Lo que no puede ser barrido bajo la alfombra

La cultura de la impunidad, nacida al calor del olvido de los crímenes del franquismo, es la misma que no se escandaliza si un manifestante pierde un testículo y otro la vista en un ojo 
Este miércoles se celebra un acto en defensa de la extradición de Billy el Niño, acusado de torturas durante el franquismo, ante la imposibilidad de sus víctimas de declarar en un tribunal español 

Olga Rodríguez 

Portada del New York Times con un reportaje destacado sobre la querella argentina que investiga crímenes del franquismo

Portada del New York Times con un reportaje destacado sobre la querella argentina que investiga crímenes del franquismo

 

Mientras buena parte de los medios de comunicación españoles, siguiendo la cultura de la impunidad, ignoran la querella argentina que investiga los crímenes del franquismo, de nuevo han tenido que ser medios extranjeros los que concedan a la misma la dimensión informativa que merece. Este lunes el diario estadounidense The New York Times publicaba en su portada, como una de sus noticias más destacadas en su edición en papel, una información dedicada a la querella argentina, a víctimas de la dictadura y a la impunidad del franquismo. 

 “Hoy en día, la política, los negocios y la ley en España están salpicados de personas con vínculos directos o indirectos con el régimen de Franco”, escribe el autor del reportaje en el diario estadounidense, que también informa de que “los tribunales españoles han rechazado oír estos casos [de las víctimas] durante cuarenta años”. 

Además, incluye testimonios de víctimas, así como del portavoz de la Fundación Francisco Franco o del exministro y diputado Ramón Jaúregui, que considera que romper el pacto de amnistía para juzgar a responsables de crímenes del franquismo “no sería bueno para el país”. 

Hablar de 1939, de 1950 o de 1976 no es hablar del pasado. Como dice José María Galante, víctima de las torturas de Billy el Niño durante el franquismo, abordar aquello es hablar también de 2014. La cultura de la impunidad en este país es tal que desconocemos nuestra propia historia. La impunidad del franquismo ha facilitado la consolidación de otras impunidades: si matar, encarcelar o torturar a alguien por sus ideas salió gratis, también puede pasar desapercibido robar, abusar, discriminar. 

La cultura de la impunidad que defiende olvidar a los más de cien mil desaparecidos del franquismo aún enterrados en fosas comunes es la misma que ampara los desahucios de más de 500.000 familias mientras hay más de tres millones de casas vacías. Es la misma que ampara los 120.809 despidos en las empresas del Ibex 35 en el segundo semestre de 2013, mientras éstasaumentaron sus beneficios y ganaron 17.770 millones de euros. 

Es la misma dispuesta a estigmatizar manifestaciones multitudinarias mientras defiende la violencia institucional. Es la que está dispuesta a decirnos que si nos pegan, es para protegernos. Que si recortan nuestros derechos y libertades, es por nuestro propio bien.

Es la que no se escandaliza si un manifestante pierde un testículo y otro la visión de un ojo. Es la que no pone límites a la infamia. La que da rienda suelta a la extrema derecha en algunos debates televisivos. La que aplaude que a alguien se le llame gordita, a falta de otros argumentos para arremeter contra quien defiende derechos fundamentales. La que ahora establece que la Reina y los Príncipes de Asturias sean aforados ante el Supremo.

Es la que protege a Billy el Niño, prohibiendo que se grabe su imagen durante la vista de su extradición este jueves, mientras permite que se publiquen fotografías de manifestantes a los que criminaliza. La que no se avergüenza cuando Naciones Unidas establece que España “se quedó atrás” para hacer frente a su pasado reciente. La que no mueve un dedo cuando la ONU recomienda retirar la ley de amnistía para que los juicios puedan celebrarse.

Cuando alguien dice que imputar a presuntos responsables de crímenes franquistas no sería bueno para el país, cuando añade que “no sabemos dónde comienza y dónde termina, ¿dónde establecemos los límites?” lo que está haciendo es echar mano de esa cultura de la impunidad. Los límites son claros. Otra cosa es que haya voluntad de aplicarlos. 

La justicia, con su carácter ejemplarizante, pondría a este país patas arriba porque son pocos los rincones donde la impunidad y la corrupción no campan a sus anchas. Y, lamentablemente, son muchos quienes siguen beneficiándose de ello.

Acto sobre la extradición de Billy el Niño

Este jueves la justicia española decide si extradita a Argentina al expolicía franquista Juan Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño, acusado de haber practicado terribles torturas durante la dictadura española y reclamado ahora por la justicia argentina que investiga los crímenes del franquismo.

El fiscal, Pedro Martínez Torrijos, se opone a la entrega, alegando que los hechos estarían prescritos y que se pueden investigar en nuestro país. Resultan cuanto menos llamativos estos argumentos, ya que es de conocimiento público que los delitos de lesa humanidad no prescriben, y que, por lo demás, en España ha quedado más que clara la nula voluntad de investigarlos. 

Ante la elevada sospecha de que la extradición de Billy el Niño sea denegada, este miércoles se celebra un acto en Madrid, impulsado por diversos colectivos contra la impunidad del franquismo,bajo el título: “Exposición de motivos: ¿por qué Billy el Niño debe ser extraditado?”. La entrada será libre.

En él varias víctimas relatarán las torturas a las que fueron sometidas, algo que les niega la justicia española, ya que hasta ahora no han podido ofrecer testimonio ante un tribunal de este país. Participarán integrantes de diversos sectores de la sociedad, se informará de las novedades en torno a la querella argentina, y se cerrará con música y poesía.  

El Estado español sigue negando verdad, justicia y reparación a las víctimas de los crímenes de la dictadura. Ante ello, como recordaba el domingo el relator de Naciones Unidas en el New York Times, “algunos problemas no desaparecen. No pueden ser barridos bajo la alfombra. La gente, como es lógico, no olvida”.

fuente: Publico.es




Periódico El Libertario de Venezuela: El “anarquismo” de derecha al servicio de la burguesía y el intervencionismo.

Como lector de la prensa anarquista, perplejo he observado como a raíz de las protestas de febrero de 2014 en Venezuela, el Periódico El Libertario se ha alejado radicalmente de los principios y finalidades del anarquismo, adoptando una línea en sintonía con los grandes medios de comunicación y en funcionalidad con el estatismo, la burguesía de derecha y el intervencionismo. El Periódico El Libertario, a través  de un lenguaje ciudadanista típicamente burgués de defensa de la Democracia y los Derechos Humanos, ha llegado incluso a exigir a través de su sitio digital, la intervención de organismos como la OEA en Venezuela (1), y a emitir manipulaciones como afirmar que el movimiento de Febrero en Venezuela había nacido desde la “espontaneidad”. (2)

Días antes, Rafael Uzcátegui, editor de El Libertario, en un artículo llamado Manifiesto Nini, señalaba:

“Hoy es una necesidad para oxigenar el viciado panorama político del país, reinventar dinámicas movimientistas y recuperar una institucionalidad democrática que responda a las necesidades de la gente”. (3)

Al leer tal declaración de intenciones democrático-burguesas, me pregunté cuáles eran las motivaciones de Rafael Uzcátegui para tal postura reformista. Decidí entonces leer con detención dicho periódico para comprender qué intereses persigue tal giro ideológico y visibilizar las posibles vinculaciones concretas del medio con la burguesía y los mecanismos que utilizan en nombre de “La Anarquía” para manipular mediáticamente, tanto nacional como internacionalmente.

Antes de continuar, creo pertinente recordar que las críticas a quienes participan en la elaboración de El Libertario, se suelen centrar sobre todo en que son personas de clase media acomodada, “sifrinos”, como dirían en Venezuela. Dichas críticas las considero insuficientes, ya que sin ser un tema menor el origen social de los editores, lo importante y fundamental para el anarquismo históricamente han sido las prácticas políticas y la conciencia libertaria. Pero quienes sostienen El Libertario, además de pertenecer a las clases medias aventajadas, ejercen una actividad política concreta que es esencialmente burguesa: el colaboracionismo, la conciliación de clases, el intervencionismo, el ciudadanismo y el pacifismo burgués. A continuación, intentaré demostrar porqué.

El Libertario y su vinculación directa con la organización burguesa Provea

El editor de El Libertario, Rafael Uzcátegui, conocido en entornos anarquistas como autor del libro Venezuela: La revolución como espectáculo,  es uno de los principales teóricos y funcionarios liberados de la ONG Provea, organización que ha sido fuertemente cuestionada por su carácter parcial en favor de los partidos de la derecha en Venezuela. (4) Provea y El Libertario comparten la misma línea discursiva de defensa de la democracia, la constitución y los derechos humanos. Rafael Uzcátegui, no es un simple funcionario de una empresa como en la que cualquiera de nosotros podría trabajar, sino que el trabajo que desarrolla en Provea corresponde a una actividad de militancia política remunerada como liberado de dicha organización.

 

 El Periódico El Libertario se presenta como el brazo comunicacional de Provea,  prueba de ello es que promueven en su sitio digital los comunicados de Provea, tanto escritos (5) como en formato vídeo (6).

El discurso por los DDHH y la Democracia, históricamente relacionado con la izquierda, es actualmente un arma del capitalismo intervencionista y neocolonizador. Ha sido en nombre de la democracia y los derechos humanos que se han consumado los genocidios e invasiones de Irak, Afganistán y Libia. Dicho discurso, es ensalzado por ONGs que llaman abiertamente al intervencionismo, práctica comunicacional que ha sido fuertemente criticada desde diferentes medios anticapitalistas, un ejemplo concreto es la crítica al intervencionismo de Amnistía Internacional por la revista anarquista Amor y Rabia. (7) 

En Venezuela la dinámica es similar: el mismo Rafael Uzcátegui a través de twitter (8), ha emitido comunicados de Provea llamando abiertamente al intervencionismo internacional: “Los hechos ocurridos en Venezuela muestran el deterioro de la institucionalidad pública para efectivamente arbitrar en las diversidad de posiciones políticas que existen en Venezuela. Frente a esta situación es muy importante que diversos sectores de la comunidad nacional e internacional reaccionen”. (9)

¿A qué se refiere esta ONG con ‘comunidad internacional’? ¿A la AIT? ¿Al mundo anárquico y obrero? Habría que ser muy ingenuo para pensar tal cosa.  Claramente se refieren a organismos político-militares asociados a organizaciones como a la UE y fundamentalmente a la OEA, donde destaca el gobierno de los EEUU. No es casualidad que Provea sea financiada por organismos de la alta burguesía internacional desde aquellos Estados.

¿Quiénes están detrás de Provea?

Provea es financiada principalmente desde EEUU y Europa. Es la misma organización quien señala en su página web recibir financiamiento directo desde diferentes empresas y Estados (10). Entre los financistas gubernamentales destaca Inglaterra, Estado que ha sido el protagonista junto a Estados Unidos en el genocidio de Irak y Afganistán. (11)

También destaca el financiamiento desde EEUU a Provea por la organización ‘democrática’ y ‘muy preocupada por el pueblo venezolano’, Open Society Institute (12), organización del terrorista financiero y estafador profesional George Soros(13). Situado por Forbes como uno de los 10 hombres más ricos de EEUU (14), George Soros es conocido por su rapaz capacidad en el mundo de la estafa mundial y fue el gran protagonista del miércoles negro,  crisis financiera que en 1992 provocó la quiebra del Banco de Inglaterra, a la vez que permitió a este especulador aumentar su fortuna en más  de mil millones de dólares. (15)

Entre los financistas privados de Provea también figura Ford Motor Company (16), empresa con importantes intereses industriales en Venezuela (Factoría de automóviles en Valencia, Estado de Carabobo). Ford Motor Company cuenta con un largo historial de colaboración con regímenes fascistas, financió al nazismo (17) y fue la primera gran empresa internacional que colaboró con el Franquismo (18). La empresa ha sido acusada en Argentina por haber participado directamente en la detención ilícita, tortura y las desapariciones de sus propios trabajadores bajo la dictadura militar de Videla y la junta militar que gobernó en Argentina entre 1976 y 1983. (19) El historial criminal de Ford es interminable. También destaca el despido antisindical  de 58 delegados de la coordinadora asamblearia en 1977 en la factoría de Almussafes en Valencia, España. También fue muy sonado el caso de despido contra el compañero  secretario general de la CNT en Ford, Alfredo Martínez, por oponerse al “Toyotismo”. (20)  Otro caso de terrorismo patronal de Ford fue dejar en la calle a 450 familias de trabajadores del Puerto de Santa María en Cádiz en 2011 por deslocalización, pese a que la fábrica presentaba cuantiosas ganancias desde 1990. (21)

Otro organismo financista de Provea es CEJIL (22), organización paraestatal con sede en EEUU, cuya misión es, según su página web: “impulsar cambios sistemáticos a nivel estatal, y sirven como jurisprudencia para la región” (22). CEJIL es consultora oficial de la OEA, Organización de Estados Americanos, donde EEUU ejerce y fortalece su dominación política, militar y económica en la región. (23)

Otros Estados que financian a Provea son Australia, Finlandia, Países Bajos, Noruega;  Alemania a través de organizaciones como Dienste in Übersee y España a través de la organización católica Funderetica (24). Dentro de los financistas privados de Provea también destaca el gigante químico-farmacéutico Merck (25), empresa que especula con la salud de millones de personas, con presencia en cientos de países.

Provea  también recibe financiamiento directo de la UE, (26) Organización de Estados que ha sido fuertemente cuestionada por ser junto a EEUU cómplices del golpe de Estado fascista en Ucrania de principios de 2014. (27)

En un artículo llamado “Autonomía para los movimientos sociales”, Rafael Uzcátegui, editor de El Libertario y activista a sueldo de Provea  aboga por “la creación de múltiples espacios para la supervivencia y la resistencia, autónomos y totalmente ajenos al Estado y a la empresa privada” (28)… Ante tal declaración, me pregunto, ¿Cómo alguien puede hablar de autonomía cuando recibe financiamiento directamente de la alta burguesía para sus actividades políticas?

El Libertario y la manipulación analítica de la revuelta de febrero en Venezuela

En la declaración ante los eventos de Febrero-Marzo 2014 en Venezuela, el colectivo editor de El Libertario afirma: “Al contrario a lo que se ha dicho sobre alborotos solo de burgueses y pequeño burgueses, tienen un contenido social transversal donde hay personas de todas las condiciones.” (29) Ante esto, pareciera que a El Libertario se les ‘olvida’ que los movimientos burgueses históricamente han sido interclasistas. Qué mejor ejemplo que la madre de todas las revoluciones: La revolución francesa, movimiento donde participaron personas de distintas clases y estratos sociales. En el movimiento golpista y reaccionario que finalmente derribó al gobierno socialdemócrata de Salvador Allende, también participaron personas de distintas clases sociales, desde trabajadores mineros, del transporte, hasta los grandes capitalistas y terratenientes.  Lo que determina si un movimiento es burgués, no es simplemente el origen social de los sujetos que participan sino la intencionalidad del mismo.

En el mismo informe sobre la revuelta de febrero, el Periódico El Libertario señala: “Es importante insistir en cuanto a que esta insurgencia colectiva ha sido y es básicamente espontánea”. (30)

He aquí una tremenda manipulación sociopolítica.  Afirmar que las protestas de febrero han sido desde la espontaneidad es intentar darle un carácter de auto-organización y de tintes anárquicos a un movimiento profundamente autoritario. Un movimiento motivado principalmente por consignas reaccionarias como el “fin de la inseguridad” (mano dura y cárcel para la delincuencia),  “Maduro vete Ya” y “SOS Venezuela”, es a todas luces un movimiento autoritario filofascista en busca del intervencionismo, el golpismo  y que en lo inmediato no conseguiría otra cosa que cambiar a un presidente por otro en el Poder del ejecutivo.

No se puede hablar de espontaneidad, cuando han sido los grandes partidos de la derecha y ultraderecha quienes han llamado a sublevarse contra el gobierno al grito de ‘Maduro Vete YA’. No se puede hablar de espontaneidad cuando hemos sido testigos como a través de los medios burgueses de comunicación existe todo un despliegue para avivar las protestas y el intervencionismo. No se puede hablar de espontaneísmo, cuando durante años sectores de la burguesía venezolana apoyados por gobiernos de diferentes latitudes y sobre todo por EEUU, han buscado derrocar por las buenas y por las malas a los gobiernos chavistas. No se puede hablar de espontaneísmo, cuando la derecha venezolana repite el mismo guion que finalmente terminó por derrocar al gobierno socialdemócrata de Salvador Allende. No se puede hablar de espontaneísmo, cuando durante décadas y décadas los países de Latinoamérica han sufrido levantamientos fascistas, con miles de muertos, torturados y desaparecidos, dirigidos por la burguesía internacional.

Los partidos que han convocado a las protestas de Febrero (Voluntad Popular,  Primero Justicia) corresponden a la derecha más reaccionaria de Venezuela. Son el equivalente a la UDI en Chile o al PP en España. La derecha más rancia de Venezuela.

El Libertario y la manipulación histórica 

 
Portada El Libertario Febrero/Marzo 2014, equiparando El Caracazo (1989) con la protesta del 12 de febrero de 2014
La represión del Estado terrorista se debe denunciar y criticar siempre, pero equiparar el Caracazo  de 1989, movimiento popular, espontáneo y anticapitalista contra las políticas canallas del FMI, con la revuelta burguesa y reaccionaria que azota desde el 12 de Febrero a sectores de la región venezolana es una manipulación y un insulto a las clases oprimidas y explotadas. Lo que vivió Venezuela no es un 15M de 2011 donde el ‘pueblo español’ sin un discurso político claro se lanzó a la calle a protestar contra la clase política unos y contra el capitalismo, otros. No es un ¡Que se vayan todos! que salió a las calles en Argentina de 2001 contra la estafa del corralito.  Lo que se vivió en Venezuela en febrero de 2014 fue un movimiento dirigido por los de partidos de ultra-derecha cuyo principal anhelo era y es derrocar al gobierno del burócrata Nicolás Maduro y hacerse con la máquina del Estado. Es decir, la revuelta de febrero fue un movimiento estatista, autoritario y burgués, de intenciones golpistas y prácticas filofascistas.

Insisto, la represión se debe denunciar siempre, pero sumarse mediáticamente a las manifestaciones que han sido convocadas por partidos de derecha es una práctica autoritaria y burguesa, una práctica tan o más autoritaria como apoyar a los gobiernos de forma directa o a través del mecanismo electoral.

Respecto a los estudiantes reprimidos es indudable que los libertarios allí donde estén deben solidarizar con los y las represaliadas, pero cuando los gobiernos de izquierda o derecha reprimen a los estudiantes en Chile, no justifica a que el movimiento estudiantil se sume hipotéticamente a protestas de la derecha. Del mismo modo, no imagino a anarquistas andaluces, vascos, catalanes o gallegos, sumarse a movilizaciones del PP o de Democracia Nacional. Aunque no es equiparable, pero dada la discusión, saco a colación los grupos autónomos de izquierda como VOP y sectores radicalizados del MIR para el periodo de la UP en Chile (1970-1973), por muy críticos que fueran de Allende, no se sumaban a las protestas de la burguesía de derecha que buscaban generar las condiciones necesarias para el golpe de Estado contra el gobierno de la UP.

El Libertario y su falsa crítica al Marxismo

También considero importante comunicar que El Libertario en ciertos documentos se muestra aparentemente crítico con la postura marxista de la tradición leninista latinoamericana del ‘poder popular’. Sin embargo, no duda en publicar a través de su sitio digital, los análisis y llamamientos del PSL, partido trotskista, es decir marxista y estatista. No conformes con ello, el Libertario y Provea organizan actividades en conjunto con el PSL, como el Encuentro sindical y popular en Caracas (31) donde comparten trinchera con la Corriente Clasista Unitaria Revolucionaria y Autónoma, brazo del sindicalismo estatista del PSL. (32)

El Libertario de Venezuela como voz de la burguesía

El periódico El Libertario a través de su sitio digital, durante las protestas de febrero y hasta hoy, se ha dedicado a difundir diferentes actividades y propagandas de la derecha venezolana, como  ‘Las cadenas humanas’ (33), ‘las vigilias’ (34) y ‘Testimonio: Sobre las protestas en Maracaibo’ (35). En este apartado podría llenar páginas y páginas con citas similares. La manipulación mediática de El Libertario es interminable. Cada día que reviso su sitio digital me encuentro con nuevas entradas―algunas son de mi agrado, debo decirlo―, de hecho la táctica de manipulación mediática de El Libertario consiste en intercalar imágenes, frases de Bakunin y comunicados anarquistas de importantes organizaciones  libertarias internacionales con propaganda autoritaria y de conciliación de clases. Es así como despistan y  generan simpatías en diferentes medios anarquistas. Pero es cosa de revisar un poco más a fondo su sitio digital para visibilizar que la tendencia liberal en El Libertario es la predominante.

También es habitual leer en El Libertario comunicados de la ONG neocolonizadora Amnistía Internacional.

La trinchera del editor del El Libertario, Rafael Uzcategui, es el ciudadanismo estatista, sus análisis se basan citando reiteradamente los DDHH y miserias autoritarias como la constitución. En una columna publicada el 17 de marzo de 2014,  Rafael Uzcategui afirma “Que se debe ser firme en condenar los hechos de violencia y ser contundente en rechazar cualquier mecanismo no constitucional.” (36)

¿Hace falta que explique por qué defender la constitución no es una práctica anarquista? ¿Desde cuándo los y las anarquistas somos los encargados de defender el orden constitucional de los Estados?

Conclusiones

El Periódico EL Libertario de Venezuela es el máximo exponente del “anarquismo” de derecha en Latinoamérica, es un medio que manipula de una forma descarada. Su principal función es acercar a las personas que tienen simpatía por las ideas anarquistas hacia posiciones liberales y ciudadanistas, y por tanto, funcionales al Estado, al capitalismo y la sociedad dividida en clases.

El Periódico El Libertario es un medio financiado directamente por la burguesía  internacional a través de la organización paraestatal Provea, es decir, no solo se alejan de los principios y finalidades del anarquismo a nivel comunicacional, sino que además, su posición especifica en el campo social es absolutamente burguesa y reaccionaria: la burocracia privada, los think tank, el subvencionismo, el parasitismo, la hipocresía sistémica, la conciliación de clases y el absurdismo teórico y práctico. En resumen, el Periódico El Libertario es un medio liberal, representante de la burguesía, funcional al estatismo y la clase dominante, son enemigos, por tanto, de las clases oprimidas y explotadas.

Consideraciones finales

La intención de este texto no es justificar bajo ningún motivo la represión del Estado terrorista venezolano, tampoco es un guiño hacia la socialdemocracia populista que gobierna en Venezuela, sino que es un llamado de atención hacia el mundo popular y principalmente hacia personas que trabajan contra-información, crítica anticapitalista, organizaciones autónomas y anarquistas, federaciones estudiantiles y anarcosindicalistas para que tengan al menos, un poco de prudencia a la hora de abordar los análisis liberal-burgueses y el panfletarismo de El Libertario de Venezuela.

La intención del anterior texto tampoco es defender a las tendencias  que han creado identidad con el chavismo, ni con aquellos partidos y organizaciones que le escriben poemas a Chávez. Cierto es que los gobiernos chavitas se han ganado la simpatía de amplios sectores de la izquierda, también, tristemente, de pequeños sectores que se autoproclaman como libertarios, no es la intención de este artículo criticar a dichas tendencias, aún así comentaré que quienes directa o indirectamente apoyan a gobiernos podrán tener, quizás, muy buenas intenciones, pero no son anarquistas. En lo personal tampoco considero a la FARV una organización anarquista. De hecho puedo coincidir con la gente de El Libertario en las campañas abstencionistas que han realizado en contraste con la FARV, quienes han hecho campaña electoral para apoyar a candidatos chavistas al Poder. Sin embargo, el anarquismo no es mero abstencionismo, se puede ser abstencionista y a la vez un burgués funcional a los intereses del capitalismo. Se puede ser abstencionista y la vez autoritario y désposta.

Independiente de las políticas públicas que fomenten los gobiernos chavistas, este, como cualquier otro gobierno, sigue reproduciendo y fortaleciendo la dominación del capitalismo, y como cualquier otro Estado, el venezolano usa la violencia de los mercenarios de las fuerzas policiales contra la sociedad. Es tarea de todos y todas denunciar a quienes colaboren con los gobiernos como también, tarea de todos y todas, denunciar las tendencias liberales que se disfrazan de anarquistas.

@tierrarevuelta

 
(1)               La OEA de Pilatos http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/2014/03/opinion-la-oea-de-pilatos.html
(2)              Declaración ante los eventos de Febrero-Marzo 2014http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/03/declaracion-ante-los-eventos-de-febrero.html
(3)              Manifiesto Nini http://rafaeluzcategui.wordpress.com/2014/02/03/manifiesto-nini/
(4)             Es cosa de revisar la página de Provea y observar que más que una ONG es un verdadero partido político o un brazo más del Estado, según la ocasión. http://www.derechos.org.ve/
(5)              Provea: Boletín Internacional febrero 2014 http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/03/provea-boletin-inernacional-febrero-2014.html
(6)             Provea: Situación de los DDHH en Vzla al 21.02.14http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/02/provea-situacion-de-los-ddhh-en-vzla-al.html
(7)              Amnistía Internacional, colonialismo con un rostro amablehttp://noticiasayr.blogspot.com/2014/01/amnistia-internacional-colonialismo-con.html
(8)            
 
fuente: noticias  y anarquia



Albert Camus. Su Relación con los anarquistas y su crítica libertaria de la violencia

La Editorial Eleuterio, del Grupo José Domingo Rojas, ha editado un magnífico libro: Albert Camus. Su Relación con los anarquistas y su crítica libertaria de la violencia. Su autor es Lou Marin, que lleva desde 1980 escribiendo en la publicación anarquista Graswurzelrevolution, editada en Alemania, fundada en 1972 tras el movimiento estudiantil que defendía «una sociedad sin violencia ni dominación»; en la actualidad, afincado en Marsella, desempeña labores como periodista, escritor, traductor y editor.
 
La colección Construyente de la editorial se inaugura con esta obra sobre Camus, un autor que, tal y como se dice en las palabras preliminares del libro, «nunca ha dejado de hablarnos»; una gran cantidad de anarquistas vieron en él a un compañero. Años después de su muerte, se escribió en el periódico Solidaridad Obrera: «Camus nos enseñó a no tender los puños a la cadena; el amor a la libertad; la repulsa a todas las tiranías; no matar nunca, aunque lo mande el César; desechar el odio; ser humildes entre los humildes; abrir surcos de redención y disipar tinieblas. Y a pesar de su agonía intelectual supo decir con optimismo: ‘El día de mañana es nuestro'». Como vieron tantos otros autores como Camus, el siglo XX fue el abandono de los valores de la libertad en el movimiento revolucionario, la conversión del socialismo libertario en «socialismo cesáreo y militar». Por eso, a principios del siglo XXI es tan necesario la visión de Camus; la libertad es el camino para llegar a la libertad. Marin recoge en esta obra un conjunto de investigaciones sobre la relación de Camus con los anarquistas y analiza en ellos su sensibilidad libertaria, especialmente en los 15 últimos años de su vida.

El primer ensayo del libro, con el título «El Camus desconocido. Albert Camus y el impacto de sus contribuciones periodísticas a la prensa pacifista, anarquista y sindicalista»; se trata de una referencia al libroCamus et les libertaires (Editons Egregore, Marseille 2008), extensa obra del propio Marin en la que recopila diversos artículos de Camus en la prensa anarquista o en relación al movimiento libertario. Desgraciadamente, la actitud de Camus de condena del totalitarismo comunista le llevó a ser tildado de «ideólogo de Occidente»; nada más lejos de la realidad y Marin nos lo demuestra reivindicando al casi olvidado Camus libertario. Su pensamiento y su praxis, así como sus contactos y amistades, así nos lo hacen ver. Camus colaboró activamente con la prensa anarquista y también defendió a los libertarios en los tribunales (página 23). Otro ejemplo: el periódico anarquista Témoins, con el que Camus había colaborado activamente, tras su muerte en 1960 publica abundante material recordando los contactos libertarios del autor (página 29). Camus critica, tanto el capitalismo, como el autoritarismo comunista; se niega a formar parte de esa falaz dialéctica adoptando un punto de vista libertario y una militancia activa, lo cual demuestra que algunas acusaciones de falta de compromiso por parte de la izquierda autoritaria son absolutamente infundadas. Justicia y libertad van siempre unidas en la emancipación definitiva: «Los oprimidos no solamente quieren que se les libere del hambre, sino también de sus amos…» (página 33). El conocido «no» de Camus, de su «hombre rebelde» es inequívocamente un no anarquista a la opresión; Marin nos hace ver que se trata también de un no a la violencia en cualquiera de sus formas (página 39).

«El genio libertario. La solidaridad de Albert Camus con los libertarios españoles en el exilio» es el segundo ensayo del libro, esta vez inédito. Tras la derrota en la Guerra Civil, multitud republicanos se refugiaron en Francia, gran parte de ellos anarquistas; Camus, de origen español por parte de madre, denunció el trato que se les dio, con la reclusión en campos de concentración; también, el restablecimiento de relaciones diplomáticas de De Gaulle con Franco en el periódico Combat desde el otoño de 1944. Jamás dejó de estar implicado en la liberación de España, y consideraba que la Segunda Guerra Mundial no podía estar acabada hasta que se produjese (página 44). La colaboración de Camus con medios ácratas en el exilio fue permanente; en un prefacio para una obra colectiva de 1946, L’Espagne libre, escribió que España fue «el único país en que la anarquía logró constituirse como un partido potente y organizado» (página 48). Fue siempre un defensor de los perseguidos de cualquier régimen totalitario, fuera el franquista o el soviético, sabiendo que los anarquistas habían sido los grandes derrotados; tal y como se muestra en el libro, a través de las palabras de los que le conocieron, Camus fue de esa clase rara de hombres que no buscan publicidad ni vanagloria en sus constantes gestos de solidaridad, más bien al contrario. Los anarquistas españoles en el exilio supieron reconocer los actos solidarios de Camus, así como su convergencia en ideas políticas; así se observa en las publicaciones Solidaridad Obrera y Cénit (pagína 57).

El tercer ensayo, denominado «La recepción de la obra de Albert Camus por parte de los anarquistas en los países anglófobos y germanófobos», se publicó originalmente en «Rencontres Méditerranéennes Albert Camus», un encuentro académico realizado entre el 10 y el 11 de octubre de 2008 en la localidad francesa de Lourmarin. Marin considera, y así nos lo hace ver, que la acogida ácrata de la obra de Camus en esos países nórdicos fue más crítica y fría que en España y Francia, aunque Herbert Read hizo una crítica favorable de El hombre rebelde en 1952 (página 64) y tuviera en general una visión muy buena de Camus. En las últimas décadas, ha habido más visiones favorables de Camus  y uno de los rehabilitadores de sus posiciones en la guerra de Argelia será Colin Ward en los años 90 (página 67) en la publicación Freedom. En el mundo germano, a pesar de esa fría acogida inicial, también han existido autores que han reivindicado a Camus en las últimas décadas.
«Camus y su crítica libertaria de la violencia» es el último ensayo de Lou Marin presente en el libro, que ve la luz por primera vez en castellano después de haber conocido una versión francesa a cargo de Indigène éditions en 2010. En este artículo, se ahonda en la crítica de la violencia que realizó Camus, desgraciadamente desaparecido cuando aún era joven; se trata de una crítica con una doble dimensión, tanto al capitalismo, sustentado en el poder de la burguesía, como a la desviación revolucionaria que supuso el estatismo, algo que el propio Camus veía como una traición a la revolución por no respetar los valores de la revuelta (página 101). Esta crítica con doble intención la realizó, por supuesto, profundizando en las ideas libertarias y dialogando con el movimiento anarquista. El libro se complementa con diverso material gráfico y con un anexo con escritos de y sobre Albert Camus.




Una tienda de disfraces

Aprobado el proyecto de ley orgánica para la protección de la seguridad ciudadana, Juan Lanas se vio abocado a bajar persiana (toldo que ahora suben unos chinos por aclamación popular hacia el patrón mandarín), cerró su comercio por mor del artículo 35.17 capítulo cinco, ese que nos prohíbe a las personas civiles disfrazarnos de policías, cuando la demanda de tricornios y capas era la que mantenía últimamente a flote su tienda de disfraces.

 MartinVillaMovimiento

Fue un largo pesar, pasar del jamón a la mortadela, de la mortadela a la nada, pesar que costó digerir, pasando copiosas hambrunas para hacer frente a la hipoteca, Juan, Juana, Juanita y Juanito, los cuatro miembros la familia Lanas Lanas, resolvieron un día ponerse tras la pancarta: «Más hambre que Carpanta», así rezaban también las pegatinas alusivas que pusieron en una marquesina de la villavesa, siendo multados por un agente del orden y la ley: «por falta de deslucimiento leve» sentenció, en correspondencia con otro artículo más del capítulo cinco de esa ley orgánica, siendo multados con mil euros del ala y por cabeza, que de leve nada.

 

Así pues, sumando mil euros por aquí, mil euros por allá y otros mil por acullá, así se explica que en el estado español se haya disparado el gasto en material antidisturbios en casi un dosmil por ciento en un año, pues mejor que matar dos pájaros de un tiro lo es derribar uno de dos o tres o los que hagan falta, y más si es un perroflauta, uno más de aquellos que cuando niños de la “transición” fuimos forzados a soplar en el cole y sin tregua el himno de la alegría con la flauta dulce mientras, en la calle, se libraban amargas batallas entre las víctimas de la reconversión industrial y los verdugos del cambalache democrático: «demócratas de toda la vida», rezan hoy sus epitafios que alimentan nuestro alzhéimer histórico.

 

Un alzhéimer como la amnesia en boga de no pocos periodistas, reporteros y gacetilleros demócrata-cambalacheros, que no cejan en dar lecciones de moralidad por el miedo que pasaron quienes dan miedo el pasado 22 de Marzo en Madrid, ellos que ocultaron los crímenes de Ceuta porque esos negros, piensan y dicen, son los que roban el trabajo a españoles de bien como Juan Lanas, son los negros quienes pretenden despojarnos de los pocos derechos por sucesión que todavía conservamos los siervos del Borbón cazador.

 

Y así fue por la caza del siervo que, Juan Lanas ahora, viste un traje de rayas que no es disfraz porque, desde aquel su arrebato, duerme en Alcalá Maco, por pretender asaltar un bazar chino que antes lo fue de disfraces, con el agravante de hacerlo en paños de picoleto (léase el artículo 35.17 del capítulo cinco del proyecto de ley orgánica para la protección de la seguridad ciudadana), siendo apresado por un policía enmascarado de perroflauta (la ley se lo permite), cayéndole la de san Dos lustros cuatro meses y un día al pobre badanas. Asimismo Juana, viste ahora de látex que tampoco es disfraz, es su nuevo oficio el más antiguo oficio. Por otro lado los niños ahora visten de harapos, siempre en cuaresma no en carnavales mientras el poli, ese se viste de poli bueno y el político que no se quita la máscara de persona íntegra e insobornable ni en sus citas con el señor del maletín, el del lobby de los disfraces.

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 Goio Gonzalez (Malatextos kolektiboa)




Rouco Varela alerta de que «los hechos y las actitudes que causaron la Guerra Civil» pueden repetirse

Rouco Varela dedica una oración al expresidente en la capilla ardiente del Congreso

Rouco Varela ha oficiado el funeral por Adolfo Suárez en la catedral de La Almudena.

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, no ha dejado pasar la oportunidad de introducir mensajes con carga política durante la misa funeral en honor de Adolfo Suárez. Entre recuerdos a la figura del expresidente y a su importancia en la vida política española, Rouco se ha referido a «aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la Guerra Civil» y ha concretado: «los hechos y las actitudes que la causaron y que la pueden causar».

El posible renacimiento de esos hechos que, en opinión del cardenal, se pueden volver a repetir no ha sido la única referencia. También ha rescatado la frase que Suárez escogió como epitafio, «la concordia fue posible», para aplicarla a la política actual.

Así, el cardenal se ha preguntado «¿Por qué no ha de serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus comunidades históricas?» en presencia de los reyes, los príncipes y el Gobierno casi al completo. Los 17 presidentes autonómicos y la nutrida representación de mandatarios extranjeros, entre la que ha resultado polémica la asistencia del guineano Teodoro Obiang, han escuchado cómo la alusión a las ansias de independentismo de Cataluña se colaban de refilón en la homilía.

En su sermón, Rouco ha recordado el espíritu de sacrificio de Suárez y su sentido de Estado, por lo que ha recordado «su vida al servicio de España. Esa entrega, en opinión del cardenal, «resulta inexplicable sin la fuerza inspiradora y motivadora del amor cristiano».

 

España, su unidad y su futuro han compartido protagonismo con algunas referencias más personales a Suárez y a la pérdida de su mujer e hija fallecidas a causa del cáncer. Así, ha llamado a rezar por su recuerdo y, por extensión, por España: «Su plegaria es hoy nuestra plegaria, la plegaria de la Iglesia de España. Es la plegaria de España».

Para despedir su sermón, el cardenal ha informado a los asistentes de que «la Virgen María quiere acompañar nuestra plegaria en esta eucaristía por nuestro querido hermano Adolfo y por España».

Luz Sanchis para publico.es




La Dignidad y la Desvergüenza

“La ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos humanos son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos”. Con esta consigna arrancaba hace más de dos siglos, en las calles de París, una de las Marchas por la Dignidad que mayor huella dejaría en la historia de la humanidad. La semana pasada, esas palabras volvieron a resonar, en diferentes lenguas, entre las miles de mujeres, hombres y niños que, desde diferentes rincones del Estado, ocuparon las calles de Madrid para alzarse contra el despojo de sus derechos más elementales. Dignidad, dignidá, dignitat, dignidade, duitasuna.

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Esta exigencia de dignidad, de respeto, es la respuesta a una política que pretende convertir el miedo en una categoría central de la vida cotidiana. El miedo al endeudamiento, al desahucio, al exilio forzoso, a la pérdida de unos ahorros o de un empleo cada vez más miserables. Esta política del miedo, de la ignorancia y del desprecio por los derechos, tiene dos caras. Una, la de los antisociales decretos leyes de los viernes, la de las contrarreformas laborales, la de la conversión de la vivienda en un lujo para pocos, la del asalto privatizador a la sanidad y a la educación, la de los 200.000 millones de euros para la banca. La otra, la represiva. La que arma a la policía hasta los dientes y la lanza como un mastín desbocado, babeante, contra una ciudadanía indefensa. La que siempre tiene a mano una reforma amenazadora del Código Penal, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, de las infames leyes de Seguridad Ciudadana y de Seguridad Privada, de la Ley del Aborto.

Quienes impulsan esta política del miedo son gente creyente, como el Ministro Fernández Díaz, que encomienda a Santa Teresa la resolución de la crisis mientras recibe a los desesperados en Ceuta y Melilla con vallas cortantes y disparos. También son gente piadosa, como el Ministro Ruiz Gallardón, artífice de una justicia para ricos y del enésimo intento de controlar el cuerpo de las mujeres, comenzando por las más pobres, por las que nunca podrán burlar la ley en clínicas privadas de pago.

Esta gente creyente, esta gente piadosa, autorizó a la policía a irrumpir en Madrid con balas de goma y gases lacrimógenos mientras las integrantes del Coro de la Solfónica, dirigida por Sonia Megías, gritaban “estas son nuestra armas”, enseñando sus instrumentos y las partituras. Esta gente creyente, esta gente piadosa, toleró infiltraciones, cargas desmesuradas y permitió que decenas de detenidos tuvieran que permanecer siete horas contra una pared y con los brazos en alto en los calabozos de Moratalaz, sin poder ir al servicio, sin beber ni comer hasta el día domingo. Y esta misma gente ordenó a la policía que disolviera la concentración legítima de apoyo y de solidaridad con quienes, en la más absoluta impotencia, habían visto avasallados sus derechos.

Da igual que el Comisario Europeo de Derechos Humanos, Nils Muiznieks, haya pedido, hace solo unos meses, el fin de la impunidad con la que las autoridades españolas suelen tratar los abusos policiales en manifestaciones y comisarías. Da igual que desde el Consejo General de Poder Judicial se hayan confirmado muchos de los vicios de inconstitucionalidad que las asociaciones de derechos humanos señalaron en la llamada Ley Mordaza. Da igual también que hasta los sindicatos policiales cuestionen la política irresponsable de unos altos mandos empeñados en presentar todo acto de protesta como una conspiración terrorista o filonazi.

Esta imperturbabilidad, esta incapacidad para rectificar, es consustancial al Régimen del miedo, del desprecio por los derechos, tan necesario cuando lo que se pretende es blindar privilegios que solo pueden prosperar en las alcantarillas del poder, sin luz pública alguna. De ahí el sutil pero efectivo golpe mediático que se ha producido en los últimos meses. El que permite a los grandes periódicos y televisiones silenciar y ridiculizar la protesta social. La de ahora y la de siempre. La hipócrita e interesada recuperación de la figura Adolfo Suárez como emblema de un “Consenso sin conflicto” tiene ese propósito. Borrar la memoria de la presión en la calle que forzó al Régimen franquista a abrirse más de lo que hubiera querido, y evitar, claro, que esta presión pueda llegar a imponer hoy la ruptura democrática que entonces no se consiguió.

En un momento de desasosiego social muy profundo, la Marcha por la Dignidad ha espoleado la esperanza de miles de personas que asistían impotentes, atemorizadas, a la expropiación de sus derechos y de la capacidad de decidir sobre sus vidas. Ese grito de esperanza tendrá continuidad en decenas de manifestaciones y actos, como los que tendrán lugar esta semana en Barcelona para denunciar las políticas represivas y apoyar a quienes, hace más de dos años, rodearon el Parlament de Catalunya para impugnar los presupuestos más anti-sociales aprobados desde tiempos del franquismo. Cada uno de estos actos, cada una de estas manifestaciones, será una confirmación, modesta pero irrevocable ya, del viejo aforismo de Lichtenberg: cuando los que mandan pierden la vergüenza, los de abajo pierden el respeto. No se trata más que de eso: de exigir dignidad, de plantar cara, a una gente que lo ha hecho todo por convertirse en la encarnación más acabada de la desvergüenza.

fuente: Publico.es




Adolfo Suárez: otra necrológica posible (e históricamente necesaria)

Donde la mayor parte de las biografías sobre Suárez, y especialmente aquellas narraciones institucionales sobre la transición, flaquean es a la hora de adentrarnos en el papel que jugó el expresidente en el proceso de reestructuración del modelo capitalista español así como en la sistemática represión de los movimientos contestatarios en el comienzo de la Transición.

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Hace ya mucho tiempo que la biografía oficial y oficializante de Adolfo Suárez González, Duque de Suárez (1932-2014), está escrita. Incluso, a buen seguro, las necrológicas que ahora se están publicando con presura llevaban ya meses, años, guardadas en la “nevera” de los grandes medios de comunicación. Así funciona la “prensa libre”.

La gran representación de lo esperado y esperable funcionó a la perfección desde el primer momento en que uno de sus hijos, Adolfo Suárez Illana, comunicó la noticia del “inminente” desenlace. La reacción fue inmediata. El aparato propagandístico no tardó en ponerse en marcha. Imágenes conocidas, esperadas, lugares comunes donde los haya, empezaron a difundirse a la velocidad a la que hoy nos tienen acostumbrados. Sí, los portavoces de las políticas de la memoria oficial/institucional reaccionaron al instante. No faltó detalle en la puesta en escena.

Pero esa misma representación que forma parte de la escenificación de ese relato lineal, uniforme, acrítico, que constituye la sustancia esencial de la narración canónica de la transición postfranquista –como discurso que todo lo ha impregnado para al menos tres generaciones de ciudadanos–, sonaba a vieja, a caduca. Aunque el esperable “babeo” de los biógrafos oficiales de Suárez era de suponer, se ha llegado a tan altas cimas, en esta ocasión, que no deja, al mismo tiempo, de representar el final predecible y cercano de este mismo relato agonizante. Ya lo dijo Beltrolt Brecht cuando afirmó que la “crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”. Nada nuevo se ha dicho, ni se pensaba decir, acerca del predecible fallecimiento de Suárez. En estos eventos mediáticos-propagandísticos la crítica es superflua. Y, por supuesto, no se ha desaprovechado tan magnífica ocasión para remarcar los dogmas de aquella edulcorada transición: que si fue modélica, que si fue pacífica, que si fue extrapolable… Sin olvidarnos de otros sonados éxitos de esa misma musiquilla: reconciliación, conciliación… ¡Todo tiene un aroma tan rancio!

Como en toda biografía de político de primer nivel que se precie, el triángulo de corrupción-especulación-impunidad está presente

Y pese a todo, la trayectoria personal de Adolfo Suárez es tan compleja, tan poliédrica, que debería ser objeto de un análisis riguroso y sosegado. Pues hablamos no sólo de la imagen proyectada, o pretendidamente proyectada, sino de algo más relevante en términos históricos: el origen de la teórica legitimidad del régimen político-económico actual. Un asunto demasiado importante para ser cautos o cuanto menos estar atentos ante las habituales mistificaciones. De hecho, rastrear históricamente en la biografía del presidente Suárez, más allá de esos mismos lugares comunes, puede permitir proyectar no sólo lo que pudo ser o no ser la transición –aspecto que se escapa a los historiadores– sino también, ante todo, ayudar a internarse por otros lugares no habituales –eso sí, cada vez más habituales– que reflejan las luces y sombras de la otra transición a la democracia, como un discurso que a medio-largo plazo reemplazará, mediante reforma o ruptura, al actual.En esta breve necrológica, al menos, nos gustaría destacar tres cuestiones que nunca se resaltarán debidamente en estos días de luto nacional.

La metamorfosis y el modelo económico

La primera cuestión sobre la que cabría discutir es la propia conversión hasta la metamorfosis total del Suárez franquista a demócrata convencido en un tiempo récord. Uno de otros tantos casos “milagrosos”. Y no es baladí lo anterior. No esperen oír ni menos leer voces críticas, en estos días de tristeza nacional, de aquellos biógrafos ya no críticos –y aquí el ejemplo, por antonomasia, es Gregorio Morán– sino de sus declarados enemigos que los hubo y siguen existiendo con más o menos fundadas razones. Nada va a perturbar la puesta en escena. No se está aquí ante un juicio ético o moral, sino simplemente histórico. Pues resulta que internarse en la trayectoria biográfica de Suárez –hasta donde lo permite la muy escasa documentación disponible, que es otra cuestión sobre la que cabría discernir largamente– desde su infancia, su apresurada escalada por los centros de poder franquistas –sin ningún tipo de escrúpulo o mala conciencia incluido corrupciones varias de diferente índole– hasta ser nombrado presidente del segundo Gobierno de la Monarquía (julio de 1976), nos conduce a la misma esencia de los “límites infranqueables” de la llamada transición a la democracia.

De la misma forma, dicha senda vital nos refleja cómo se las ingeniaron las fuerzas vivas del franquismo para que todo cambiara sin que nada cambiara.Toda una obra de ingeniería político-mediática sin precedentes. Con una nota añadida, constituye el mejor camino para conocer al Suárez político al 100% en donde los medios justificaron los fines. O dicho de otra forma, Suárez fue un político, ante todo, pragmático. Son tantos los ejemplos que se podrían exponer de cómo se construyó aquella biografía empezando por cómo supo sacar el debido provecho de la tragedia de la urbanización de los Los Ángeles de San Rafael en Segovia, en junio de 1969. Como en toda biografía de político de primer nivel que se precie, el triángulo de corrupción-especulación-impunidad está presente… Y con todo, es cierto, es verificable en términos históricos –más allá de esa invención del pasado de la que nos previniera Hobsbawm– que Suárez se terminó por creer su papel de salvador de la Transición, de la Patria. Por convicción o por pragmatismo –a gusto del lector– no se le podrá achacar sus no pocos sacrificios políticos pero también personales en busca de ese “fin común” de que, al menos, se superara la dictadura franquista de cara a avanzar a un sistema democrático de mercado con todas sus limitaciones. ¡Qué difícil tarea la de separar en este caso lo individual de lo colectivo!

 

Pero donde la mayor parte de las biografías sobre Suárez y especialmente aquellas narraciones institucionales sobre la transición flaquean, es a la hora de adentrarnos –en ocasiones hasta el punto de tratarnos como súbditos antes que ciudadanos– en el papel que jugó nuestro protagonista en el proceso de reestructuración del modelo capitalista español. Es hora ya de adentrarnos en una historia de clase de este tiempo histórico. La mistificación, la simple edulcoración más elaborada o burda, sobre la necesidad imponderable de los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977) ha sido tal que ha difuminado casi por completo las otras vías de desarrollo que se pudieron llegar a dar. No sólo fueron los Pactos de la Moncloa –sin adentrarnos en otros asuntos tan espinosos como la Ley de Amnistía también de octubre de 1977– sino toda una pléyade de normativas a posteriori que instrumentalizaron la crisis económica de los setenta, para integrarnos en la nueva división internacional del mercado con las consecuencias del todo sabidas.

Pero no termina aquí la posible crítica histórica. Fuera por convencimiento o por pragmatismo, el proyecto político-económico que encarnó la UCD y el mismo Suárez durante la primera legislatura (1977-1979) con rasgos, en ocasiones, netamente progresistas quedarían eliminados muy pronto. Secuestrada económica y presupuestariamente UCD por la CEOE y otros centros de poder financieros –como relató el poco sospechoso periodista Mariano Guindal en El declive de los dioses– su programa de actuación quedó prontamente limitado en aspectos de no poca trascendencia. Un secuestro mediante vías formales o forzadas que, en cualquier caso, no modifica el resultado final.

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Azote de los movimientos obreros y sociales

Ahora bien, si hay un lugar por el que los biógrafos y los relatos oficializantes han pasado de largo, es el relativo a la obra y venturas de Adolfo Suárez en su papel clave en la represión, vigilancia y espionaje contra el movimiento obrero y los entonces llamados “nuevos” movimientos sociales. Existe ya la suficiente evidencia empírica y bibliografía consolidada –pese al bloqueo sistemático en el acceso y consulta a la documentación histórica de este tiempo– para hablar en estos términos que tan mal casan con esos adjetivos grandilocuentes de reconciliación, consenso, pacífica siempre que aparece el vocablo “Transición”. Y hablando de lecturas malditas –siempre ignoradas en estos días– recordamos que a día de hoy ningún investigador o especialista ha puesto en cuestión los datos en su día esgrimidos por Alfredo Grimaldos –La sombra de Franco en la Transición – o Mariano Sánchez –La transición sangrienta– y de otros tantos investigadores que nos hemos dedicado a la tarea. ¿Nadie recordará, algún día, la memoria de los estudiantes José Luis Martínez y Emilio Montañés ametrallados un 13 de noviembre de 1979 por la fuerzas del “orden público” en una manifestación de estudiantes y trabajadores contra el Estatuto de los Trabajadores? Y lo anterior no deja de ser un caso aislado entre los centenares que pudieran ser expuestos, en un tiempo histórico en que la violencia política institucional se combinó con el amparo por parte de los organismos estatales en lo referido a una extendida política de terrorismo de Estado.

No estamos hablando solamente de que, por ejemplo, los sindicatos mayoritarios entonces –desde CCOO, incluso la renacida CNT o hasta UGT u otros tantos casos– fueran vigilados, sometidos a todo tipo de espionaje o de infiltraciones, sino es que se puede afirmar que existió toda una política de control y represión contra el movimiento obrero. No valen aquí ni los argumentos de la lucha anti-terrorista de ETA ni otros tantos lugares comunes ya citados. Ni siquiera cabe hablar aquí de esa siempre citada correlación de fuerzas. Se está hablando, sencillamente, de una política institucional –y suponemos que el presidente Suárez algo sabría– en donde tan sólo en el año 1979 –en el que se dio uno de los últimos repuntes de la lucha de clases en la España contemporánea, alcanzándose niveles récord de conflictividad obrera– se emplearon todos los medios con el fin de derrotar a quien siempre se consideró el enemigo principal: el movimiento obrero. Un episodio, entre otros tantos revisables, con nombres, datos y cifras. No son suspicacias ni críticas no fundamentadas, sino hecho reales, tan reales como el hecho de que nunca Suárez tuvo voluntad real de cuestionar ni menos tocar el aparato de los grupos terroristas de extrema derecha cuando no se les amparó por omisión o acción… ¡Que difícil resulta siempre referirnos a la violencia cuando quien la ejerce es el Estado!

Estos pequeños episodios aquí narrados, y otros tantos que se pudieran exponer –desde los porqués reales de la legalización del PCE o hasta el nodo fundacional del siempre citado frustrado Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981– resultan y resultarán siempre lugares incómodos no de memoria sino de historia en los relatos hagiográficos de Suárez. De este modo, nada nuevo se va decir como conclusión: el trabajo de los historiadores profesionales –sí aquellos con una teoría y un método científico que rastrean en esos siempre incómodos papeles que ni siquiera Martín Villa pudo destruir– se enfrentan a un primer gran reto de enormes dimensiones: desmitificar a Adolfo Suárez como persona y político.

No de cara a una crítica estructural y frontal. No. Nuestra labor y trabajo es otro, pues de lo que se trata es de reconstruir esa misma biografía personal y política desde las bases del conocimiento histórico. Un reto que se aparece en una perspectiva a medio-largo plazo de muy complicada realización. Se trata ya no de confrontar, cuestionar, la representación heroico-institucional del binomio transición-Suárez, con Museo ad hoc, sino de algo más sustancial: ¿Dónde están los papeles del archivo personal pero también institucional del primer Presidente de la Transición? ¿Dónde están los papeles de la UCD o incluso del CDS? ¿Por qué todavía hoy sigue cerrado el acceso y consulta la documentación de la Brigada Político-Social, del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil, los diferentes archivos militares y de los centros de inteligencia antes y después de esa “modélica transición”? Y aquí está el posible punto de arranque para que los historiadores podamos en su día realizar una biografía política y social de Suárez en condiciones y con todas las garantías. Mientras tanto, el mito, la memoria institucional/oficial prevalecerá en el próximo inmediato. Y con ella el hoy cada vez más cuestionado “modelo español de impunidad”.

MartinVillaMovimiento

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Nadie recordará, algún día, la memoria de los estudiantes José Luis Martínez y Emilio Montañés ametrallados un 13 de noviembre de 1979 por la fuerzas del “orden público” en una manifestación de estudiantes y trabajadores contra el Estatuto de los Trabajadores?

fuente: Diagonal




Emboscada de Pasaia, treinta años en la memoria colectiva

Se cumplen treinta años de la muerte a manos de la Policía española de cuatro militantes de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Tres décadas de un hecho que en la memoria colectiva ha quedado grabado como «la emboscada de Pasaia». Recopilamos varios artículos publicados en Naiz sobre esta masacre y algunos enlaces para ampliar información.

TESTIMONIO DE JOSEBA MERINO, UNO DE LOS DOS SUPERVIVIENTES

Se cumplen treinta años de la muerte a manos de la Policía española de cuatro militantes de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Tres décadas de un hecho que en la memoria colectiva ha quedado grabado como «la emboscada de Pasaia». NAIZ se ha citado con uno de los supervivientes de aquella acción policial, Joseba Merino, que nos ofrece su relato en el lugar exacto donde ocurrió la tragedia. Las rocas de Pasai Donibane se convierten en el escenario que nos lleva atrás en el tiempo, hasta el 22 de marzo de 1984.

Las 22.30 de la noche del 22 de marzo de 1984. Cuatro miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) fallecen en una emboscada de la Policía española en la bahía de Pasaia. José María Izura ‘Pelu’ y Pedro María Isart ‘Pelitxo’ mueren durante la operación policial. Rafael Delas ‘Txapas’ y Dionisio Aizpuru ‘Kurro’, caen tiroteados pocos minutos más tarde. Joseba Merino, único superviviente –junto con Rosa Jimeno–, rememora lo sucedido cuando se cumplen treinta años de aquellos hechos.

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Joseba Merino observa las cuatro siluetas dibujadas en el lugar donde ocurrió la emboscada. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Accede a citarse con nosotros en Pasai Donibane, en el lugar exacto donde cayeron muertos sus cuatro compañeros. Observa las rocas sobre las que aún siguen dibujadas las siluetas que recuerdan a las cuatro víctimas mortales. Comienza su relato como si hubiese ocurrido ayer.

‘Pelu’, ‘Pelitxo’, ‘Txapas’, ‘Kurro’ y el propio Merino, junto con su perra Beltza, salieron del puerto de Ziburu en una zodiac rumbo a Pasaia. Permanecían en Ipar Euskal Herria, en un ambiente muy marcado por la guerra sucia y la actividad de los grupos parapoliciales. «Hacía mala mar, había niebla, y a la altura de Hondarribia estuvimos a punto de darnos contra las rocas. Decidimos que si en diez minutos no veíamos el faro, nos daríamos la vuelta. Entonces vimos luces de dos mercantes que estaban atracados fuera de Pasaia. Justo a la entrada de la bocana nos quedamos sin combustible, rellenamos la zodiac, y cuando entramos vimos a Rosa con una linterna que nos hizo unas señales que nos indicaban que todo estaba bien».

En Pasaia les esperaba Rosa Jimeno, compañera que días antes fue secuestrada por la Policía española y obligada bajo torturas y amenazas a establecer una cita con ellos. Fue el cebo de la emboscada. Ellos jamás sospecharon de nada.

«Llegamos con la embarcación; la llevaba yo. Vimos las señales de la linterna y pusimos aquí la proa (junto a las rocas). No veíamos nada. Le eché un cabo a Rosa para que sujetara la embarcación».

«Primero desembarcaron ‘Kurro’ y ‘Pelitxo’. Yo le pasé después una bolsa con material a ‘Pelitxo’ y le dije a ‘Kurro’ que cogiera a Beltza. Cuando me encontraba agachado cogiendo a la perra y la segunda vez que le dije a ‘Kurro’ que la cogiera, se escuchó un ‘¡Alto! ¡Policía!’ y un disparo suelto. Y de seguido, cientos de disparos».

«Nos pilló totalmente de sorpresa», relata Merino. Rosa tenía los pies atados con una cuerda, y cuando comenzó la ráfaga, tiraron de la misma, por lo que cayó al suelo y no resultó herida. ‘Pelu’ y ‘Pelitxo’ murieron a consecuencia de esos disparos, mientras el resto de compañeros intentó sobrevivir.

«Yo me encontraba agachado cogiendo a la perra y actué por instinto. Solté a la perra y me eché por la borda al agua. Di unas brazadas por debajo del agua; notaba cómo pasaban las balas muy cerca de mí, incluso una me rozó la nariz», rememora.

«No tardaron más de minuto y medio en encontrarme», dice Merino. «Me obligaron a subir a las rocas. Estaba todo lleno de policías y la situación era muy tensa, con insultos y amenazas por parte de ellos. «No te muevas que te mato»…. Los policías estaban histéricos».

Merino fue colocado junto a ‘Kurro’, ya detenido por los policías, ambos con las manos en la cabeza, mientras seguían buscando al resto de compañeros. Hallaron a ‘Txapas’ y «le obligaron a subir junto con nosotros. ‘Txapas’, ‘Kurro’ y yo, los tres estábamos desarmados y con las manos en la cabeza». ‘Pelu’ y ‘Pelitxo’ ya habían muerto.

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Merino, apostado en la placa que recuerda a los cuatro fallecidos

La Policía española les pidió que se identificaran. Así lo hicieron. Merino fue apartado de sus compañeros a una corta distancia. «Con insultos y amenazas me indicaron que me alejara un poco. Tres policías se acercaron –armados con una Ingram 10 y una UZI– y bajaron hasta donde nosotros. Preguntaron a mis compañeros los nombres y estos se los dijeron». Entonces se escuchó: ‘Vais a morir’. «Abrieron fuego a una distancia muy corta, a menos de un metro».

‘Txapas’ y ‘Kurro’ yacían ya sobre las rocas de la Bahía de Pasaia. «Cuando ves que les fusilan no reaccionas. ¿Es verdad?, ¿es real lo que estas viendo?», se pregunta.

Un mes después de la muerte de Enrique Casas

Joseba Merino asegura que la emboscada de Pasaia está directamente relacionada con la muerte de Enrique Casas, exsecretario de Organización del PSE, fallecido en un atentado de los Comandos Autonómos Anticapitalistas un mes antes, el 23 de febrero de 1984. Y esa es, a su juicio, una de las razones por las que no murió en aquella operación.

«La Policía no contemplaba entre sus análisis que una ‘ekintza’ como la realizada contra Enrique Casas hubiera sido llevada a cabo por un grupo tan minoritario como los Comandos Autónomos Anticapitalistas, ni que se hubiera hecho sin el visto bueno de ETA Militar. Entonces se les presentó la oportunidad de sacar información sobre lo que ocurrió», dice Merino, quien permaneció 17 años en prisión por su presunta relación con el atentado contra Casas.

Considera que la emboscada de Pasaia suponía «un éxito propagandístico» para el entonces presidente del Gobierno español, Felipe González. «Era un éxito propagandístico poder presentar ante la opinión publica a uno de los dos que presuntamente había participado en la ‘ekintza’ contra Enrique Casas».

Por otra parte, recuerda que él era el responsable de «infraestructuras» dentro de los CAA. Afirma que pocas horas antes dos compañeros escaparon de un piso de Eibar, donde la Policía española acudió a detenerlos. «Hubo incluso disparos, pero consiguieron escapar». Merino cree que, a través de él, la Policía también tenía oportunidad de lograr información sobre los pisos donde podrían haberse refugiado estas personas.

Robo-adquisición de coches; «ahí nació la tragedia»

Merino explica que la emboscada de Pasaia «fue fruto de nuestros excesos de confianza y equivocaciones». Los CAA, asegura, robaban coches para sus acciones, «con un riesgo muy alto» de terminar en un «desastre». Asegura que decidieron cambiar de modus operandi para adquirir vehículos. «Íbamos a los concesionarios y los ‘comprábamos’. Nos comprometíamos a hacer la transferencia para el pago, pero luego no la hacíamos. Así teníamos un coche que ante la Policía no constaba como robado», dice.

La captura de Rosa Jimeno llegó a través de uno de esos coches. «Había un coche que no utilizábamos y le dimos las llaves a Rosa para que lo moviera. Para la Policía era una tarea fácil. Apuntar todos los coches que se habían vendido en los últimos meses, llamar a Tráfico, y enseguida sabían qué coche estaba sin pagar. Localizaron el coche enseguida».

El 18 de marzo, cuatro días antes de la emboscada, Rosa Jimeno acudió a mover el coche y fue capturada por la Policía. «Le cogen un número de teléfono y unas llaves. La torturan y descubren que el teléfono era de un contacto de Iparralde y las llaves también. Y eso acabó en tragedia. Fue fallo nuestro, se lo pusimos en bandeja».

ROSA JIMENO, EL «CEBO» DE LA EMBOSCADA

Rosa Jimeno, la segunda superviviente de la emboscada de Pasaia, fue secuestrada por la Policía española cuatro días antes del operativo contra los militantes de los Comandos Autonómos Anticapitalistas (CAA). Bajo torturas y amenazas, fue obligada a establecer una cita con ellos, quienes accedieron a acudir sin tener sospecha alguna de lo que iba a ocurrir.

Todo comenzó el 18 de marzo de 1984, cuando Rosa Jimeno era arrestada por la Policía española. La captura se produjo en Donostia, en la plaza Pío XII, cuando la joven oriotarra se aproximaba a un vehículo de los CAA que debía mover de su ubicación. La Policía tenía el coche controlado de antemano. Nadie supo de su arresto.

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Rosa Jimeno ofreció su testimonio a GARA en una entrevista realizada en 2008. (Gari GARAIALDE/ARGAZKI PRESS)

Recuperamos su relato del texto «Bahía de Pasaia, la emboscada impune», publicado en GARA en el año 2008. En el mismo detalla cómo mediante torturas, y colocándole una pistola en la nuca la obligaron a telefonear a su casa y a su trabajo para indicar que no aparecería en unos días. Los agentes la obligaron a argumentar que tenía que ayudar a una amiga embarazada, por lo que pasaría unos días fuera de casa.

Sus padres conocían demasiado bien a su hija, por lo que sospecharon de la llamada. Incluso acudieron a comisaría a preguntar por su hija, pero la detención fue registrada con una identidad falsa, por lo que el nombre de Rosa Jimeno no figuraba allí. «Querían mantener el arresto en secreto… al fin y al cabo fue un secuestro», explicaba.

En el momento de la detención, la joven portaba un número de teléfono que pertenecía al domicilio de Ziburu en el que se encontraba su compañero Dionisio Aizpuru, ‘Kurro’. Jimeno explicaba que las torturas de la Policía española no cesaron hasta que lograron que concertara una cita con él.

Todo estaba a punto ya para la emboscada. La cita había sido fijada para el 22 de marzo a las 22.00, en unas rocas cercanas al puerto de la bahía de Pasaia. Tres destellos de una linterna serían la señal acordada para indicar que el lugar «estaba limpio».

Ese día, hacia las 19.00, los cinco integrantes de los CAA, junto a la perra Beltza, emprenden el camino desde Ziburu en una lancha tipo Zodiac. Casi al mismo tiempo, Rosa Jimeno es trasladada por la Policía al sitio concertado. Antes, sin embargo, al salir de comisaría puede observar los preparativos del operativo. «Había mucho movimiento y los policías, todos con chalecos antibalas, cogían armas y más armas… Yo me puse muy nerviosa y les preguntaba, inocente de mí, para qué querían esas armas, a la vez que les gritaba que me habían prometido que solo los iban a arrestar», relataba conmocionada por el recuerdo.

«Todo parecía normal»

Justo cuando comienza a oscurecer, los agentes la trasladan hasta el lugar concertado. La bajan hasta las rocas y allí le atan las piernas con una cuerda. El policía que portaba el otro cabo de la cuerda y que debía tirar de ella permanece escondido.

Llega la hora y la barca aparece por la bahía pasaitarra. Sus cinco tripulantes ven de lejos a Rosa Jimeno y la linterna que porta realiza la señal convenida. «Todo parecía normal y nos acercamos», recordaba Merino.

En pocos segundos la tranquilidad de la noche va a desaparecer, la oscuridad se disipará ante los potentes focos de la Policía y el mar se teñirá del rojo de la sangre.

Tras la emboscada y durante la misma, Jimeno no puede ver nada, ya que permanece retenida a punta de pistola, boca abajo. Sufre un grave estado de shock nada más escuchar los disparos y rompe a gritar. Cerca de donde se encuentra se van amontonando los curiosos. La oscuridad y la situación lejana del enclave no les permite ver los hechos, pero sí pueden advertir la situación en que se encuentra la oriotarra. Los vecinos piden incluso a los policías, que tienen cortado el acceso, una ambulancia para que la joven sea asistida.

Cuando todo acaba, los cuerpos sin vida de los cuatro jóvenes son transportados a la Comandancia de Marina, donde permanecen hasta ser llevados al depósito de cadáveres del cementerio donostiarra de Polloe. De esta forma se saltan el procedimiento judicial regular, que establece que el levantamiento de los cadáveres debe realizarse en el lugar de los hechos por un juez forense para esclarecer, mediante un proceso de investigación, los motivos del fallecimiento.

A Jimeno la llevan directamente a la comisaría de la Policía española en Donostia. Al día siguiente es trasladada a Madrid, y tras once días incomunicada pasa por la Audiencia Nacional española. Todo el periodo de incomunicación lo pasa preguntando por el estado de sus compañeros. Le aseguran que están vivos. No sabría la verdad hasta llegar a prisión, donde permaneció más de tres años.

VERSIÓN OFICIAL CONTRADICTORIA, FUNERALES Y RESPUESTA SOCIAL A LAS MUERTES DE PASAIA

La emboscada de Pasaia tuvo lugar la noche del 22 de marzo de 1984 y los días posteriores se sucedieron las protestas y se celebraron los funerales de los cuatro fallecidos en Azpeitia e Iruñea. Salió a la luz la versión oficial del Gobierno español, que fue desmentida por testigos presenciales.

Tirando de hemeroteca, encontramos los textos de las noticias a través de las que aquel año el diario ‘Egin’ realizó el seguimiento de la «emboscada de Pasaia». Tras el ametrallamiento, el Gobierno español se apresuró a divulgar una versión que fue desmentida por varios vecinos de la zona.

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Silueta dibujada en las rocas donde ocurrió la emboscada. (Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)

Entre el 23 y 25 de marzo se celebraron los funerales de los fallecidos y se sucedieron las protestas en la calle. NAIZ ha recopilado algunos de los extractos de las noticias publicadas en el clausurado diario.

‘Egin’, 24 de marzo

Los testigos desmienten la versión oficial sobre el ametrallamiento de Pasaia

Las versiones recabadas entre la población de Pasaia desmienten todas ellas el desarrollo de los hechos del ametrallamiento policial de un comando de los CAA en dicha localidad narrado por el gobernador civil de Gipuzkoa. Julián Elorriaga mantuvo en varia emisiones radiofónicas que los disparos policiales en Pasaia se produjeron en respuesta de la reacción que los presuntos miembros de los CAA ofrecieron a la voz de ‘alto’ de la Policía. Según el gobernador civil, los presuntos militantes de los CAA ocupantes de la embarcación dispararon contra la Policía. Testigos presenciales de los hechos, vecinos de Pasaia, coincidieron, sin embargo, en señalar que los ocupantes de la embarcación atacada en ningún momento realizaron disparo alguno.

Una extraña llamada telefónica anunció la muerte de Rafael Delas

A las doce y media de la noche del pasado jueves (noche de los hechos), cuando aún no se conocía oficialmente la identidad de los muertos en el puerto de Pasaia, se recibió en el domicilio paterno de Rafael Delas una llamada telefónica a través de la cual una voz masculina preguntó a un hermano de Rafael «si estaba viendo la tele». Preguntado sobre quién era, el comunicador afirmó: «Ya ves que lo que nosotros prometemos lo cumplimos». Al insistir el hermano de Rafael sobre su identidad, le contestó que de momento «no le interesaba saber quién era», por lo que el hermano optó por cortar la comunicación. El hermano de Rafael Delas, según manifestó a ‘Egin’, creyó reconocer en la voz del comunicante anónimo a un inspector de policía de la última vez que estuvo detenido. Se daba la circunstancia de que, en aquella ocasión, la mayoría de los policías que interrogaron al hermano de Rafael le amenazaron repetidas veces que «iban a matar a Rafael».

La muerte de Izura se conoció a través de una llamada desde Baiona

Por su parte, la familia de José María Izura conoció su muerte a través de una llamada telefónica desde Baiona sobre las diez de la mañana (del día siguiente a los hechos). Durante bastantes horas, la familia vivió momentos tensos por una serie de noticias contradictorias que se estaban produciendo y por la falta de información de los estamentos gubernativos. Durante horas se pensó que Izura podría ser el quinto joven, herido y detenido tras la emboscada.

Conmoción y protestas en Azpeitia, pueblo natal de ‘Pelitxo’ y ‘Kurro’

En Azpeitia, localidad natal de Pedro Mari Isart ‘Pelitxo’ y Dionisio Aizpuru ‘Kurro’, se registró una huelga en dos de las empresas más significativas y el cierre total de bares y comercios.

‘Egin’, 25 de marzo

Jáuregui: «La del gobernador, verdadera y única descripción de lo ocurrido»

El delegado del Gobierno español en la CAV, Ramón Jáuregui, criticaba la petición hecha por el lehendakari, Carlos Garaikoetxea, a la Consejería de Interior del Gobierno de Lakua para que abriera un investigación en torno a lo sucedido en Pasaia.

Jáuregui manifestó que la petición de Garaikoetxea «no es congruente con los hechos, porque su consejero de Interior está perfectamente informado del desarrollo de la operación policial, entre otras razones por haberlo hecho de forma personal y extensamente en la mañana del viernes por el gobernador civil de Gipuzkoa». «Esa es la verdadera y única descripción de los acontecimientos», dijo.

Enterrados en Iruñea y Azpeitia los cuatro abatidos en Pasaia

Iruñea y Azpeitia fueron escenario de los entierros de los cuatro jóvenes abatidos en Pasaia. En Azpeitia, miles de personas se congregaron en los funerales y el posterior entierro de Pedro Mari Isart ‘Pelitxo’ y Dionisio Aizpuru ‘Kurro’. Horas antes, a mediodía, cientos de personas rindieron homenaje en los soportales del Ayuntamiento a los cadáveres de los presuntos miembros de los CAA. Los traslados de los féretros a los domicilios de las víctimas se convirtieron en manifestaciones..

En Iruñea, el recibimiento a los cadáveres y los entierros produjeron escenas altamente emotivas entre los familiares y amigos. Los funerales, sin embargo, dieron lugar a diversos incidentes.

Indignación por la homilía en el funeral de Rafael Delas

La homilía del cura que ofició el funeral en memoria de Rafael Delas provocó la indignación de una gran parte de los asistentes a este acto religioso, dando lugar a diversos incidentes dentro del templo. Las protestas se originaron al final de la homilía, en la cual el sacerdote no hizo ningún tipo de referencia a las circunstancias en las que murió Delas, insistiendo en frases como «todos tenemos las manos manchadas de sangre» y «tenemos que pedir perdón por nuestros pecados». Al finalizar la homilía, desde la parte posterior del templo comenzaron a oírse susurros en señal de desagrado y continuación gritos contra el cura Francisco Lizarraga.

‘Egin’, 26 de marzo

Miles de personas en las calles contra la Policía y el GAL

Convocadas por HB, KAS y las Gestoras pro-Amnistía, miles de personas se movilizaron en pueblos y ciudades de Euskal Herria en protesta por las muertes de los cuatro integrantes de los CAA en Pasaia y del refugiado Xaber Pérez de Arenaza, muerto en Biarritz en una operación del GAL.

Según los CAA, la Policía utilizó a una detenida de su organización

Los Comandos Autónomos Anticapitalistas manifestaron en un comunicado que, el pasado día 18, la Policía detuvo a una de sus militantes «que era la persona indicada para recoger el Comando en Pasajes». Los CAA parecen referirse a la detención en Orio de la joven Rosa María Jimeno, hecho del que solo se tuvo conocimiento varios días más tarde y cuando ya se había producido la emboscada de Pasaia.

«El hecho de que el comando no supiera de su detención, así como que la Policía, por medio de la tortura, le hiciera mantener contacto telefónico con el comando para decir que todo estaba bien y que ultimasen la hora, etc.», posibilitó, según los CAA, la emboscada de Pasaia que costó la vida a cuatro de sus militantes.

‘Egin’, 28 de marzo

Los cadáveres presentaban entre 21 y 36 orificios de bala

La autopsia realizada a los cuerpos de los cuatro jóvenes muertos en la operación policial de Pasaia determina que las causas de los fallecimientos fueron las «lesiones mortales de necesidad por los proyectiles que alcanzaron los cuerpos».

Según el examen externo de los cadáveres realizado por el médico forense del Juzgado de Donostia al día siguiente de las muertes, Dionisio Aizpuru presentaba en su cuerpo 36 orificios de bala, tanto de entrada como de salida; Pedro Mari Isart, 28: Juan Mari Izura, 28; y Rafael Delas, 21.

Para el Gobierno Vasco la actuación policial fue «desproporcionada»

El portavoz del Gobierno Vasco en funciones, Pedro Miguel Etxenike, dio cuenta del contenido del informe elaborado por la Consejería de Interior sobre la actuación policial en Pasaia, calificando dicha acción como «desproporcionada».

Amplia respuesta a la convocatoria de huelga general en Gipuzkoa

La respuesta a la convocatoria de huelga general en Gipuzkoa en protesta por el ametrallamiento policial de Pasaia y el atentado de los GAL contra Javier Pérez de Arenaza en Biarritz fue ampliamente secundada en las diferentes comarcas guipuzcoanas y en localidades de Bizkaia y Nafarroa.

PROCESO JUDICIAL: EL CASO SIGUE ABIERTO

El caso de las muertes de ‘Pelu’, ‘Pelitxo’, ‘Txapas’ y ‘Kurro’ sigue en manos de los tribunales aunque Joseba Merino se muestra muy escéptico sobre la posibilidad de que el proceso judicial pueda depurar responsabilidades. En las siguientes líneas, una breve cronología de lo acontecido en los juzgados.

1984: Lakua investiga

La conmoción social ocasionada tras la emboscada de Pasaia lleva a Lakua a hacer una investigación seudoprivada de los hechos. La actitud del juzgado fue beligerante y contraria a la investigación. En tan solo unos meses, el caso quedó archivado. Los abogados recurrieron a la Audiencia Provincial de Gipuzkoa y esta aceptó tomar declaración a Rosa Jimeno y Joseba Merino en prisión. Pero sus declaraciones nunca serían reenviadas al juzgado de Donostia.

1987: Segundo archivo

Cuatro años después de los hechos, el caso queda archivado por segunda vez sin que sin se depuren responsabilidades.

2000: Nuevas diligencias

Los familiares de las víctimas y la acusación particular emprenden nuevas diligencias. El abogado, Santiago González, observa entonces que falta toda la parte final del expediente, es decir, las declaraciones de los supervivientes. El juzgado decide tomar declaración a los dos presos, junto a la pareja de testigos. Asimismo, se solicita a la comisaria la identidad de los policías que participaron, consiguiendo la identidad de cuatro de ellos. En la declaración los cuatros agentes indicaron que ellos se encontraban en Pasai San Pedro, por lo que solo trasladaron a los detenidos.

Mayo de 2001:Médico forense

El magistrado del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Donostia toma declaración al médico forense Francisco Etxeberria, que afirma que los disparos se hicieron a una distancia corta.

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Concentración frente al Juzgado de Donostia en 2007, con motivo de la declaración de policías implicados en la emboscada. (Andoni CANELLADA/ARGAZKI PRESS)

Junio de 2004: Otro parón

Un día después de identificar a un policía que podría tener relación con los hechos, el juzgado de Donostia vuelve a archivar el caso «por el transcurso del plazo de prescripción sin que exista autor conocido». El auto fue recurrido siguiendo la doctrina del caso del secuestro de Segundo Marey, que recoge el «círculo cerrado de responsables». La Audiencia de Gipuzkoa reabre la investigación de los hechos, al considerar que «no puede considerarse prescrito el delito de homicidio».

2007: Identifican a dos agentes

El juzgado de Donostia llama a declarar al agente identificado antes del cierre del caso. El policía asegura que los responsables de la organización del operativo serían el jefe de la Brigada Central de Información y el jefe de la Brigada Provincial.

19 de enero de 2009

Tras reactivarse la investigación judicial, se toma declaración al entonces jefe de la Brigada Provincial de Gipuzkoa.

2014

El proceso judicial sigue abierto, a pesar de que el juez se muestra favorable de archivarlo. La acusación, ejercida por el Ayuntamiento de Azpeitia y por los familiares de los fallecidos, interpone recursos para que no se dé carpetazo al caso. Joseba Merino ve pocas esperanzas en que los tribunales puedan depurar responsabilidades.

NI OLVIDO NI PERDÓN

 

MAS INFORMACIÓN

- Vídeo: Relato de la emboscada por Joseba Merino. Naiz, marzo 2014 
- Imágenes publicadas en ‘Egin’ en los días posteriores a la emboscada 
- Entrevista con Joseba Merino, único superviviente de la emboscada policial de Bahía de Pasaia. Diario de Vurgos 
- Libro: Emboscada en Pasaia: un crimen de estado. Librería Malatesta

Fuente: Naiz

Extraido de Nodo50




SERVICIO DE ATENCIÓN A DOMICILIO PÚBLICO Y DE CALIDAD EN PAMPLONA

El ayuntamiento de Pamplona desde que asumió las transferencias de SAD, ha venido prestando la atención directa en los domicilios mediante dos formulas: una pública, en un primer momento con Trabajadoras Familiares municipales y posteriormente hasta la actualidad por una empresa pública, y la otra parte mediante contratación privada. En todo este tiempo el SAD, ha sido gestionado por distintas empresas privadas, menos en un primer momento que lo  hizo una empresa social, Gaztelan.

Estas empresas privadas han cumplido su objetivo principal, que se resume en uno solo, la obtención por encima de todo de beneficios económicos. La mayoría de las veces estos han aumentado, disminuyendo la calidad del servicio y precarizando las condiciones laborales de sus trabajadoras. La actual empresa SARquavitae que lleva trabajando desde el año 2013 para el Ayuntamiento de Pamplona, se comprometió como así se marca en el pliego de condiciones, en su artículo 18  Derechos y Obligaciones de las partes, en el apartado de obligaciones del contratista, a la subrogación de sus trabajadoras.

Pero esta empresa lejos de cumplir con los compromisos del contrato y bajo el beneplácito de la dirección del Área de Bienestar Social e Igualdad del ayuntamiento de Pamplona, ha despedido por el momento a unas 20 trabajadoras, algunas de las cuales llevaban trabajando más de 7 años, e intuimos que esto va a seguir ocurriendo. ¿Cuál es el motivo de estos despidos?, están muy claros, contratar nuevo personal a menor precio. Esta claro que no importan las personas usuarias del servicio, que lo que necesitan en su atención es una estabilidad de las trabajadoras que les atiende, ya que como servicio personal se establece entre ellas un espacio de confianza y buen hacer.

 protesta

Por otra parte queremos denunciar también las deficiencias que están ocurriendo en la empresa pública que gestiona la otra parte del SAD, y que son visibles para las personas que trabajan en este campo y para los propios usuarios/as. Esta empresa nació hacia el año 2008, con el objetivo de recolocar de gerente a un antiguo sindicalista de la UGT y afiliado a PSN, eso sí a costa de despedir a las Trabajadoras Familiares municipales.

 Es urgente la unificación de la atención directa que se presta en los domicilios, a las personas que presenta problemas de dependencia o discapacidad. En primer lugar, exigimos que las trabajadoras despedidas se reincorporen a la plantilla del SAD. Además, reivindicamos la prestación directa de este servicio por parte del Ayuntamiento de Pamplona, y la desaparición de la empresa pública ya que este tipo de gestión solo ha servido para recolocar a personas determinadas y pagar suculentos sueldos como es el caso del gerente actual.

 Con la reversión del servicio y su gestión directa conseguiremos un doble objetivo, la prestación de un SAD de calidad y pensando en las personas no en los beneficios empresariales, y la estabilidad así como la dignificación de las trabajadoras, que todo hay que decir la mayoría son  mujeres.




“No nos salvaremos solos” (Marina Garcés)

Entrevista con la filósofa (Barcelona, 1973) sobre su libro ‘Un mundo común’.

Marina Garcés. / ÁLVARO MINGUITO
Hablas del estallido de la burbuja individual. ¿Cuáles serían las causas de este proceso?

¿Qué ha pasado en el primer mundo? Pues que ha llegado la crisis. No sólo eso: se ha intensificado el cambio climático y la interdependencia planetaria en la que ya no hay una gestión individual de los riesgos. Eso, multiplicado por la crisis económica, nos ha devuelto la experiencia directa de la vulnerabilidad y de la precariedad de la vida. Se trata de una experiencia dolorosa, de pérdida de autosuficiencia, de seguridades y de garantías, pero a la vez es un redescubrimiento de la interdependencia, de que no nos salvaremos solos en esta sociedad. Entonces podemos lamentarnos, o podemos defendernos, y de ahí muchas de las reacciones defensivas, reactivas, nuevas formas de buscar trincheras y seguridades en las que defenderse de esa exposición a los otros… Pero también podemos intentar construir desde ahí una política que asuma realmente ese vivir en común como un problema común.

Podemos lamentarnos, o podemos defendernos, y de ahí muchas de las reacciones defensivas, reactivas, nuevas formas de buscar trincheras y seguridades en las que defenderse de esa exposición a los otros…

Planteas un punto de partida distinto al de muchas tradiciones políticas. No hay que crear comunidad: ya vivimos en un mundo común y somos interdependientes. Tenemos entonces que plantearnos qué nos separa pero, también, cómo vivir juntos…

El individuo es una categoría relacional, no existe sin sus relaciones, y sus relaciones no vienen después, son lo que nos compone. Es desde ahí desde donde yo digo: ya estamos implicados. Lo que pasa es que vivimos negando esa implicación, construyendo una ficción de autosuficiencia. Y entonces, claro, la colectividad es un problema. Un problema siempre imposible de resolver o que se proyecta en figuras extrañas de vida reconciliada, orgánica, en común… un imaginario de la comunidad como algo que nos recogería, que armonizaría ese juego de distancias. Yo creo que el compromiso empieza en el hecho de reconocer que ya vivimos implicados, que ya vivimos en esas relaciones de interdependencia que nos vinculan los unos a los otros y que eso es a la vez la base de lo mejor y de lo peor que podemos ser.

Entonces el compromiso, siguiendo lo que decías, no sería tanto una elección como un descubrirse comprometido.

El compromiso político se ha pensado desde el imaginario de individuo soberano sobre su conciencia del mundo: el intelectual comprometido, el militante… El individuo que ha entendido las cosas y decide, elige comprometerse… ¡No hay elección! En todo caso podemos negarlo. Nos podemos intentar proteger de esa exposición y de esa implicación con la vida en común, pero elección no hay: estamos ya comprometidos. Devolver esa raíz del compromiso como algo que no depende de una elección sino de una aceptación y de una toma de posición para mí es distinto. Y abre todo un campo de politización que desplaza los imaginarios políticos tradicionales de la izquierda.

Hablas de nuevas formas de politización que tenemos que aprender a reconocer. ¿Po­drías dar algún ejemplo?

Hoy vemos en muchos planos de la vida lo que yo llamo formas de politización que no son explícitamente reconocibles como movimientos o como luchas, que son las dos maneras como normalmente reconocemos lo político. Pero, ¿qué pasa cuando hay gente que plantea otras maneras de consumir, de producir, que está transformando las maneras de cómo trabaja o cómo toma decisiones, cuando hay maneras incluso de sustraerse a la lógica del trabajo y del dinero por unas vías que no son las de la victimización o las de la competición…? Son fenómenos que no necesariamente pasan por una conciencia de politización de la vida, de adhesión a un movimiento, sino que se reapropian de la dignidad de la vida. Pero si tú preguntas, mucha gente te dirá: “No, yo no estoy haciendo política”. Eso es casi lo más esperanzador de hoy, no tanto los movimientos, que si los miramos sólo en términos de número, conquistas, victorias… la desproporción con los efectos del sistema y del poder es enorme. Y en cambio sí creo que, como en una sociedad paralela y a la vez infiltrada, que va creciendo, que se va reapropiando de sus propias condiciones de vida, están pasando cosas muy interesantes.

Creo que, como en una sociedad paralela y a la vez infiltrada, que va creciendo, que se va reapropiando de sus propias condiciones de vida, están pasando cosas muy interesantesHay una especie de fascinación o forma de entender lo político como ruptura, como comentas en el libro. Quizás por eso no se ve lo político en lo cotidiano.

Ése es otro de los imaginarios típicos del pensamiento revolucionario: el acontecimiento, ese tiempo y espacio que interrumpe todo y permite pensar en un nuevo comienzo. En nuestros tiempos eso ya no se concibe en el sentido de los movimientos revolucionarios del siglo XIX, que pensaban en términos históricos la posibilidad de volver a empezar. Ahora lo pensamos más bien en una lógica de interrupción que nos hace muy esclavos de la excepcionalidad. La pregunta es cómo se relacionan esos momentos de interrupción –las plazas del 15M, por ejemplo– con su continuidad, con sus maneras de infiltrarse en la vida cotidiana y transformarla. No tanto con la durabilidad del movimiento, porque ésa es la otra trampa: “Las plazas no duraron” –claro, ¿qué vamos a hacer, estar todos los días ahí?– sino cuáles son sus efectos y, a la vez, cómo nos relacionamos con lo que ha abierto ese acontecimiento en cuanto a posibilidades. Y cómo no vivir esperando el siguiente acontecimiento. Porque si estamos hablando de reapropiarnos de la vida, eso pasa cada día durante 24 horas.

Quizás somos un poco yonquis del chute de energía que brindan esos momentos de ruptura…

Claro, pero eso se traduce en unos términos de satisfacción / frustración y de éxito / derrota que nos van en contra. Las cosas pasan a muchos niveles, en muchos momentos y en tiempos distintos. Está el tiempo de la interrupción, de la novedad, de la emocionalidad, de lo colectivo… pero también están los momentos de lo invisible, de lo cotidiano, de lo continuo. Están los momentos de romper, están los momentos de durar y de continuar, y también los momentos del antagonismo y de la frontalidad. Tenemos que apren­der a manejar esta multiplicidad de lógicas, de momentos y de espacios.

Apuntas que la revolución es también un problema del pensamiento, una idea que se impone como necesaria cuando se entreabre su posibilidad. ¿El 15M ha entreabierto esa posibilidad?

Sí. Para mí la irreversibilidad de los procesos de lucha o de transformación social está en lo que aprendemos, que es lo que nos transforma realmente. Obvia­mente con sus conquistas y sus logros objetivos, pero lo que se juega realmente es lo que yo llamo reaprender a ver el mundo. Si no hay ese salto cognitivo, ético, político que nos permite aprender a vernos y a ver el mundo, conquistar otros puntos de vista desde donde ver y vernos en relación con lo que pasa y en relación con quienes vivimos son procesos muy estériles.

Es lo que defines como el descubrimiento de nuestra capacidad de poder hacer.

Aprender es eso: darnos la capacidad de hacer, de pensar y de decir de otra manera. Y ese aprendizaje no es sólo un catálogo de competencias, como se dice ahora en la enseñanza oficial, sino que es realmente una capacitación para vivir y para pensar de otra manera.

fuente:Diagonal