MEMORIA 2024 OSASUNBIDEA

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Como cada año, queremos hacer un análisis de la situación y rumbo de Osasunbidea a partir de los datos que nos ofrece la Memoria de Actividad anual.

Respecto a la universalización de la asistencia, el 98,84% de la población tiene TIS (tarjeta individual sanitaria, lo que nos
habla de un sistema casi universal pero en el que existe una minoría que se ve imposibilitada a la hora de acceder a la sanidad, al igual que a otros derechos básicos (vivienda, alimentación, …). Queremos señalar que, por otra parte, 9.683 personas tienen su TIS en mutuas de funcionarios/as (MUFACE, MUGEJU e ISFAS) y 4.138 con IMQ concertado, un tipo de aseguramiento que diferencia a la población, beneficia al sector privado y detrae fondos a la sanidad pública.

En lo que se refiere a la medicalización de la vida, la suma del gasto en farmacia(prestación farmacéutica+gasto hospitalario+gasto en el sector sociosanitario), crece un 6,96% y es de 333.138.255 €, lo que supone el 22,75% del gasto total en Osasunbidea. El gasto en prestación farmacéutica en Atención Primaria por persona es de 298€, un 5,4% más que en 2023. El uso de antibióticos ha aumentado un 3% en DHD (dosis diaria por mil habitantes), tras un aumento del
10% en 2023.

A nivel asistencial, seguimos teniendo un modelo sanitario que gira en torno al hospital. De hecho, cuando las recomendaciones de la OMS sitúan en el 25% del gasto sanitario para Atención Primaria, la Atención Hospitalaria se lleva el 58,33% del gasto, frente al 14,91% de la Atención Primaria y el 2,85% de Salud Mental. Por ello, no es de extrañar que siga aumentando el número de consultas en especializada, de ingresos hospitalarios así como el uso de las Urgencias, tanto hospitalarias como extrahospitalarias.

Creemos que urge corregir esta dinámica para lograr una protección de la salud menos intervencionista y más preventiva, la cual se demuestra, además, más eficiente. Pongamos como ejemplo la experiencia de la estrategia de de atención integrada a pacientes crónicos/as y pluripatológicos/as que la propia memoria refleja. Tras 10 años de su implantación se ha observado una reducción de las urgencias hospitalarias, consultas en atención especializada, hospitalizaciones en planta y hospitalizaciones urgentes, así como un aumento en el uso de AP, hospitalización a domicilio e ingresos programados. Tras un gasto directo mayor en un 1,85%, se objetiva un menor gasto final en comparación al modelo tradicional, además de una mejora en la calidad de vida de los/as pacientes y familias así como en lasatisfacción de los/as profesionales. En este sentido, nos
parece positivo el hecho de que se haya puesto en marcha junto al ISPLN la estrategia comunitaria en AP, creándose grupos de trabajo para su desarrollo.

Si hablamos de costes económicos, en el ejercicio 2024 se ejecutaron 1.464.640.475 €,un 5,51% más que en 2023, de los que 771.806.868 € se destinaron a gastos de personal, un aumento del 9,25% debido a la extensión de la carrera profesional, la productividad fija de
médicos/as (400€/mes), aumento del precio de las guardias y festivos especiales. Lamentablemente,no se especifica, posiblemente intencionadamente, el gasto en el abono por productividad variable
(peonadas). La privatización sale cara, los conciertos de asistencia sanitaria supusieron 70.369.838 €, un aumento del 1,01% respecto a 2023 y la externalización del servicio de limpieza,18.687.354 €. Esta continua sangría de dinero público no hace sino debilitar nuestro sistema en beneficio de quienes hacen negocio con la salud.

Usaremos otro dato arrojado en la memoria para ejemplificar la necesidad de romper con la privatización. En 2024 se gastaron 997.253 € menos en realizar PET (Tomógrafo por Emisión de Positrones) en la CUN al disponer la red pública de esta tecnología. Según la página navarra.es, el coste de este aparato supuso 2.772.049,86 €, IVA incluido.Resulta evidente que es mucho más rentable invertir en la pública que seguir subvencionando a la privada, ¿de qué recursos prodríamos disponer de no haber recurrido a la concertación y externalización durante tantos años? ¿Cuánta calidad asistencial estamos perdiendo? Al hilo, resulta significativo señalar por motivos de actualidad que la principal empresa concertada para hacer mamografías en Andalucía, es Centro Diagnóstico Granada, la misma que aumentó su facturación a
Osasunbidea un 4,65% en 2024 por el gasto en Resonancia Magnética Nuclear, TAC y Rx (1.910.703€) y un 26,08% en ecografías (1.161.020 €), un incremento del 26,08%.

Mientras no se apueste por la Primaria y mientras no se deje de financiar al sector privado,seguiremos padeciendo las actuales listas de espera las cuales se mantienen muy elevadas. Si bien mejoró algo la situación en Primeras Consultas de especializada, hubo 10.535 personas en lista de espera quirúrgica, un 23% más que en 2023. Un ámbito que necesita un mayor empuje pero en el que han aumentado las listas de espera es la Salud Mental, con una demora media que ha aumentado de 30 a 38 días y un 18% más de personas en lista de espera. Esta situación motivó 48.119 reclamaciones por parte de la ciudadanía, un 5% menos que en 2023.

Entre los aspectos más positivos, la disminución de la temporalidad, la cual se sitúa en el 44%, aunque muy lejos todavía del 8% al que se aspira. Entendemos que la estabilización de la plantilla es un proceso que va a seguir avanzando, dada la exigencia proveniente desde instancias europeas, y que va a redundar en una clara mejora de las condiciones de trabajo así como en la calidad de la atención.

Actualmente los sistemas sanitarios públicos viven bajo amenaza de mercantilización pues existe un voraz apetito de beneficios en el mercado sanitario. Blindar nuestra sanidad pública ante su avaricia requiere de medidas decididas que deberían ser incluidas en la próxima Ley Foral de Salud. Para ello, se hace indispensable la implicación tanto de personas usuarias como de profesionales en la defensa de una sanidad pública universal, de calidad, centrada en la persona y sus necesidades. En el momento histórico que vivimos, marcado por un capitalismo exacerbado por sus propias crisis, no está en juego únicamente la sanidad pública, sino todo el conjunto de libertades y derechos sociales conquistados tanto a nivel local como global, por eso, defender la sanidad pública es defender un modelo social más justo e igualitario.

 

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