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Tambores de guerra en TRW de Landaben (Joan Bosch)

por CGT-LKN Kalean
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Extraído de: https://www.noticiasdenavarra.com/2019/10/06/economia/tambores-de-guerra-en-trw-de-landaben

En la primavera de 2016 TRW Automotive España S.L.U., cuyo propietario absoluto es el grupo francés ZF, planteó un ERE que afectaba inicialmente a 250 trabajadores bajo el argumento de que la planta de Landaben generaba pérdidas recurrentes año tras año.

Escribí entonces un artículo titulado La otra verdad de los despidos planteados en TRW Pamplona, en el que desmontaba los argumentos que sostenía la dirección y les planteaba alternativas para que la planta no fuera aparentemente “deficitaria”.

El ERE fracasó en los juzgados porque se demostró que TRW Automotive España S.L.U. obtenía beneficios cada año y que era la propia empresa la que podía “adjudicar” las ganancias y las pérdidas a cada parte de su empresa con ciertas maniobras contables, como la existencia de Eurofren Systems para la comercialización, el pago de royalties “arbitrarios” a la matriz en Francia o el precio de los materiales que pese a venir principalmente desde otra filial del grupo en Polonia se facturaban a un precio “conveniente” desde Shirley (Irlanda) donde los beneficios tributan al 10%.

Ahora ZF ha decidido “escindir” sus negocios en España en dos partes. Todas las plantas que generan beneficios más Eurofren Systems pasan a una nueva sociedad denominada ZF Aftermarket Ibérica S.L.U. (fíjense que adopta el nombre del grupo ZF) mientras que dejan en solitario a la planta de Landaben con su antiguo nombre de TRW Automotive España S.L.U.

Mediante esta escisión, se traspasan a la nueva sociedad todas las plantas consideradas rentables y se le otorga, además, 125 millones de activos pero solo 40 millones de pasivos, es decir, se entregan 85 millones de patrimonio a cambio de nada.

La planta de Landaben queda ahora “condenada a su suerte”, con un patrimonio neto mucho menor de tan solo 40 millones y unas pérdidas “contables” de alrededor de 15 millones por año, de manera que a ese ritmo sus días están contados, diga lo que diga el plan de escisión presentado.

Por suerte para la dirección, los eventuales conflictos venideros con la plantilla seguirán relacionándose con la marca TRW dejando limpia la marca ZF, ajena a unos problemas locales en una pequeña región al norte de la península ibérica.

Esta vez no habrá a qué agarrarse porque quedará perfectamente justificado que la planta de Landaben tiene pérdidas y será, además, una persona jurídica individual sin los argumentos defendidos en el juicio del año 2016.

No olvidemos que esta empresa ha repartido 80 millones de dividendos en los últimos cuatro años. No olvidemos que la rentabilidad de la empresa viene siendo cercana al 15% anual. No olvidemos que el 70% de sus costes son materiales adquiridos a otras empresas del grupo. Pero la responsabilidad de las pérdidas se atribuirá a los costes de la plantilla de Landaben y si no, como diría mi madre, “al tiempo”. Terminaba mi escrito hace dos años con la siguiente frase: “Los salarios de los trabajadores no se ajustan a las necesidades de nuestra codicia, que no se satisface con un 10% de rentabilidad anual”.

Ojalá me equivoque y tenga que comerme esta carta en papel de periódico. Prometo hacerlo.

Un abrazo fuerte a toda la plantilla de TRW Landaben.

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