8M/M8: convocatorias/deialdiak




Manifiesto 8 de Marzo 2018. Huelga General

 8 DE MARZO DE 2018. DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

SIN NOSOTRAS EL MUNDO NO FUNCIONA

Este 8 de Marzo, la CGT, en coordinación con el Movimiento Feminista, convoca HUELGA GENERAL DE 24 HORAS, LABORAL, DE CONSUMO, DE CUIDADOS sumándonos a la estudiantil. Hacemos un llamamiento a toda la sociedad para que la secunde y participe en cuantas movilizaciones y acciones se lleven a cabo.

Denunciamos la mercantilización que nos explota y esclaviza en la precariedad de nuestras vidas, siendo especialmente cruel en las vidas y discriminación a las mujeres.

Denunciamos que nos dificulten doblemente a las mujeres el acceso al empleo, no queremos más empleo precario, temporal, jornadas parciales y horarios incompatibles con el trabajo de cuidados que se nos imponen. Exigimos que se acabe con la brecha salarial, la desigualdad en las pensiones, el acoso sexual y por razón de sexo en los centros de trabajo.

No pueden continuar las violencias machistas y del mercado que nos tratan como objetos, posesiones del mercado, de los hombres que nos violan, acosan, maltratan y asesinan, que enferman e incapacitan a las mujeres para vivir. Pero también de las instituciones y sus leyes que reproducen actitudes y conductas machistas. Denunciamos las leyes por no garantizar el derecho a que todas las vidas sean sostenidas sin discriminar a ninguna. Exigimos respeto social y que la Iglesia no se siga inmiscuyendo.

Queremos un sistema educativo que reconozca toda nuestra diversidad, como mujeres lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, sin género, queers+; Queremos derechos sexuales y reproductivos para todas.

Es preciso que se eduque en la corresponsabilidad de los cuidados tanto a los hombres como a la sociedad. No queremos ni soportamos más seguir siendo las únicas responsables invisibles de los cuidados de las personas dependientes.

Queremos tener una sanidad pública y de calidad que no trate como enfermedades la vida de las mujeres, su menstruación, sus embarazos, su menopausia. Que la medicina de los hombres reconozca y respete nuestros cuerpos y nuestras vidas.

Las mujeres nos declaramos insumisas de las fronteras que sostienen el racismo, los CIE, y las deportaciones de vidas.

Queremos que se nombren y se equipare el valor en todos los trabajos que sostienen nuestras vidas: el trabajo doméstico y de cuidados, en particular, el que realizan las mujeres esclavizadas en el régimen especial de empleadas de hogar; y el trabajo reproductivo, de la vida y de la respuesta social a la precariedad.

Mujeres migrantes, presas, diversas funcionales, de todos los sectores productivos y reproductivos, juntas en los colectivos sociales de clase gritamos:

Sin nosotras no hay ni producción ni reproducción. Queremos parar para parar el mundo.

Como decía Louise Michel en la Comuna de París: “Las mujeres no se preguntaban si una cosa era posible, sino si era útil, y entonces lograban llevarla a cabo”.

Huelga para vivir, huelga para cuidarnos.

Únete a la lucha que somos muchas.




Martxoak 8: convocatorias y texto de opinión:”Retrocedemos”.

CARTEL definitivo

RETROCEDEMOS

Retrocedemos! Pensábamos que los avances estaban consolidados y por ello nos centrábamos en otros aspectos de mejora y que reclaman afrontar con urgencia si de verdad creemos en la sociedad de iguales, en derechos. Más de dos, en la seguridad de su incapacidad de reconocer y discernir este extremo, centrándose en el discurso recurrente de que físicamente no se puede ser igual y por tanto la igualdad no es posible, aplican la doctrina del más fuerte, o mejor sería decir del más violento.

Retrocedemos porque en realidad no somos capaces de escandalizarnos al leer una noticia brutal como la recogida en la prensa el 5 de marzo y que relataba la agresión que una menor de 15 años había sufrido por un imbécil de 18 que no es capaz de pensar con la cabeza: con la que lleva unida por el cuello al torso, justo encima de los hombros.

Retrocedemos porque en la era del conocimiento hay más desconocimiento que nunca. Una sociedad que se cree adulta y cultivada en democracia debiera haber pasado página por haber renegado del patriarcado, del machismo. Y sin embargo observamos cómo día a día nuestra juventud domina un repugnante lenguaje machista y sexista que habitualmente se convierte en actitud, una despreciable actitud. Durante un encuentro con el colectivo LGTB organizado al calor de la elaboración de la carta por los Derechos Sociales de Euskal Herria, se venía a constatar este incuestionable hecho, y como siempre, se ponían en la mesa diferentes opiniones a la hora de elaborar el diagnóstico, confluyendo desde la variedad en un punto en común. La educación.

Y es que es clave. Esta sociedad no puede avanzar si no es capaz de respetar al diferente, tenga la condición que tenga. El error parte en el mantenimiento del rol que desde las instituciones religiosas, excesivamente asentadas en el aparato del estado, sostienen en el modelo de familia, también de sexualidad. Negando la evidencia, siendo indulgentes con sus casos de pederastia y despreciando incluso la condición de mujer. Un error del que tampoco escapa quien tiene como misión la protección desde la aplicación de la Ley, puesto que en la judicatura existen magistrados y magistradas que desde sus atalayas, efectúan preguntas degradantes a quienes han sufrido una agresión sexual, queriendo culpabilizarlas por haber sido violentadas.

Una sociedad que se dice libre, no puede constituirse ni asentarse desde premisas tan infames como la no aceptación de la libertad individual, de la negación del derecho natural a la libre autodeterminación de las personas. Porque eso y no otra cosa significa la violencia machista instaurada y no, por asumida socialmente, suficientemente combatida. La erradicación de esta lacra social pasa por modelos educativos concretos, impulsados y potenciados desde el sistema público, al objeto de la transformación social radical y del hecho individual basado en el respeto a la diferencia y al libre pensamiento.

El 8 de marzo, irremediablemente vuelve a ser una jornada para la movilización común, porque la lucha feminista es sinónimo de transformación social. De cambio. Si quedaba mucho camino por recorrer hay que añadir lo desandado. Esta sociedad no puede acomodarse en estos criterios tan mezquinos y faltos de empatía. Frente a las agresiones sexistas, no nos sirven de nada las concentraciones autocomplacientes a las puertas de las instituciones, promulgadas por una incapaz clase política, que centra su acción en el ámbito exclusivo de la “justicia”. Lo que de facto no induce a cambiar nada, puesto que dicho ámbito está culturalmente contaminado. El camino hay que centrarlo en la conquista de los espacios de decisión, enarbolando banderas de solidaridad, de igualdad, promulgando una educación diferente, asentada en valores de verdadero cambio social. Estábamos en el camino ¿Qué nos está pasando?

Joseba Santesteban

Comunicación

CGT-LKN nafarroa




TOLERANCIA “CERO” ANTE LAS AGRESIONES SEXUALES, TAMBIÉN CUANDO EL AGRESOR ES DE NUESTRO ENTORNO.

estrella_moradaynegraLlega el 8 de marzo, a nivel mediático, formal e institucional tendrán cabida multitud de discursos y mensajes generalistas sobre los derechos que a las mujeres nos asisten. En ese terreno, el de las generalidades y la corrección política casi todo el mundo se siente cómodo y es en lo concreto donde encontramos, con toda su crudeza, los muros que las mujeres debemos sortear en el día a día.

Precisamente, me voy a referir a este espacio, a lo concreto, pues ha tenido que ser el juzgado de los social Nº4 de Pamplona, ante una demanda interpuesa por la empresa, el que establezca que un despido disciplinario por comisión de una agresión sexual en el horario de trabajo no es equiparable a un despido objetivo (en el cual se pueden vulnerar los derechos del/la trabajador/a), y no está sujeto a las garantías que este último debe tener.

Pasamos a explicar la situación. EL 14 de Noviembre de 2014, RENFE despidió a un trabajador por motivos disciplinarios, tras una sentencia firme por abusos sexuales de este trabajador hacia una pasajera. Con fecha de 13 de Diciembre de 2014 se presentó preaviso para la celebración de elecciones en el grupo RENFE para elegir delegados/as de personal. En el calendario derivado de este preaviso, se estableció el periodo comprendido entre el 23 y el 28 de Enero para la exposición del censo provisional.

En este censo, no figuraba el agresor despedido, a lo que la Sección Sindical de CCOO en la empresa reaccionó presentando un reclamación a la mesa electoral para que se le incluyera, argumentando que estando el despido recurrido, tenía el derecho de ser elector y elegible. La mesa no atendió esta reclamación y publicó el censo definitivo, sin incluir al agresor, hecho que llevó a la mentada Sección Sindical a presentar un escrito ante la Oficina Pública Registral de Elecciones Sindicales de Navarra, impugnando el acuerdo de la mesa electoral. Ganaron este laudo y la mesa tuvo que incluir al agresor confeso en el censo.

La agresión es agresión, la cometa quien la cometa, y nuestra postura ante ella SIEMPRE debe ser clara y contundente. Desgraciadamente, es una lacra social tan importante, tan lacerante y, tristemente, tan normalizada , que no podemos actuar con tibieza a la hora de denunciarla. No podemos mirar hacia otro lado cuando se da un atropello de estas características, y no podemos supeditar su condena al mercadeo electoral, si lo que está en juego es un voto, o un/a delegado/a. Es cuestión de prioridades, y las nuestras están claras.

El silencio nos hace cómplices. Como mujeres, como feministas, como sindicalistas, como revolucionarias, nuestra labor es condenar todo tipo de agresiones sin ningún tipo de paliativos; y la coherencia para hacerlo cuando se dan en nuestro entorno, es una herramienta indispensable.

Secretaría de la Mujer de CGT-LKN




8 de marzo: Miles de personas salen a la calle en Iruña

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Una gran manifestación ha recorrido el centro de la ciudad, dejando patente la viveza de la lucha de las mujeres y de sus reivindicaciones.

Texto de la Secretaría de la Mujer del Secretariado Permanente Confederal de CGT:

Las mentiras del Gobierno, del resto de partidos políticos y de los poderes económicos sobre la falsa salida de la crisis y las mejoras en las tasas de desempleo, que nos mantienen aletargadas, esperando una mejora que no va a llegar.

Cuando la realidad sigue siendo:

  • El descenso de la tasa de actividad de las mujeres en el mercado laboral
  • El aumento del desempleo femenino
  • El aumento de la temporalidad en el trabajo de las mujeres
  • La precarización de nuestras condiciones laborales, económicas y de prestaciones
  • La sobrecarga de los cuidados
  • El deterioro de nuestra salud
  • La privación de nuestros derechos sexuales y reproductivos
  • El peor acceso y condiciones en la educación
  • El aumento del peso que llevamos las mujeres en el sostenimiento económico y psicológico de la familia.
  • El incremento de la violencia que sufrimos las mujeres, tanto en los hogares         como en los entornos laborales
  • El mantenimiento de los roles sexistas en todos los ámbitos de la vida

En este contexto social, las mujeres de CGT, organizadas y aliadas en la lucha con las distintas plataformas, movimientos sociales, centros de trabajo, espacios culturales… hemos conseguido parar muchos de los ataques contra nuestros derechos y libertades. Y seguimos denunciándolos y frenándolos, cambiando la realidad y tomando lo que es nuestro, conquistando los derechos que nos merecemos.

PORQUE NUESTROS DERECHOS NO SE PIDEN.

SE LUCHAN.

SE CONQUISTAN.




8 de marzo: un envite a la transformación social

Aproximándose el 8 de marzo, surgen los diferentes informes institucionales, sindicales, que vienen a adornar los días previos a tan referente fecha. Documentos cuyas tipografías aportan cifras y  porcentajes sobre el papel ó pantalla de plasma, que constatan año tras año el agravio comparativo que para la mujer supone pertenecer a esta sociedad del bienestar.

No es por casualidad, ciertamente, hablar de sociedad. No sirve echar balones fuera, no sirve culpabilizar en exclusiva al empresariado. Que la mujer, en este País de países tan Europeos, modernos y adelantados, en el camino de la segunda década del “futurista siglo XXI” continúe infravalorada no es de recibo. Es hora, y como siempre, vamos tarde, de abordar seriamente y con compromiso resolutivo, qué modelo de sociedad necesitamos, queremos, anhelamos. Porque en el contexto de estafa que esta sociedad mercantilista se ha encasillado,  en el que por defecto el conjunto de la ciudadanía ha sido necesariamente arrollada; donde se proclama el rol emprendedor, como el paradigma benigno en el desarrollo personal y desde el quimérico prisma de la igualdad: “todas las personas tienen la misma oportunidad a la hora de desarrollar un proyecto de vida”. Se constata el grave desequilibrio de género afianzado a través de los siglos en las distintas sociedades y del que aún hoy esta de la innovación, de la robótica, de la tecnología no es capaz de renegar.

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Esta discriminación social, enraizada y permitida desde las instituciones igualitarias de género, impulsoras de fraudulentos programas de igualdad, se afianza y enfatiza en el mundo laboral. En la Sociedad del futuro, a la mujer,  las empresas le siguen poniendo piedras en el camino en el acceso a puestos de responsabilidad, y quienes llegan lo hacen después de haber superado infinidad de obstáculos sexistas. La Navarra del futuro e igualitaria, lidera el afiche de comunidades con una importante brecha salarial; los salarios que las mujeres perciben por el mismo trabajo realizado es un 30% inferior al que percibe un varón, fracturando la máxima de: a igual trabajo igual salario.

En la conmemoración del día internacional de la mujer, quince años después de haber ingresado en el siglo XXI, se pone de manifiesto que la mujer es la gran damnificada en esta estafa capitalista. La temporalidad, en la moderna navarra, tiene un elevado protagonismo entre las mujeres, como lo tiene en la contratación de la jornada parcial. Pero entre los datos que son de dominio público destaca el sangrante sobre el trabajo no remunerado y el no declarado, donde la mujer lidera el ranking de la desigualdad y el atropello. El trabajo doméstico y atención a personas, feudo femenino por imperativo social, es donde más irregularidad laboral se da. El tradicional y masculinizado mercado laboral sumerge a la mujer en la segregación, estableciéndose roles laborales concretos y definidos que al mismo tiempo feminizan la precariedad y por supuesto, la pobreza, puesto que es un realidad palmaria que la precarización del empleo engulle en la penuria a quien la padece. Supeditada en su gran mayoría al miniempleo precario en la supervivencia diaria, la mujer se encuentra en estas circunstancias sin un espacio para el desarrollo personal. Lo que viene a certificar, en clave femenina, la esclavitud moderna de la igualitaria sociedad del futuro de la que somos partícipes.

Tiempos de cambio político auguran las encuestas tejidas desde los grupos de poder y acólitos. Vientos renovadores que se presuponen, falsamente, aireadores y oxigenadores de este espacio gris y contaminado por la sociedad del consumo por el consumo, de la especulación, de la pauperización del valor del trabajo y de la infravaloración del ser humano. Y sin embargo lo que realmente reclamamos es una transformación social, que obviamente se ha de asentar en nuevos pero conocidos valores. Alcanzar este objetivo es una tarea que no debemos delegar, no podemos confiarla. Supeditarnos al sufragio universal cuatrienal es sinónimo de abandono, de fracaso, y por tanto la conquista de un nuevo modelo social ha de ser diaria y se realiza desde cada persona, que de forma solidaria es capaz de condenar y rechazar las prácticas antisociales y laborales implantadas contra el género femenino y al hacerlo defiende, de facto, las propias.

La conmemoración del 8 de marzo, que con toda probabilidad la gran mayoría social desconoce su origen, tanto o más que el 1º de mayo, pues aquel régimen llamado del movimiento se encargó muy bien de ello, debe servir para impulsar ese mecanismo de sedición interior y contracultural que nos lleva a las personas a modificar aquello que no nos sirve, que nos daña; la violencia de género, la discriminación laboral de la mujer, la esclavitud por la supervivencia, son síntomas de una sociedad enferma que es necesario intervenir decisivamente. La primavera está a las puertas y el día de la mujer es un buen comienzo para la transformación social.

Joseba Santesteban

CGT-LKN Nafarroa




8 de marzo: nos sobran motivos

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Son innegables los avances que la lucha de las mujeres ha ido forjando a través de la historia. Grandes hitos o pequeños logros, grandes figuras del feminismo o mujeres anónimas, todo un camino de transformaciones en los ámbitos público y privado. No obstante, para nada es un camino concluido. Hoy la pobreza tiene de forma predominante en todo el planeta, como no, rostro de mujer, las “nadie” que padecen dobles y triples discriminaciones. Así mismo, se habla de mujeres que alcanzan puestos de poder político, empresarial o financiero pero perduran otros muchos y cotidianos techos de cristal: a igual trabajo igual salario, las mismas opciones de salir del paro, no recibir tratos degradantes ni acoso por parte de sus jefes y/o compañeros, lograr un reparto justo de los trabajos de casa para recuperar el tiempo que les pertenece, no ser agredidas por sus compañeros, respeto a decidir sobre sus propios cuerpos, su sexualidad…No nos engañemos, aún queda mucho por hacer.

A día de hoy, los medios se escandalizan de los roles de género que dicen los estudios, tiene la juventud. Impacta que a pesar de los años de lucha y reivindicaciones del movimiento feminista, una parte importante de las nuevas generaciones nos sorprenden con planteamientos que perpetúan los roles de género, en los que el varón es el agente dominante y la mujer el sujeto dominado. Así, todo lo aprendido y exteriorizado en forma de conductas machistas, más o menos visibles, más o menos intensas, siguen cayendo sobre las espaldas de las mujeres jóvenes, perpetuando yugos ancestrales.

El poder, el patriarcado, es sutil y hábil cuando se trata de perpetuar su credo. Cuando accede la mujer al trabajo remunerado, se crea una nueva mujer que tiene que ser excelente profesional, perfecta madre y compañera, y además tener un aspecto impecable, cuerpo de vértigo, tacones de espanto, en definitiva, nuevos yugos y mordazas.

Y no es posible ver la tele, escuchar la radio, ojear una revista convencional o mirar un escaparate de tienda de ropa o de juguetes sin sentir esas omnipresentes patri-arcadas, que no son sino la reacción virulenta de nuestros cuerpos al patriarcado. Maldita dolencia crónica que se extiende, maligna, por todos nuestros sistemas y aparatos. El machismo está en las instituciones, está en el lenguaje, en la calle, en el “insti”, en el curro, en el sindicato y en el bar, el patriarcado es estructural.

De todos modos, hay momentos en los que me siento mejor, mi estómago está contento y relajado cuando veo la dignidad de tantas mujeres que luchan de muchas formas por sus derechos. Por ello, sigue teniendo sentido que el 8 de marzo sigamos saliendo a la calle para expresar de forma colectiva, mujeres y hombres, nuestra voluntad de alcanzar una igualdad real, tratando de socavar las bases del patriarcado y de la opresión. Nos vemos a las 12 h en la Plaza del Castillo. Salud!

Firman el artículo:
Pili Erro y Maura Rodrigo, del Area de la Mujer de CGT-LKN Nafarroa