Una modesta mesa en una esquina a un lado de la cadena de montaje es el único espacio que tienen para almorzar en muchas secciones de la megafactoría de Ford en Almussafes. Una vez por turno y durante 15 minutos cronometrados los operarios de montaje abren sus tarteras de forma individual (para que no haya que parar la producción) y engullen rápidamente un bocadillo elaborado en casa.