Inicio Conflictos laborales Euforia en los trabajadores de Tubacex: «Esta sentencia demuestra que teníamos razón»

Euforia en los trabajadores de Tubacex: «Esta sentencia demuestra que teníamos razón»

por CGT-LKN Araba

Después de 146 días de huelga, la plantilla de Tubacex ha recibido a la una de esta tarde con una explosión de alegría la declaración de nulidad de los 129 despidos planteados por la empresa para hacer frente a la crisis que arrastra. Abrazos, lágrimas, brindis, se sucedían entre los trabajadores, todavía un poco incrédulos ante una reacción judicial tan aplastante. «Teníamos claro que nos iban a dar la razón en TTI, pero no lo tanto con Aceralava. Todavía me tiemblan las piernas», explicó uno de los operarios mientras celebraba la noticia mientras esquivaba el cava que lanzaban sus compañeros para celebrar la noticia.

Todas las conversaciones quedaban interrumpidas con abrazos. Nortxu, una de las compañeras despedidas que trabaja en la prensa hidráulica de Amurrio, viuda y con tres hijas llegó desde Galdakao según conoció la noticia a reunirse con sus compañeros en Llodio. «Zorionak», «lo hemos conseguido», oía a su paso mientras se acercaba a la portería. «Ahora, que nos aseguren que esto va para adelante. Yo he tenido siempre esperanza», explicaba.

A su alrededor se repetían los gritos de ‘Gora, gora, gora’ mientras un compañero se acercó a llevar varios botellines de cerveza con los que celebrar la noticia. De su equipo de música salían a todo trapo los compases de ‘We are the champions’ de Queen, que todos saludaron entusiasmados.

Las alegría se expresó quemando un muñeco en la fogata permanente situada en la puerta de la empresa, clausurada desde el 15 de febrero. Otros en cambio, recurrieron a los petardos y mostraron su euforia haciendo estallar algunos que no llegaron sobresaltar a los que estaban allí reunidos, acostumbrados al ruido estridente porque la pirotecnia ha sido una de las herramientas que ha utilizado la plantilla en este tiempo como forma de expresión, recurriendo a botes de humo, bengalas, cohetes y petardos, que esta mañana, se han vuelto a ver en las porterías de las fábricas.

El espacio vetado al tráfico en la puerta de Llodio desde el inicio de la huelga también recogió la noticia con una pintada en la que se podía leer ‘NULO’ en la carretera que pasa por delante de la planta.

«Esto demuestra que teníamos razón» coreaba un grupo abrazado frente a la puerta de la empresa» mientras celebraba la noticia. Uno de ellos, Sergio, que figuraba entre los despedidos, ya apuntaba la reacción de los trabajadores. «Yo sigo de huelga, porque hay que ver cómo entramos, en qué condiciones. Deberíamos volver en las mismas condiciones que estábamos al salir», añadió. Para él, es fundamental «contar con un plan industrial». Más comedido, el presidente del comité de empresa, Eduardo Ibernia, avanzaba la próxima reunión del comité de empresa y asambleas en la plantlla pra decidir los próximos pasos

Se trata de la misma reivindicación que defendía Xabi, uno de sus compañeros. «Todos estamos deseando volver a trabajar. Esta huelga ha sido dura, pero antes, tenemos que hablar», añadió.

Caravana de coches

Incapaces de contener la euforia en los límites del espacio que han ocupado durante estas semana, limitado a las cercanías de la empresa, a eso de las dos de la tarde, se organizó una caravana de coches improvisada que recorrió las calles de Llodio. Sus integrantes, una veintena de vehículos, hacían sonar las bocinas anunciando la noticia a todo el pueblo.

La sentencia ha sido bien recibida en las dos localidades afectadas. «Ya era hora», explicó Garbiñe, que tienen un comercio en Llodio. La suya no es más que una manifestación de la solidaridad que ha despertado esta causa laboral en la comarca de Ayala, donde los carteles de apoyo están presenten en todos los establecimientos, «porque si les va bien a ellos, nos va bien a todos en el pueblo», añadió. También se han prodigado las felicitaciones a título individual. «Enhorabuena» saludaba una vecina al paso de la caravana de celebración.

El clima de euforia no esconde en cambio cierta preocupación acerca del futuro de la empresa. «Creemos que la empresa quiere seguir trabajando aquí, pero a ver qué pasa. Ya montaron una fábrica en Abu Dabi porque lo pedía el cliente. Si se llevan el tubo de más valor añadido, a ver qué queda», se pregunta uno de los trabajadores.

Fuente: https://www.elcorreo.com/alava/araba/ayala/sentencia-demuestra-razon-20210706144352-nt.html

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