Cientos de trabajadores del sector del metal alavés han salido este sábado a la calle para reclamar «un convenio digno». En una manifestación convocada por los sindicatos ELA, LAB y CCOO y a la que se han sumado USO, ESK y CGT han amenazado con paros, movilizaciones y una huelga si no se consiguen avances. El pasado 14 de febrero, el sector mantuvo una reunión con SEA totalmente infructuosa y el próximo 4 de marzo volverán a juntarse, aunque no esperan «nada» de ese encuentro.
El convenio sectorial del metal en Álava lleva más de tres años negociándose y los sindicatos denuncian el «inmovilismo» de la patronal. Una de sus principales reivindicaciones es un salario mínimo de 1.400 euros en 14 pagas. Pero no es la única. Piden también una rebaja importante de la jornada laboral, subrogación para el personal de las subcontratas, medidas contra el fraude en la contratación, limitación de la temporalidad y flexibilidad, medidas para conseguir una igualdad real y efectiva, medidas para garantizar la salud laboral, mejoras en los permisos y garantías de aplicación del convenio.
«Buscamos una redistribución de la riqueza creada por las metalúrgicas que llegue al sector y a los trabajadores», ha señalado minutos antes del inicio de la marcha Ioritz Iglesias, portavoz de ELA. «Es momento de movilizar al sector y si esto no cambia iremos a paros, movilizaciones y huelgas», ha añadido.
Desde CCOO, Luis Mouilaa, ha recordado que el metal lleva con la mesa del convenio abierta desde noviembre de 2018 y de que «en otros sectores sí que ha habido avances. No podemos ser trabajadores de segunda», ha señalado el portavoz de CCOO, que ve «insuficiente» la respuesta de SEA a la propuesta sindical.
En el caso del sindicato LAB, su portavoz, Igor Chillón, ha sido tajante y ha afirmado que las huelgas «son necesarias» en un momento como este. «Estamos en el punto de partida de una nueva fase de la lucha, en un escenario de huelga porque SEA mantiene su postura inmovil», ha agregado. Desde LAB han reiterado reivindicaciones como salarios «dignos», combatir la precariedad y acabar con la «discriminación» de las mujeres en un sector totalmente masculinizado. Alrededor de 20.000 personas trabajan en el metal alavés y, pese a que existen acuerdos en empresas, al menos cinco mil se acogen al convenio.
Fuente: El Correo