La prensa lleva varios meses con un mantra alarmista sobre una crisis inminente en el mundo del automóvil. Al furibundo ataque contra los coches eléctricos, olvidando los efectos contra nuestra salud y nuestra vida de los gases de los motores térmicos, se une la amenaza de los coches chinos en el mercado occidental. Ya se oyen voces alarmantes de cierres y despidos en gigantes del auto como VW.
Pero parece que nadie tiene en cuenta la realidad del mercado del automóvil que ha subido los precios de manera escandalosa en los últimos años. La crisis de la COVID y la guerra de Ucrania han anestesiado a la sociedad que contempla con normalidad que los coches hayan subido sus precios hasta un 50% en sólo tres años, generando unos beneficios obscenos en la mayoría de las grandes empresas del auto. Estos son los datos:
Incremento 20/23 | |
Grupo VW Resultado operativo | 125,76% |
Grupo Stellantis Resultado operativo | 163,91% |
Grupo Renault Margen operacional | 1316,62% |
Grupo Ford Beneficios/pérdidas | 277,29% |
Incremento 20/23 | |
FACTURACIÓN FÁBRICAS | 45,02% |
FACTURACIÓN SECTOR | 30,28% |
EMPLEO FABRICAS | -17,14% |
EMPLEO SECTOR | 4,81% |
VOLUMEN DE FABRICACIÓN | 8,07% |
Las multinacionales han aprovechado la alarma de las crisis de los últimos años para elevar sus beneficios de forma escandalosa. Pero los empleos, lejos de ir en la misma línea ascendente bajan un 17,14%. Mientras las producciones han vuelto a niveles aproximados a los años antes de la pandemia, los salarios y el empleo siguen sufriendo reducción o destrucción.
No podemos compartir la actitud irresponsable de los sindicatos mayoritarios que miran a otro lado y no plantean más que aceptación de “lo que hay” y colaboración con los empresarios de turno. Peor aún, aceptando una absurda competición contra las personas trabajadoras de las otras empresas o fábricas.
Desde la FESIM, exigimos que se reduzca el tiempo de trabajo de forma inmediata. Y no a las 37,5 horas que anuncia el Gobierno. ES NECESARIO UNA REDUCCIÓN DE JORNADA A LAS 30 HORAS, MANTENIENDO EL MISMO SALARIO.
Los beneficios que están teniendo las empresas es una prueba clara de que estamos viviendo un capitalismo feudalista que lleva a acumular fortunas en manos de unas pocas personas y lleva al paro o a la precariedad a millones de obreros y obreras.