sociales tienen unas características que fomentan el proceso de auto-organización de la gente en situaciones de efervescencia popular, pero no porque se usen con fines y resultados autorganizativos, sino simplemente porque propician confluencias masivas sin que exista una estructura previa, un plan preestablecido, una dirección que ordene y canalice las actividades.

Mientras que el primer 15M se caracterizó por el anonimato (ningún “rostro” en particular se convirtió en el símbolo de la protesta), hoy se da, en torno a las figuras (tan distintas) de Ada Colau o Pablo Iglesias, un debate sobre la necesidad o pertinencia de los liderazgos. Te quería preguntar tu opinión sobre el particular y sobre el “liderazgo” de Daniel Cohn-Bendit en Mayo del 68, el líder paradójico de un movimiento que se caracterizaba por su rechazo de la delegación y la representación. ¿Qué aportaba el liderazgo de Cohn-Bendit y qué limitaba? 

Tomás Ibáñez. Los liderazgos siempre son tanto más peligrosos cuantos más carismáticos, y es innegable que todo el sistema actual concurre para instituir y potenciar liderazgos. En la sociedad del espectáculo los rostros venden, y también tranquilizan cuando sustituyen al anonimato de las efervescencias colectivas. Ciertamente, los liderazgos ayudan a visualizar los movimientos y a ampliar su presencia mediática pero el precio a pagar es altísimo. ¿Cuántos líderes aceptan volver al anonimato antes de que se agoten sus posibilidades de seguir siendo líder? Ada Colau constituye sin duda una grata excepción.

El liderazgo en movimientos basados en la democracia directa constituye una aberración. Daniel Cohn-Bendit tuvo, indiscutiblemente, un papel de líder, pero era un líder atípico, no pretendía “representar” al Movimiento del 22 de Marzo que, además, no tenía cargos ni ningún portavoz oficial permanente y que decidió auto disolverse al cabo de unos meses. Dany también era atípico porque participaba políticamente de la idea de que no debía haber líderes, lo que le situaba en una difícil posición qué chirriaba con sus convicciones y con las de sus compañeros. Su papel de líder suscitaba críticas internas y se tomaban medidas para cuestionar ese liderazgo, como por ejemplo convocar ruedas de prensa utilizando su nombre para que acudieran los medios, pero donde era otro compañero el que intervenía finalmente, explicando que Cohn-Bendit era un nombre colectivo (“todos somos Cohn-Bendit”) bajo el cual podía hablar cualquier miembro del 22 de Marzo.

En algún sitio dices que no tiene mucho sentido hablar de Mayo del 68 en términos de “éxito” o “fracaso”, ¿por qué?

Tomás Ibáñez. No se puede hablar de éxito o de fracaso porque esos términos sólo se aplican a acciones intencionadas y Mayo del 68 no fue un proyecto, ni se fraguó para alcanzar unos objetivos, fue un ”acontecimiento“ en todo el sentido de la palabra. Ahora bien, los acontecimientos suele tener efectos y producir cosas. Mayo del 68 fue un acontecimiento de cierta magnitud, objetivable en términos cuantitativos de participación popular o de duración, etc. Sin embargo, sus efectos, al igual que ese batir de alas de una mariposa en Australia que provoca una tormenta en Europa, fueron infinitamente superiores a su magnitud y aún se manifiestan al cabo de medio siglo. Sencillamente, Mayo del 68 cambió la cultura política, practicas incluidas, de la disidencia, por una parte, y muchos de los supuestos culturales de la sociedad por otra parte. En efecto, las actuales prácticas del antagonismo social popular enlazan en buena medida con las que alentó Mayo del 68 y el efecto que tuvo sobre los cambios culturales respecto de la identidad sexual, por ejemplo, son innegables.

Actualidad del anarquismo: transformar la sociedad sin tomar el poder

¿Qué puede aportar el anarquismo a los movimientos actuales?

Tomás Ibáñez. Una de las claves más interesantes que puede aportar a mi juicio es la relevancia de “lo prefigurativo” frente a la escisión entre medios y fines típica de la política clásica. Es un principio básico del anarquismo: no sacrificar ni supeditar los valores que se defienden en el presente a unas promesas que, por definición, siempre apuntan al futuro. En cualquier caso, ese futuro que se anhela debe estar “ya presente” en los pasos que se dan para construirlo, lo “prefigurativo” no significa otra cosa que esa necesaria presencia.

El anarquismo siempre ha propuesto una “revolución en el presente” que remite a la desconfianza hacia cualquier discurso que base su fuerza persuasiva en las promesas que ofrece y a la prevención hacia cualquier práctica que sólo se oriente a preparar el futuro. Su ética está atravesada de cabo a rabo por la exigencia de reducir al máximo la distancia entre lo que se dice y lo que se hace, o entre lo que se quiere ser y lo que se es.

Otra clave sería sustituir la idea de “toma del poder” por la de «transformación de la sociedad”. ¿Te parecen dos términos dicotómicos, vasos comunicantes?

Tomás Ibáñez. Una vieja idea anarquista dice que nunca se toma el poder, que el poder siempre te toma a ti tan pronto como crees haberlo tomado. Agustín García Calvo lo sintetizaba muy bien cuando declaraba que “el enemigo está inscrito en la forma misma de sus armas”, tomar sus armas es transformarse ya en el enemigo. Una de las lecciones básicas del anarquismo pasa por asentar la convicción de que quizás no haya camino, pero que, en cualquier caso, el camino del poder nunca puede ser el camino.

La idea de transformar la sociedad sin tomar el poder, que goza hoy de cierta popularidad, siempre ha inspirado al anarquismo y, claro, le ha puesto en la delicada situación de tener que conciliar el sensato posibilismo que exige mejorar lo mejorable o, también impedir lo peor, y el indispensable radicalismo que apunta hacia la incongruencia de comprometerse con aquello mismo que se cuestiona. La solución más satisfactoria siempre ha sido de tipo “indexical”, es decir, hacer una valoración en función de cada contexto particular, o, dicho de otra forma, no “escindir” radicalmente los valores de las situaciones en las que intervienen, lo que no significa, por supuesto, “supeditarlos” a las situaciones, cosa que nos haría vulnerables a la seducción ejercida por “los atajos del poder”.

Para terminar, Tomás, ¿no crees que muchas veces el anarquismo (como movimiento organizado, como ideología o como identidad) es el principal enemigo de las ideas/prácticas anarquistas?

Tomás Ibáñez. Yo no diría que “el principal enemigo”, hay muchos otros y mucho más letales, empezando por la represión, pero sí que el hecho que el anarquismo constituya unas organizaciones que reproducen inevitablemente las características, más o menos acentuadas según los casos, de todas las organizaciones (estructuras, luchas y apetencias de poder, tendencia a convertir la organización en un fin en sí mismo, patriotismo de organización, etc.), el hecho de que el discurso anarquista se petrifique en ideología y que el peso de la historia construya una identidad anarquista enquistada en un patrón fijo e inamovible, no sólo limita la proliferación del anarquismo encerrándolo en un gueto, sino que representa, además, cierto cuestionamiento de sus propias premisas.

Por eso es necesario actuar constantemente para que el anarquismo sea movimiento, para que sus aguas se mantengan siempre turbulentas y para que no se aparte nunca de una sensibilidad crítica dirigida, incluso, hacia sí mismo. Si de una cosa estoy seguro, y puede que sea la única, es que no hay anarquismo más genuino que aquel que está dispuesto a poner constantemente en peligro sus propios fundamentos volviendo hacia sí mismo la más irreverente de las miradas críticas.

Un texto relacionado«Notas para una política no estadocéntrica»

fuente: eldiario.es




El Anarcosindicalismo en el siglo XXI: ¿Anarquismo o Sindicalismo?


 

El sindicalismo revolucionario anarquista ha sido históricamente el principal elemento vertebrador de una Revolución Social que conseguirá liberar la humanidad de sus cadenas, gracias sobre todo a la apropiación por parte del pueblo trabajador de los medios de producción y de la producción misma, así como de los órganos de organización y decisión.  De este modo, las masas proletarias que hacían funcionar las fábricas y que cultivaban los campos se organizaban sin patrones y colectivizaban estas fábricas y campos.

Han pasado muchas décadas desde la Revolución del 19 de Julio de 1936.  Hoy en día, la masa trabajadora no se dedica plenamente a la producción de unos productos básicos y determinados.  Las grandes ciudades y los pequeños pueblos y aldeas del siglo XXI no acogen ya fábricas repletas de trabajadoras y trabajadores ni campos labrados día y noche.  Estamos en la era tecnológica y todavía nos encontramos bajo la amenaza de una era nuclear que todavia no ha acabado, en la era de la sobre-información, una era virtual basada no en la producción, sino en un consumo esclavizante y que definirá todas y cada una de las vidas humanas del planeta Tierra.

En la actualidad son la tecnología, las máquinas y los ordenadores, y no los y las trabajadoras, los principales productores en las fábricas.  El capitalismo se ha apoderado incluso de la fuerza de trabajo hasta tal punto que la clase trabajadora es cada vez menos necesaria, y la prueba la vemos en la situación actual y en las perspectivas de futuro, si no lo cambiamos nosotros Ahora vemos una población parada y sin producir, que necesita consumir y que no puede, y que va perdiendo los accesos a necesidades humanas básicas como la sanidad o la educación… una población que pasa de ser clase trabajadora a ser esclavos de una burguesía formada por políticos parásitos y toda su consorte.

Otro factor son las producciones en cadena en distintas fábricas, que implican que ninguna de estas fábricas o unidades empiezan y acaban un producto, sino que fabrican únicamente una parte.  Entonces, la colectivización de una empresa de estas características acontece una tarea verdaderamente complicada para la clase trabajadora, pues no podrán elaborar un producto acabado para su venta directa.

El funcionamiento por subcontratación, las empresas de trabajo temporal y los contratos que  hacemos son también un elemento de riesgo para la clase trabajadora, y en cambio no se percibe como un elemento al cual enfrentarse directamente y constante.  La inseguridad de los puestos de trabajo, junto con la conciencia de que estos lugares son de una temporalidad muy breve, impide que los trabajadores y las trabajadoras lleguen a organizarse, a conformar lazos de unión, de solidaridad y de fraternidad.  Justo al contrario, se promueve la competencia y el “sálvese quien pueda”, produciendo en el individuo trabajador y productor unos estados emocionales insanos, con síntomas de estrés, de depresión y de ansiedad.

También gran parte del trabajo en fábricas se ha visto sustituido, por un lado, por el trabajo en asientos frente un ordenador, trabajos alienados donde ni siquiera se sabe qué se hace, donde nada se produce, donde el trabajador se encuentra totalmente en el margen y sólo ejecuta órdenes.  Por otro lado, ha sido también sustituido por el funcionariado: médicos, maestros, bomberos, mensajeros… una nueva clase trabajadora totalmente dependiente del Estado, y que a la hora de enfrentarse al patrón encuentra excesivas dificultades.  El Estado se convierte así en un nuevo patrón, el patrón más poderoso con el cual se enfrentará la clase trabajadora, un patrón que controla todos los servicios básicos a los cuales el Pueblo necesita acceder, como la sanidad o la educación, y legisla el acceso a otros como la alimentación, el trabajo o la vivienda.  En consecuencia, la lucha de la clase trabajadora contra la patronal debe ser inseparable de la lucha del pueblo contra el Estado.

Podemos observar entonces como la situación de la clase trabajadora ha cambiado considerablemente desde las primeras décadas del pasado siglo, dejando de ser ya la principal productora de bienes y servicios, pero pasando a ser su principal consumidora.  Hay que añadir, a la estructura laboral y productiva actual, una nueva estructura social con una presunta “clase media”, que no es más que la clase trabajadora que ha sucumbido a los créditos financieros y a la vida a plazos; en este sentido, el capitalismo también se ha apoderado de la voluntad humana y la dirige hacia un consumismo sin fin, se tengan o no los recursos para consumir.

El capitalismo también ha sustituido las relaciones humanas por las puras transacciones comerciales, y los productos ya no se adquieren en las tiendas de barrio o a los mercados de las plazas sino a las grandes superficies, donde pocas personas trabajadoras gestionan miles y miles de productos y miles de transacciones diarias.  Antes ya lo hemos dicho, ya no somos los principales productores, lo son las máquinas, y difícilmente podremos producir nosotros sólo todo lo que consumimos, difícilmente podremos poner un lugar en el mercado y vender teléfonos, televisiones, neveras u ordenadores que hayamos construido nosotros, ni tampoco podremos vender u ofrecer servicios sanitarios o educativos.

Nos encontramos así frente una nueva clase trabajadora del siglo XXI totalmente diferente a la de los siglos XIX y XX.  El sindicalismo tradicional difícilmente podrá satisfacer todas las exigencias de esta nueva clase trabajadora, y el sindicalismo revolucionario anarquista encuentra a su camino un sólido y elevado muro que le impide acceder a esta clase trabajadora y organizarla para una Revolución Social.

Con todo, el enemigo principal del Pueblo no ha cambiado a lo largo de todos estos siglos, y continúa siendo el Estado, que ahora ha asumido nuevas funciones como nuevo patrón al cual combatir; y tampoco han cambiado las pretensiones del Anarquismo, así que no se trata de “redefinirlo”, tal y como algunos defienden, pues el Anarquismo es el que es, pasen los siglos que pasen: la lucha del oprimido contra toda autoridad y en pro de una nueva Humanidad.

Pero consecuentemente, si el sindicalismo ha perdido gran parte de su fuerza y potencial para estructurar una nueva sociedad, el anarcosindicalismo habrá, entonces, de desequilibrar la balanza entre anarquismo y sindicalismo en favor del primero.  El Anarquismo del siglo XXI es el mismo que el del siglo XIX, y los Principios, Tácticas y Finalidades también son los mismos y en absoluto hay que cuestionarlos.  Se trata de la Estrategia, de una estrategia que además de contemplar la lucha sindical y laboral, aumente la lucha contra el Estado.

En este texto no pretendemos dar soluciones para todas las cuestiones que acabamos de nombrar, ni podemos ni debemos.  Únicamente pretendemos abrir un debate que quizás dé respuesta a una cuestión que a más de cuatro nos quita el sueño cada noche:

¿Cómo posibilitar y articular una Revolución Social, aquí y ahora?

Anarcosindicalismo en el siglo XXI sí, pero Anarquismo en el siglo XXI también.

Salud, Libertad y Anarquía

Extraido  de CNT LA SAFOR

fuente :http://entrelasgrietas.blogspot.com.es/2014/05/el-anarcosindicalismo-en-el-siglo-xxi.html




6 de Mayo. Concentración de martes al Sol

DSC_0202Este 6 de mayo, primero de mes, tuvo lugar una nueva Asamblea de Martes al Sol, como siempre, frente a Diputación.

En la misma se hizo valoración de la manifestación que el pasado 24 de abril recordaba la masacre ocurrida un año antes en Bangladesh, que supuso la muerte de un millar de mujeres, trabajadoras precarias. Si bien no fue muy numerosa, sí que fue más que necesaria y por ello fue un acierto. Será necesario implicar a más sectores de la sociedad en esta lucha y seguir cuidando aspectos en las acciones como el uso del euskera, etc También se pudieron escuchar las palabras de un compañero sobre la problemática energética que padecemos de mano de las grandes empresas y las alternativas que se van abriendo camino en forma de cooperativas que comercializan exclusivamente energía renovable.




La extrema unión

La Unión Europea es como esas plazas y bulevares que nos han puesto en nuestras ciudades, lugares anodinos, todos iguales, grises y faltos de identidad. Están pensados para el consumismo, siempre nos llevan a un centro comercial, son instrumentos del mercado, nada que ver con esas plazas arboladas que disfrutábamos en nuestra niñez, lugares de encuentro de las personas, pensadas para el disfrute con fiesta populares, con el tacto directo entre productores y consumidores en los mercadillos callejeros, lugares donde jugábamos y soñábamos, pero de eso hace ya mucho tiempo.

En este gran mercado que es la UE, las personas cumplimos la doble función de ser mercancías y a su vez de ser consumidores. Nos compran en el mercado laboral, y como éste esta tan jodido, nos vendemos barato; nos compran en el campo político con amañadas elecciones, decimos sí a las promesas que nunca se cumplirán. Consumimos baratijas que no aportan nada a nuestras vidas: ropa de marca, viajes turísticos, el último adelanto tecnológico… Consumimos valores que nos son ajenos: competitividad, crecimiento económico, inversiones en bolsa… consumimos promesas electorales y malgastamos nuestras vidas, sin darnos cuenta caemos en la telaraña del capitalismo. Somos la inocente mosca a punto de ser devorada por esa viuda negra que es la Unión Europea.

P1030186

El edificio de la UE está construido con fuertes pilares para que el sistema funcione a la perfección, para que el secuestro de las personas sea permanente, la maquinaria del mercado dispone de los mejores instrumentos de control social y de toma de decisiones a favor del capital. El parlamento Europeo es el único órgano que los/as ciudadanas europeas podemos elegir electoralmente, pero este seudo-parlamento no tiene capacidad legislativa, no puede proponer leyes, tan solo tiene la potestad de validar o rechazar las propuestas de la comisión Europea o del Consejo Europeo. La Comisión Europea lo componen 28 comisarios, uno por país miembro de la UE, elegidos por el Consejo Europeo para un mandato de 5 años y con un presidente como cabeza, el actual es Durãao Barroso. Estos señores son los que, junto al
Consejo Europeo, legislan y hacen las leyes que nos arruinan la vida. En el consejo europeo se reúnen los jefes de gobierno de los diversos estados de la UE, cada 6 meses un país dispone de la presidencia europea, pero por todas es sabido que hay un país que marca las líneas maestras de la política europea, Alemania y la que hoy es su presidenta, Ángela Merkel. Junto al Consejo Europeo está el Consejo de la Unión europea formado por los ministros de cada área temática (economía, interior…) Hoy en día todo este tinglado se apoya en dos grades pactos, el Pacto Europeo o Pacto Fiscal y el Pacto del Euro. Las directivas que surgen del Pacto Europeo marcan todas las políticas económicas, sociales… nada fuera de ellas es posible. Los presupuestos de los estados son revisados y aprobados antes de que lleguen a presentarse en los distintos estados nacionales. Una vez aprobados en Europa son enviados a los parlamentos nacionales, de esta forma se ha recortado la capacidad de decisión de los estados miembros de la UE para decidir cómo y en donde gastar los dineros de las ciudadanas. El pacto del Euro ha tomado varias decisiones de suma importancia para los habitantes europeos, los salarios deben vincularse a  la competitividad, favorece la flexibilidad del mercado laboral, atrasa la edad de jubilación, exige incluir en las constituciones nacionales el equilibrio financiero, primero pagar la deuda y luego si queda dinero atender las necesidades de la ciudadanía, ha recapitalizado los bancos quebrados…

En realidad los que mandan en Europa son la Troica, (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI), y los más de 2000 lobbies económicos con sus 15000 lobistas son los que marcan las políticas económicas, laborales, agrícolas… son los que cierran fronteras a la migración, los que inician guerras y desestabilizan gobiernos que no se someten a sus designios.

Iñaki Justes (Colectivo Malatextos)




Manifestación en defensa de la Sanidad Pública, convocada por la Plataforma Navarra de Salud-Nafarroako Osasun Plataforma

El  sábado, día 10 de mayo, a las 18h, partirá desde Autobuses,  la manifestacion en defensa de la Sanidad Pública, convocada por la Plataforma Navarra de Salud-Nafarroako Osasun Plataforma.

La sanidad pública de Nafarroa lleva décadas secuestrada por el gobierno de UPN. Las privatizacionesy recortes no son cosa reciente, pero si mucho más agresivos desde que Marta Vera toma la direccióndel Departamento de Salud.

Nos hallamos ante el momento de la historiar eciente d eNafarroa en que más se ha privatizado la gestión de lo público y más se ha derivado a la sanidad privada capitales y recursos. Paralelamente seha provocado el mayor desastre organizativo y asistencial de Osasunbidea que hemos conocido tanto profesionales sanitarios, como ciudadanía.

A nivel organizativo de Osasunbidea no existen precedentes del continuo goteo de dimisiones/ceses de cargos gestores de todo tipo (desde Director Gerente hasta jefaturas de Servicio/unidad).La aparente falta de objetivos programáticos y el consiguiente caos organizativo, tanto en lo laboral como asistencial, se suplen con prepotencia y autoritarismo por parte de Marta Vera y sus acólitos en las direcciones de Osasunbidea ( Ibarrola, Navascues, Peralta, Yurss..).

El retroceso  y deterioro de la calidad asistencial que esta padeciendo la población Navarra no tiene precedentes y he aquí algunas muestras de ello:

  • los colapsos en Urgencias y en el Servicio de Extracciones los acontecidos en diciembre pasado,
  • los retrasos en la citación en centros de salud de 4 y 5 días,
  • el aumento del volumen de las listas de espera y del tiempo de espera para ser atendido en la especializada,
  • la amenaza de desmantelamiento de la atención de urgencias en las zonas rurales

 

Todo este cuadro descrito es“fruto”de la labor de Marta Vera, persona sin experiencia alguna en gestión sanitaria, pero con un gran intereses en convertir la sanidad publica en “nicho de mercado” para el capital privado. Por que el proyecto de desmantelar nuestra sanidad pública es un proyecto ideológicode partido, en este caso UPN, encabezado por Yolanda Barcina y ejecutado fielmente por Marta Vera.

Muy significativo es la atención en las zonas rurales, por una parte el Gobierno de Navarra presenta un Plan, elaborado sin participación ni consenso, un plan que no garantiza una atención sanitaria digna para las zonas rurales.

Por otra parte el parlamento, con los votos de UPN, PP y PSN, no acepta ni debatir la Iniciativa Legislativa Municipal para regular las prestaciones sanitarias en las zonas rurales, iniciativa trabajada durante más de un año ente profesionales, vecinos y cargos electos de las zonas rurales que ha logrado el apoyo de 170 ayuntamientos de Navarra y que busca garantizar una atención sanitaria primaria y de urgencias adecuada a las necesidades de las zonas rurales.

Las zonas rurales, no aceptamos esta negativa a que se debata la ILM, seguimos pidiendo que por Ley se garanticen unos mínimos para tener una atención sanitaria digna y adaptada a las zonas rurales.

Y para ello cuentan con cómplices complacientes como el PSN, quién con su abstención impidió este marzo pasado que la ILM en defensa de la Atención Primaria Rural prosperase e históricamente ha sido uno de los pioneros de la privatización de la asistencia socio-sanitaria en los periodos que ha sido responsable de su gestión.

El daño infligido a nuestra sanidad, y en general a nuestra sociedad es ya muy grave, pero si este tipo de política y sus ejecutores continúan aún o será ya más, por eso desde la Plataforma Navarra de Salud/Nafarroako Osasun Plataforma llamamos a una movilización ciudadana en defensa de la sanidad pública y en contra de quienes la están deteriorando para su venta al mejor postor.

conjeringa-correo

Sábado 10 de mayo a las 18 h. MANIESTACIÓN desde AUTOBUSES