La mujer con la pata quebrada y en casa. Así es como quieren vernos desde el poder. Porque saben que si nos dejan, podemos hacer un mundo muy distinto. Pero no quieren. Los sucesivos recortes y suspensiones de leyes y decretos previstos, hacen que la palabra IGUALDAD vaya perdiendo el sentido poco a poco y demuestran que, meter la tijera en los servicios sociales, nos afecta más a todas que a todos.
Nos recortan las prestaciones de la ley de dependencia, perjudicial tanto para las mujeres que se quedan a cuidar a sus familiares directos como para las contratadas para este fin. Las empresas de ayuda a domicilio llevan meses sin cobrar. Cada vez se hacen menos centros de día públicos. Y estos trabajos tienen cara de mujer.
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