Se conoce como Pacto de Santoña al acuerdo firmado el 24 de agosto de 1937 durante la caída del Frente Norte en la Guerra Civil Española entre dirigentes políticos vinculados al Partido Nacionalista Vasco y los mandos de las fuerzas italianas que combatían en apoyo del bando franquista en el municipio cántabro de Guriezo, próximo a Santoña.
Durante la Batalla de Santander, y ante el rápido avance de las tropas franquistas, las líneas de defensa se hundieron y cundió el pánico en el bando republicano, siendo numerosas las deserciones. En Santoña se fueron concentrando, por orden del Partido Nacionalista Vasco (PNV), tres batallones de la 50 División de Choque vasca ligados a este partido que habían abandonado sus posiciones en la noche del 21 al 22 de agosto, y a los que posteriormente se sumarían otros doce.


Este es un mínimo ejemplo de lo que puede suponer la aprobación del CETA donde las grandes empresas se beneficien de unos tribunales privados diseñados para defender sus intereses económicos por encima de los derechos humanos, engrasando la máquina que traspasa dinero público a manos privadas.
Según el periódico Público, esta semana, la Junta de Portavoces acordó que el tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá (CETA) se vote en el Pleno del próximo jueves 18, para después ser trasladado al Senado, donde la mayoría absoluta del Partido Popular garantiza que también logrará luz verde.
Hay unanimidad en nuestros expertos. Populares y socialistas, y todos sus agentes de influencia en la prensa y las televisiones, lo tienen claro. Si Mélenchon no da la orden de apoyar a Macron su formación estará haciendo el juego a la extrema derecha desde la extrema izquierda. No valen ni el voto el blanco ni la abstención.