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Mercedes vive una huelga «histórica» que paraliza su producción en Vitoria

por CGT-LKN Araba

La división sindical se refleja en los tres bloques que han protagonizado las movilizaciones, en las que han participado más de dos mil trabajadores. La empresa reconoce que un 75% de la plantilla ha secundado el paro

JUAN CARLOS BERDONCES | NURIA NUÑO

La jornada de huelga en la planta de Mercedes Benz en Vitoria está teniendo el respaldo mayoritario de los trabajadores. El paro convocado por los diferentes sindicatos, aunque con movilizaciones diferentes, ya ha sido calificado por todos ellos como una «movilización histórica», al menos, en las dos últimas décadas de trayectoria de la factoría automovilística. La huelga de los operarios de la fábrica, la principal industria de Euskadi con 5.000 trabajadores, ha logrado parar la producción. Este miércoles no saldrá de las instalaciones alavesas ninguna furgoneta. En una jornada sin incidencias llegan a fabricarse unas 700.

Desde el comité de empresa han cifrado en cerca de un 95% el apoyo del paro por parte de la plantilla de talleres de producción con el inicio de la jornada laboral en el turno de mañana. Salvo los operarios eventuales, la inmensa mayoría de los trabajadores no se han presentado en sus puestos; de modo que la actividad en las distintas líneas de pintura y montaje bruto y final no ha llegado a iniciarse. Desde la dirección de la compañía rebajan el seguimiento de la huelga hasta el 75%, según han manifestado portavoces autorizados a EL CORREO. No obstante, desde Mercedes se reconoce que no se vivía una huelga de semejante calado desde hace veinte años, lo que refleja que «esta planta no es conflictiva», añade.

Este respaldo masivo por parte de los operarios de Mercedes no tiene, sin embargo, su reflejo en la representación sindical, que, una vez más, se ha mostrado dividida. Hasta tres bloques diferenciados han protagonizado esta mañana diferentes protestas y movilizaciones en el exterior de la factoría. Se estima que más de dos mil operarios han tomado parte en los actos reivindicativos.

Un primer bloque ha estado integrado por los sindicatos UGT, CC OO, PIM y Ekintza, que conforman la mayoría del comité y son las centrales que firmaron el convenio vigente. Centran su movilización en pedir una subida salarial ligada al IPC e inciden en el contrato relevo y la contratación indefinida. Hasta ahora han mostrado su predisposición a negociar la actual flexibilidad. Entienden que es un factor «necesario» en el sector de la automoción y que la actual no es suficiente para fabricar entre 170.000 y 180.000 vehículos, como aspira a producir la planta alavesa con el multimillonario plan de inversión de más de 1.200 millones en Vitoria. Eso sí, a su juicio, «hay que compensarla y ordenarla en calendarios y dejar todo bien atado».

Un segundo bloque ha surgido de forma espontánea justo antes de arrancar las movilizaciones. Eso sí, en este grupo se ha podido ver a trabajadores afiliados a diferentes sindicatos y otros muchos operarios a título individual. Este sector tiene un propósito común. Han animado y pedido a los miembros del comité de empresa que se unan ya que, con una representación sindical dividida, es la empresa la que sale «vencedora». En esta línea, han insistido en la necesidad de que exista «unión sindical» y una asamblea general. Además del hecho de que tendría que estar presente en las reivindicaciones una sola pancarta, puesto que «la plantilla quiere unidad», han insistido.

El tercer bloque ha sido el formado por ELA, LAB y ESK, que se centran en rechazar la flexibilidad que pide la empresa en el nuevo convenio. Entre los carteles y eslóganes proferidos por los trabajadores que han respaldado a estos tres sindicatos se han podido escuchar mensajes en contra de esa mayor flexibilidad que demanda la dirección de la fábrica. Las proclamas más repetidas han sido: «Flexibilidad, no queremos más», «Por un convenio justo, negociación», «No a la sexta noche», «Flexibilidad es precariedad» y «Titos -en referencia al director de la fábrica vitoriana- escucha, estamos en lucha». Estos sindicatos han apuntado que no están dispuestos a aceptar la pérdida de poder adquisitivo que supondría congelar los salarios y pluses, como pretende la empresa. «Al final del convenio, a cada trabajador le supondría una pérdida media de 6.000 euros. Y, a partir de 2026, al menos de 3.500 euros», han detallado.

Fuente: https://www.elcorreo.com/economia/empresas/mercedes-vive-huelga-historica-planta-de-vitoria-paraliza-produccion-20220622111303-nt.html

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