Esta ley ratifica los recortes de las pensiones de la reforma de 2011, no garantiza el poder adquisitivo de las pensiones, perpetua pensiones mínimas miserables, no toma medidas contra la brecha de género, mantiene las penalizaciones a trabajadores con carreras de cotización de más de 40 años, que se vieron forzados a jubilarse anticipadamente, penaliza la jubilación anticipada, e incentiva el seguir trabajando más allá de la edad de jubilación.
