Durante los últimos años esta secuencia se repite en Iveco (FIAT), Nissan, Seat, Opel, Ford, Peugeot, Citroën… es decir; en todos los grandes fabricantes. Con la promesa del mantenimiento de plantas, la fabricación de nuevos modelos o la creación de empleo, las grandes multinacionales chantajean a sus trabajadores para que se rebajen sus condiciones laborales y a sus representantes para que faciliten nuevas contrataciones en condiciones más precarias.

Sin embargo, los datos dicen que mientras sigue la desaparición de empresas y de empleo, los beneficios de los empresarios incluso han superado un 8% los niveles de 2007, año anterior a esta estafa llamada crisis.