Parece que el coche está en el centro del huracán, y ya hace algún tiempo.
Primero fue el escándalo de los tests trucados de emisiones de los Volkswagen – que luego se vio que otros fabricantes también trucaban.
Después se empezó a insistir en que los coches de diésel emiten muchas partículas contaminantes y que deberían de ser eliminados.
A esto le siguieron anuncios de las diversas compañías automovilísticas, diciendo que ya no iban a seguir desarrollando nuevos motores de diésel. Desde ya prácticamente (2020).












Hasta hace un tiempo, parecía una utopía hablar de que en alguna multinacional automovilística del Estado español se pudiera convocar una huelga, y mucho menos que esto sucediera en varias de estas multinacionales a la vez, pero en CGT siempre hemos tenido esa herramienta de lucha encima de la mesa, apostando siempre por ella cuando las circunstancias lo requieran.





