¿Qué es la tanatopraxia y por qué es tan importante?

Un trabajo poco agradecido

Desde Unión Funeral sienten que no es un trabajo agradecido. “Es un trabajo que la sociedad nunca tiene en cuenta. Nadie quiere saber nada de los funerarios hasta que se los necesita.”

 

Cómo ser tanatoestético

La tanatoestética es sólo una pequeña parte del mundo de la tanatopraxia. Es el trabajo que consiste en maquillar y en dejar el mejor aspecto para ese último adiós a ese fallecido. Y para dedicarse a este mundo se necesita VOCACIÓN.

“Tu puedes estar en una oficina y te puede gustar o no tu trabajo, pero lo haces y al finalizar tu jornada cierras tu ordenador y hasta mañana. Aquí debes tener muy claro que trabajas con los sentimientos y que este fallecido que está para que tú lo dejes lo mejor posible para su familia. Para que puedan tener una visión de tranquilidad. Han dejado en tus manos su tesoro más preciado y ese momento no se puede repetir. Por ello debemos poner todo nuestro interés, nuestra alma y nuestro corazón en el trabajo”, explican.

Los primeros momentos

Reconocen que empezar es difícil. Que esos momentos del principio, son complicados. Pueden llegar casos difíciles aunque confían en la vocación y sobre todo, la formación con la que cuenten esas personas.

Y respecto a la formación, ellos tienen mucho que decir. Esta formación la consideran IMPRESCINDIBLE. Y sobre todo, que sea una formación oficial, que esté acreditada por las comunidades y por el servicio público de empleo.

“El perfil de las personas necesarias para este trabajo, lo fundamental, es que se basen en una buena formación. Antes no existían baremos pero actualmente se demandan profesionales que posean certificados de profesionalidad en tanatopraxia. Son muchas las empresas que ya no contratan a personal que ya no esté cualificado”.

Miriam Illera es una de esas personas que se están formando. Una de las alumnas de Manuel Martín, eminencia en el sector de la tanatopraxia. Y también nos ha contado sus primeras impresiones y experiencias.

Ella supo que quiso dedicarse a esto, a pesar de que siempre le llamó la atención, desde que se murió su abuela. Quiso despedirse de ella con un beso y la sensación de sentir su piel fría y dura, una sensación que le chocó con la que seguía en sus recuerdos, de calidez y suavidad, le sorprendió tanto que supo que quería dedicarse a ello.

Es un trabajo muy bonito y respetuoso.

Su primera impresión cuando se enfrentó a su primer cadáver fue un miedo extraño. Sin embargo, esas sensaciones fueron tornando cuanto más trabajaba sobre ella. Todo ese miedo cambió a un intenso cariño y amor hacia esa persona.

“Con el primer cadáver que trabajé sentí muchos nervios y un miedo extraño, pero después sentí mucho amor. En este trabajo se les trata muy bien. Con mucho cariño. Para mí es un trabajo muy bonito y con mucho respeto.”

No sabes lo que te vas a encontrar cuando te dedicas a este trabajo.

SOBRE EL MIEDO

Es innegable que ciertas sombras caen sobre esta profesión de la que poco se habla. Pero Miriam lo explica así: “La gente tiene miedo cuando se habla de este trabajo porque ve la muerte como si fuera algo horrible y realmente es parte de la vida. Una parte por la que pasaremos todos.” Además, es un trabajo en el que el aprendizaje y la incertidumbre, reinan cada día. Ninguno es igual que el anterior.