CGT ante la confirmación de sentencia del 12-S para Alberto Patishtán Gómez

botonAlbertoweb400

La lucha por la libertad de Alberto, es la lucha por poner patas arriba el conformismo y la sumisión. Es la lucha por generar conciencia y contagiar vitalidad rebelde. Entre todas y todos vamos arrancando la podredumbre de un sistema que revienta por terrorista y suicida.

SECRETARIA DE RELACIONES INTERNACIONALES DE CGT

A Alberto Patishtán Gómez y su familia

A su equipo de Defensa jurídica

Al FRAYBA

Al Pueblo del Bosque

A la Red Contra la Represión y por la Solidaridad

Al EZLN

Al CNI

A la Sexta

A los medios libres

A la sociedad civil en México y el mundo.

El pasado día 12 de septiembre el Tribunal Federal de Tuxtla Gutiérrez que tenía en sus manos (en) cerrar 13 terribles años de ensañamiento contra una persona como Alberto Patishtán Gómez, decidió NO concederle la libertad. No es fácil describir el cúmulo de sentimientos que experimentamos a este lado del mundo al conocer la noticia. No podemos decir que nos sorprenda ¿Desde cuándo el sistema de justicia de los de arriba, ha defendido otros intereses que los de los poderosos?.

Ante las pruebas de la inocencia de Alberto, las cuales resultan tremendamente sólidas e irrefutables, si bien no confiábamos en que los jueces al servicio de los malos gobiernos tuviesen honestidad, al menos si esperábamos que tuviesen vergüenza. Pero ni así.

La negación de la libertad a Alberto es una acto criminal, un retorcido sarcasmo de tintes tercamente autoritaristas. Imaginamos las razones por las que Freddy Gabriel Celis Fuentes, Manuel de Jesús Rosales Suárez y Arturo Eduardo Zenteno Garduño, miembros del Tribunal, tomaron “su” decisión. ¿Puede el gobierno de México confesar que utiliza la prisión política como arma contra quien denuncia sus corruptelas y desmanes? ¿Por cuánto tiempo más puede mantener la imagen de «democrático» un país que trata de encerrar las voces de quienes reclaman su tierra y su territorio en todas sus acepciones?

Ante la disyuntiva de ceder a la evidencia jurídica y a la desbordante presión social nacional e internacional, la consigna ha sido: otra vuelta de tuerca más.

Nos indigna y nos llena de rabia el cinismo e hipocresía de quienes osan hablar en nombre de la justicia. Pero hay un error que no parece cansarse de cometer quienes desde sus puestos de gobierno tratan de convertir la represión y el oprobio en institución. Lo comete el gobierno de Peña Nieto en México, y lo cometen los gobiernos de todo el mundo: creer que los barrotes encierran las ideas y ahogan las voces. Sabemos que Alberto seguirá luchando desde la cárcel, y que su familia y amigos de El Bosque, jamás van a rendirse. En el mundo entero hay miles de voces que claman por la libertad de Alberto y las malas noticias no van a desalentarles, repetimos jamás. Porque en México sí existen la democracia, la libertad y la justicia. Y existen porque andan bien lejos de las instituciones que dicen representarlas.

A cada día se constata que el camino es tomar en nuestras manos nuestras vidas, organizarnos a todos los niveles y con ello autogobernarnos. Sin lugar a dudas, y más ante días como el 12 de septiembre, experiencias únicas y trascendentales como la Justicia autónoma de las Juntas de Buen Gobierno zapatistas son las que nos hacen ir más allá de la limitante lucha de resistencia. La lucha por echar a andar un sistema de impartición de justicia diametralmente opuesto al que condena vez si, y otra también, al Profe Patishtán. Todo ello naturalmente sustentado, como decimos, en una sociedad muy distinta, organizada de abajo a arriba, como las Comunidades Zapatistas, por ejemplo.

¿Qué sigue ahora?: lucha y más lucha (organizada). Alberto afirma que no puede pedir perdón por algo que no cometió, y que espera un acto de justicia. Llegará, sin duda, entre todas y todos vamos a arrancar ese acto. Pero como ya sabemos, Alberto como hace más de 13 años, no se sienta a esperarlo, sino que lo lucha cada día y cada noche. Ya lo dijeron también los Solidarios de la Voz del Amate al recobrar su libertad el pasado julio: “organícense” les espetaban a los presos injustamente encarcelados, especialmente indígenas, que quedan por miles por toda la geografía mexicana.

La lucha por la libertad de Alberto, es la lucha por poner patas arriba el conformismo y la sumisión. Es la lucha por generar conciencia y contagiar vitalidad rebelde. Entre todas y todos vamos arrancando la podredumbre de un sistema que revienta por terrorista y suicida.

Desde la CGT mantenemos más vivo que nunca nuestro compromiso con la palabra y los actos congruentes de nuestro hermano de camino Alberto Patishtán Gómez, uno de nuestros profes.

¡Va por tí, va por tod@s!

¡Viva siempre Alberto Patishtán!

¡Todos con la lucha de las profesoras y profesores de la CNTE!

 




CGT seguirá actuando contra este modelo de ferrocarril

trendescarga

CGT, en su Pleno de Secciones Sindicales celebrado el pasado día 10, ha acordado continuar movilizándose contra las decisiones del gobierno de privatizar los servicios ferroviarios, desmantelando las diferentes empresas que conforman el Sector, y en Defensa de un Ferrocarril Público, Social y Seguro, en Defensa del Empleo y de las condiciones Laborales.

SFF CGT

Vamos a hacer partícipes de esta decisión al resto de organizaciones sindicales con representación en las distintas empresas ferroviarias, proponiéndoles la unidad sindical para hacer frente a todas las agresiones que estamos sufriendo el colectivo ferroviario y los usuarios del ferrocarril.

Esperemos que esta vez no vuelva a pasar lo sucedido en los últimos meses, cuando convocamos una Manifestación desde Atocha hasta Sol el día 29 de junio, con entrega de miles de firmas contra el desmantelamiento del ferrocarril, y ante la convocatoria de huelgas durante los meses de julio y agosto.

Ningún Sindicato estuvo dispuesto a movilizarse, razón por la cual CGT convocó estos actos en solitario.

Por todo ello, no entendemos la posición de CCOO, que nos acusa de actuar en solitario convocando huelgas y manifestaciones, y convoca en solitario una Concentración en Atocha el 14 de septiembre, sin comunicar su intención previamente al resto de Sindicatos y sin contar con nadie, todo un ejemplo de coherencia. Suena más a lavada de cara por no haber movilizado antes que a una actuación organizada y contundente contra los planes del gobierno.

Esperamos que este acto suponga un cambio en sus actuaciones hasta el momento y el inicio de movilizaciones. CGT sí se ha dirigido a CCOO para tratar de establecer acciones conjuntas.

Desde CGT creemos que la situación es insostenible, desde el desgraciado accidente ferroviario de Santiago de Compostela, el modelo de ferrocarril que nos vienen imponiendo está más que en entredicho. Los planes del ejecutivo amenazan seriamente la seguridad y continuidad de las empresas ferroviarias, el nivel de empleo y a las condiciones de trabajo.

Nosotros sí haremos partícipes de nuestras propuestas al resto de organizaciones sindicales buscando la unidad de acción y vamos a luchar hasta donde sea necesario para que los planes del gobierno no se materialicen, pero si esto no es posible, no dudaremos en actuar en solitario.

PARTICIPA Y LUCHA POR TU FUTURO

¡AFÍLIATE A CGT!

 




Las 10 propuestas «bomba» que la CEOE llevará a los sindicatos en septiembre

 

 

Las 10 propuestas «bomba» que la CEOE llevará a los sindicatos en septiembre  

La CEOE se sentará con los sindicatos a partir de septiembre para negociar nuevas fórmulas que «flexibilicen» las contrataciones. El anuncio lo hizo el jueves el presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández. No quiso detallar en qué consistirían las propuestas de la patronal, si bien a lo largo del verano ya ido dando varias pistas al respecto y muchas de ellas conservan el espíritu del lema «trabajar más y ganar menos» que pronunció el antecesor de Juan Rosell, el condenado Gerardo Díaz Ferrán. Estas son algunas de ellas:
 
 
 
1. Cambiar contratos a tiempo en parciales al antojo. La CEOE propuso al Gobierno a principios de agosto que los empresarios puedan «imponer» a los trabajadores la conversión de su contrato a tiempo completo en uno a tiempo parcial cuando existan causas que lo justifiquen y se eviten así despidos objetivos.

2. Ampliar del 15% al 30% el margen de horas complementarias. La CEOE valora que la reforma laboral introdujera una «pequeña flexibilidad» en la contratación a tiempo parcial al permitir a que estos trabajadores realicen horas extraordinarias, pero considera que no es suficiente y que debe hacerse algo similar en el caso de las horas complementarias, aquellas que se pactan por escrito con el trabajador y que el Estatuto de los Trabajadores limita a un máximo del 15% de las horas ordinarias fijadas en dicho contrato. Su propuesta es que se amplíe el margen al 30%.

3. Que una parte de los sueldos sea variable y dependa de la situación de la empresa. En materia salarial, la patronal aboga por que un determinado porcentaje de los sueldos tenga un complemento variable, que dependa de la situación y el resultado de las empresas. La idea sería sustituir «conceptos retributivos obsoletos o improductivos por otros vinculados a la productividad de la empresa».

 
 
 
4. Más trabas a los jueces para que no puedan «tumbar» los ERE. La CEOE asegura que el 50% de las sentencias dictadas tras la reforma laboral en materia de despidos colectivos declaran la nulidad de los mismos por defectos de forma. Por ello, la patronal de los empresarios pide al Gobierno que limite la nulidad a los casos en los que la empresa no haya convocado a los sindicatos para la negociación.
 
 
5. Reducir las modalidades de contratos. Otra de las propuestas de los empresarios es reducir las más de 40 modalidades de contratación que existen actualmente hasta cuatro o cinco, con o sin bonificaciones.

6. Minijobs. «A un parado, si se le puede ofrecer un contrato de cuatro horas y sacarle de la listas del paro, pues es mejor que estar en el desempleo». Estas palabras también las pronunció el pasado jueves el presidente de CEIM, quien añadió que a los sindicatos los ‘minijobs’ «les van pareciendo mejor», algo que negaron después UGT y CCOO.

7. Limitar las pensiones de viudedad a las personas sin recursos. La patronal de los empresarios quiere que las cotizaciones de los empresarios y trabajadores dejen de financiarlas y cambiar su carácter «contributivo» a «no contributivo», es decir, limitarlas a personas que carezcan de recursos suficientes y que no hayan cotizado el tiempo suficiente.

8. Ampliar el límite de edad para los contratos de formación. Aunque la reforma laboral amplió el límite de este tipo de contratos de los 25 a los 30 años, la CEOE cree que la edad de contratación debe ser los «suficientemente amplia» para que beneficie tanto a jóvenes parados como a desocupados que tienen que adaptarse profesionalmente. Además, propone flexibilizar las condiciones de jornada y salario y dotar a estos contratos de una orientación, fundamentalmente, de prestación laboral.

9. Los médicos de las Mutuas deberían dar las altas médicas. Según asegura, redundaría en una gestión más eficiente de costes, tanto para la Seguridad Social como para las empresas asociadas. El Gobierno ya lo está estudiando.Además, para la patronal «sería importante» poder penalizar el importe de la prestación por incapacidad temporal durante los primeros 15 días de baja – los que paga el empresario- a quienes reiteren estos procesos.

10. Concatenar contratos temporales. La organización que preside Juan Rosell insiste en que se puedan concatenar otra vez los contratos temporales y especialmente evitar que opere la suma de contratos concertados con el mismo trabajador para diferente puesto de trabajo. 

 

Extraído de CGT Qualitel: http://cgtqualytel.blogspot.se/
 



LOS MARTES AL SOL

martesalsol-2013-04-02-cartel-xxxx80-copia-500xXx80El primer martes de cada mes, como viene siendo habitual, «Los Martes al Sol», se reúnen para realizar una Concentración-Asamblea en Avenida de Carlos III (delante de Diputación) en Iruña. La próxima cita tendrá lugar el martes 3 de septiembre, a las 19:00 horas en el anteriormente citado lugar.  Es importante tu/ nuestra presencia.

Pasate participa y difunde




De Rosell a Barcina y tiro porque me toca

     

 LOGO CGT-LKN

 

Juan Rosell ha vuelto a abrir la boca. Propone disminuir “privilegios” (lease derechos), de personas con trabajo fijo para trasvasar algo de seguridad a la creciente eventualidad.

 

 

 

 

Afirma, no obstante, que no cree que esta medida tenga futuro porque no será aceptada por esa élite asalariada indefinida. Se atreve a acusarnos de insolidaridad un personaje que no hace sino defender y representar a quienes sólo basan su existencia en la búsqueda de obtención de lucro, cuanto más mejor, a costa de lo que sea. Su antecesor en el cargo ejemplifica bien a lo qué nos referimos. Tampoco su actual vicepresidente, Arturo Fernandez, con su “costumbre” de pagar en negro a su plantilla, contribuye en exceso a que tomemos en consideración cualquier iniciativa que proceda de la CEOE.

            Con esta valoración de Rosell, parece que la propia patronal reconoce que la actual situación de precarización laboral ha sobrepasado ese umbral que la lleva a dejar de ser rentable desde su punto de vista productivista. Por supuesto, desde su punto de vista, la solución no pasa por cuestionar sus beneficios ni su actividad desarrollista, el problema es la existencia de derechos.

            Lo que debe preocuparnos es que lo que hoy suena a burrada, con el paso del tiempo, con el aderezo de una buena propaganda y la sesuda labor de algunos tertulianos bien pagados, esta percepción vaya logrando algún arraigo en el imaginario colectivo. De hecho, algo han avanzado, convenciendo con no poco éxito de que en esta jungla social en la que vivimos, la inmigración o el funcionariado representan serias amenazas para el bienestar de la mayoría. La cena está servida en este banquete caníbal en el que nos hacen competir por cada vez menos pan y menos circo.

            Así Rosell plantea el antirreparto, basado en generalizar la vulnerabilidad, mientras se blinda así la acumulación de beneficios en pocas manos. Mucho tiene que ver esta propuesta con el antirreparto que ya propuso Barcina con su plan contra el paro a costa de dividir los contratos temporales en dos. El verdadero reparto que propugnamos desde el movimiento social y sindical se sitúa en la antítesis de estas propuestas. Por supuesto que entendemos que buena parte de la población asalariada tiene que ver disminuida su capacidad de consumo en beneficio de los sectores sociales más precarizados, pero no se nos olvida que quienes más tienen que ceder para el reparto son quienes más han acumulado de forma ignominiosa, quienes realmente representan el privilegio y la desfachatez en un mundo cada vez más injusto y desigual, quienes han especulado y explotado por encima de sus posibilidades y ahora piden que nos repartamos mejor las migajas.

            Hablando de antirreparto, el pasado mes de mayo, de mano de la Cátedra de Investigación Para la Igualdad y la Integración Social, se publicó el informe “Vivir con menos de 454 € al mes en Navarra”. En este se alerta sobre una aceleración en la generación de desigualdad y de pobreza severa debido a un rápido ascenso del paro. En esta dinámica, las iniciativas tomadas a nivel político, lejos de suponer freno alguno, han empeorado la situación de muchas personas debido a las restricciones para el acceso a la Renta de Inclusión (antes Renta Básica), dejando bien claro cuál es la verdadera acción de gobierno en Navarra. No hay derecho a que nos insulten con propuestas y con políticas que ocultan la verdadera raíz económica y social de la pobreza y del paro y nos llevan a competir agresivamente entre iguales, condenando a la exclusión a los sectores más débiles.

            Ante sus recetas, no se trata de mostrar escepticismo, se trata de articular una fuerte oposición colectiva. El saber llevarla a cabo, en un paisaje social cambiante y en declive, supone todo un reto que no debemos dejar de asumir. Empecemos por desmontar su discurso día a día, porque no cejan.




El anarcosindicalismo en el siglo XXI

La escasa implantación del anarcosinsicalismo en el mundo laboral no debe conducir al desánimo, pero sí exige una reflexión profunda sobre sus causas. El anarcosindicalismo debe analizar las nuevas condiciones sociales y laborales en este tiempo que vivimos, en que el neoliberalismo está derribando el edificio del Estado del Bienestar dejando obsoleto al sindicalismo basado en la colaboración y el pacto.

Tomás IBAÑEZ

cabecera huelga

Por razones de carácter esencialmente histórico, es en España donde el anarcosindicalismo alcanza actualmente, y de muy lejos, su mayor grado de implantación en el mundo laboral. Sin embargo, sumando las afiliaciones de CGT y de CNT, dicha implantación no sobrepasa el 0,2% de la población activa y todo parece indicar que, por mucho que empeore la situación económica y por intensa que sea la actividad militante, su techo difícilmente podrá situarse por encima de un escaso 0,3%. Estos datos no deben inducirnos a tirar la toalla ni a emprender la ruta de la resignación, pero sí deben incitarnos a analizar las posibles causas de esta situación y a reflexionar seriamente sobre el sentido que puede tener hoy el anarcosindicalismo.  Las dificultades con las que éste tropieza para aglutinar e ilusionar a los trabajadores nos confrontan directamente con la pregunta sobre la vigencia, o no, del anarcosindicalismo en el contexto económico, social y político del siglo XXI.

Para esbozar una respuesta quizás convenga recordar las condiciones en las que se fue construyendo el anarcosindicalismo y repasar algunos de los cambios que han experimentando.

Es bien conocido que el anarcosindicalismo se constituyó en una fase del desarrollo capitalista denominada como «segunda revolución industrial» que se extendió desde las últimas décadas del siglo XIX hasta las primeras del siglo XX, y todos sabemos que las condiciones impuestas a los trabajadores eran entonces de una extrema dureza. Se trataba de extraer del trabajador toda su fuerza de trabajo al menor coste posible sin la menor contrapartida en términos de derechos sociales ni de prestaciones de ningún tipo, sin ningún marco de regulación laboral, sin instancias negociadoras que mediaran entre los capitalistas y los trabajadores para sortear el enfrentamiento directo. En el ámbito laboral el capitalismo no tenía otra preocupación que la de racionalizar los procesos de producción para reducir los costos de mano de obra y forzar el trabajador a rendir hasta el límite de sus posibilidades bajo la constante mirada de vigilantes y supervisores.

El anarcosindicalismo se articuló como respuesta antagonista frente a esas condiciones concretas de explotación y, nutriéndose de influencias anarquistas, elaboró una serie de prácticas de lucha, de formas organizativas y de objetivos de transformación social que consiguieron aglutinar e ilusionar a un número relativamente amplio de trabajadores en distintos países.

Ha transcurrido poco más de un siglo desde los inicios del anarcosindicalismo, pero ese periodo de tiempo ha visto acontecer multitud de transformaciones en el ámbito laboral. Parte de esas transformaciones resultaron de las propias luchas del movimiento obrero que fueron arrancando poco a poco notables mejoras de las condiciones de trabajo y de los salarios. Sin embargo, los propios logros conseguidos por las luchas del movimiento obrero fueron debilitando la fuerza y el radicalismo de esas luchas, restando espacios para quienes propugnaban la eliminación del capitalismo, y abonando el campo para el desarrollo de un sindicalismo de concertación, de negociación y de integración.

Tras la Segunda Guerra Mundial, las conquistas sociales logradas durante las décadas anteriores recibieron el amparo y el impulso del llamado «Estado de Bienestar», que veía en la colaboración de clases y en la alianza capital-trabajo una de las principales palancas para modernizar el gobierno político de la sociedad. De esta manera, unas políticas obsesionadas con promover el crecimiento económico, el incremento de la riqueza nacional, y la elevación de la renta per cápita, otorgaron un papel de arbitraje a los poderes públicos y les empujaron a impulsar el desarrollo de un amplio conjunto de medidas en el ámbito laboral y en el campo social: instauración de instancias de concertación, protección y asistencia mediante una compleja legislación laboral, regulación social de los sueldos mínimos, del tiempo y de las condiciones de trabajo, de las jubilaciones, de las bajas por enfermedad, de los despidos, etc. Los trabajadores dejaban de ser considerados como pura fuerza de trabajo y pasaban a ser concebidos y tratados como ciudadanos cuyas necesidades laborales y extralaborales debían ser atendidas. También es cierto que, de esta forma, éstos se transformaban poco a poco en sumisos, y a veces compulsivos, consumidores atados de pies y manos por los créditos concedidos.

Una de las consecuencias de la acción desarrollada por los poderes públicos en el campo sociolaboral fue la de propiciar el auge de las grandes organizaciones sindicales de negociación y de colaboración de clase que se dotaron de una amplia burocracia sindical y de nutridos gabinetes jurídicos capaces de ofrecer múltiples servicios para atender los intereses más puntuales de los trabajadores.

Frente a la presión de los poderes públicos y a la fuerza del movimiento obrero el empresariado ajustó parcialmente sus intereses sobre los del trabajador, no por sentimientos humanistas, claro, sino porque era lo más conveniente para salvaguardar y para hacer prosperar esos intereses. Cuando en las últimas décadas del siglo XX las políticas neoliberales desplazaron los planteamientos del Estado de Bienestar e iniciaron la desregulación del mercado laboral y el desmantelamiento de los derechos sociales ya era tarde para que los trabajadores pudiesen volver masivamente a las esperanzas y a las luchas propias de la época en la que imperaba el capitalismo salvaje de la revolución industrial. Nuevos dispositivos habían sido inventados e instalados para orientar a los trabajadores en otras direcciones.

Por supuesto, no todas las transformaciones acontecidas desde la época que vio nacer al anarcosindicalismo se debieron a las acciones del movimiento obrero y a los intereses puramente coyunturales de los poderes públicos. Muchas de ellas, y quizás las más importantes, provinieron de la propia capacidad de evolución del capitalismo.

Esa capacidad de evolución se constituyó en gran medida gracias a la producción de un extraordinario cúmulo de conocimientos expertos tanto sobre las características del trabajo como sobre los propios trabajadores y sobre los mecanismos de incentivación del consumo. Es así como se fueron elaborando saberes cada vez más sofisticados acerca de: la organización del trabajo y de los puestos de trabajo, los canales de comunicación en la empresa, los procesos de evaluación y de autoevaluación, las motivaciones de los trabajadores, sus relaciones entre ellos y con la empresa, las técnicas de incentivación y de responsabilización, las técnicas de marketing, de publicidad y de venta, etc.

El conocimiento es poder y, por supuesto, el capitalismo instrumentalizó esos conocimientos para generar los cambios que le permitían incrementar su propio poder. Uno de los cambios más importantes tuvo que ver con la constitución de nuevas prácticas de subjetivación, es decir con procedimientos para conformar la manera en la que uno se percibe a sí mismo, formula sus expectativas vitales, se relaciona consigo mismo y concibe sus relaciones con los demás, en definitiva procedimientos para formar sujetos, y para moldear, a la vez que para satisfacer, sus aspiraciones y sus deseos tanto en su condición de consumidores como en la de trabajadores.

Son, en parte, esas nuevas prácticas de subjetivación las que han permitido que la racionalidad y las tecnologías del mercado colonicen zonas que no obedecían estrictamente a su lógica, tales como la sanidad, el ocio, la educación, los cuidados, etc. transformando todo lo existente en posible objeto de consumo.

Hoy, en el liberalismo avanzado de finales del siglo XX y principios del siglo XXI la forma de administrar las poblaciones, la manera de ejercer el poder político y el modo de llevar a cabo la gestión capitalista de la economía y del trabajo apelan cada vez más a la autonomía de los sujetos. Se trata de utilizar y de rentabilizar la capacidad de iniciativa y de autorregulación que tienen los sujetos y de gobernarlos recurriendo a la libertad de la que disponen y que se les pide que ejerzan responsablemente. Para que esto sea posible las prácticas de subjetivación deben construir sujetos autónomos, pero unos sujetos cuya autonomía sea moldeada y normalizada por saberes expertos. Son estos mismos saberes los que se utilizan para exigir permanentemente al consumidor que haga uso de su libertad de elección entre los productos y las alternativas que le son ofrecidos, y para que los trabajadores pongan su capacidad de decisión al servicio de los intereses de la empresa. Esta promoción e instrumentalización de la libertad como principio de gobierno no es incompatible, al contrario, con las nuevas líneas de futuro que se están configurando hoy mismo y que se basan en el acento puesto sobre la inseguridad generalizada, sobre los múltiples riesgos que acechan a los individuos y las poblaciones, sobre el principio de precaución, sobre la incertidumbre laboral, sobre la precarización de la existencia y sobre el imperio del corto plazo con la fluidez y el cambio acelerado como telón de fondo.

Si contemplamos en su conjunto el periodo que va desde principios del siglo XX hasta principios del siglo XXI vemos como los conocimientos expertos producidos durante ese periodo han hecho posible una completa inversión de la forma en que el capitalismo se representaba al trabajador «ideal». Se ha pasado, en efecto, de una concepción del trabajador ideal como simple fuente de fuerza de trabajo tanto más útil cuanto que más obediente, a considerarlo como un sujeto dotado de libertad y cuya autonomía, sabiamente orientada, produce sustanciales beneficios.

Salta a la vista que el capitalismo presenta hoy unas características bien distintas de las que presentaba en las primeras décadas del siglo XX cuando los recursos económicos estaban invertidos, e inmovilizados durante largas décadas, en grandes empresas cuyo dueño era el propietario individual del capital. Hoy el capitalismo accionarial, multinacional y financiero se ha liberado de ataduras territoriales duraderas, se desplaza libremente y se mueve con extrema rapidez saltando las fronteras.

Sin embargo, frente a los enormes cambios que han experimentado tanto el capitalismo como los modos de administración de las poblaciones, y los dispositivos de dominación, el anarcosindicalismo se ha transformado bien poco. El resultado es que se ha configurado un escenario donde el anarcosindicalismo, formado en un capitalismo que aparece hoy como arcaico, no acaba de encontrar su lugar. Es más, resulta bastante razonable pensar que si el anarcosindicalismo no hubiese nacido a finales del siglo XIX, en aquellas peculiares condiciones que lo propiciaron, sería del todo imposible que pudiera nacer hoy en el seno de las actuales condiciones económicas y sociales. Tan sólo se mantiene por la inercia que acompaña al hecho de estar ya constituido y porque la heterogeneidad propia de todos los periodos históricos hace que junto con las nuevas modalidades de la economía y de la política aún pervivan formas más antiguas que le ofrecen un suelo donde arraigar y mantenerse, aunque ese suelo se vaya reduciendo a medida que las antiguas modalidades van siendo sustituidas.

Decía al inicio que los datos sobre la escasa implantación del anarcosindicalismo no eran motivo para tirar la toalla ni para caer en la resignación. Mal andaríamos, en efecto, si se tuviese que evaluar las convicciones en función del número de personas que las mantienen. La lógica del número sirve para el juego parlamentario pero no es de recibo en el ámbito axiológico. Así, por ejemplo, mientras existan relaciones de dominación no importa que sean pocos o muchos quienes pugnen por subvertirlas, y tampoco importa que su lucha consiga finalmente erradicarlas. Mejor dicho, todo eso importa mucho a efectos prácticos, claro, pero desde el compromiso con una perspectiva libertaria como marco ideológico el valor de esa lucha es independiente del éxito que coseche y del respaldo que reciba. Desde esa perspectiva el deseo y la exigencia de un cambio social radical, llámese revolución o como se quiera, es irrenunciable y las prácticas que inspira conllevan un valor en sí mismas tanto si ese cambio es factible como si no lo es.

¿Sirve este mismo razonamiento para el anarcosindicalismo? Se podría sostener en efecto que mientras perdure la explotación de los trabajadores la propuesta anarcosindicalista seguirá teniendo pleno sentido sean pocos o muchos quienes la propugnen. Sin embargo esto no es del todo así porque el anarcosindicalismo no se presenta solamente como una propuesta de lucha contra la dominación económica y por la construcción de una sociedad sin explotación, sino que define, además, un sujeto protagonista de esa lucha y de esa transformación, es decir: los trabajadores, a la vez que se ofrece como el instrumento idóneo para articular esa lucha y para configurar la futura organización de la sociedad.

El problema es que los cambios que se han producido durante los cien últimos años en las sociedades económicamente dominantes hacen que ni el proletariado de esas sociedades pueda ser considerado hoy como el sujeto de la revolución, ni que el anarcosindicalismo pueda llegar a ser una gran fuerza capaz de aglutinar una parte significativa de los trabajadores y de ilusionarlos con una perspectiva de cambio social radical y global. Sin embargo, la convicción de que serán los trabajadores quienes darán un vuelco radical a la sociedad, y de que el anarcosindicalismo constituye el instrumento adecuado para conseguirlo constituyen dos elementos definidores del anarcosindicalismo. La pregunta es por lo tanto la de saber si el anarcosindicalismo puede prescindir de esos dos elementos básicos pero que han perdido hoy toda credibilidad, y si, aun así, puede sostenerse.

Mi convicción es que el activismo anarcosindicalista es absolutamente irrenunciable en el seno del mundo laboral pero que debe reajustar sus perspectivas desde una clara conciencia de la limitación de su horizonte y de sus posibilidades en la sociedad actual. Debe aceptar sin tapujos el hecho de que su espacio concreto de intervención en el mundo laboral de las llamadas sociedades posindustriales se irá haciendo cada vez más exiguo, y debe abandonar la idea de que el proletariado protagonizará algún día la revolución. El anarcosindicalismo se puede sostener pese a todo pero con la condición de que dé un vuelco en dirección a un presentismo radical. Su discurso debe reorientarse para focalizarse decididamente sobre el presente y para resaltar el valor que representa el anarcosindicalismo para el aquí y ahora, sin que esto signifique rebajar un ápice su denuncia del sistema vigente y el rechazo de cualquier componenda con este.

En este sentido el anarcosindicalismo debe configurarse como un sindicalismo cuya radicalidad se plasme en el hecho de fomentar y de practicar la protesta y la resistencia contra todo retroceso de las condiciones de trabajo, y frente a todos los atropellos infligidos a la dignidad del trabajador. Pero no porque ese sea el camino para desbancar el capitalismo sino porque esos actos de lucha y de resistencia conllevan en sí mismos su propia justificación y su propia recompensa. Resistir, protestar, plantar cara, organizarse y luchar no son cosas que necesiten abrir sobre perspectivas más amplias para cobrar valor, sino que encuentran en sí mismas su plena justificación. Es precisamente cuando se postula que esos actos encuentran su finalidad última en la revolución cuando la creencia, bastante generalizada y constantemente alentada por el Poder, de que no hay alternativa al sistema actual incita a la pasividad. Por el contrario si se aprecia claramente que la resistencia es un valor en sí mismo entonces el hecho de que haya o no haya alternativa global al sistema no puede constituir motivo para la inhibición.

Ese presentismo radical que pasa por agotar subversivamente todo lo que puede dar de sí el presente, conduce a situar la acción social por lo menos en un pie de igualdad con la acción sindical, y empuja el anarcosindicalismo a salir cada vez más al exterior del recinto laboral. No solamente porque es en conexión con los movimientos sociales de todo tipo como se pueden abrir perspectivas para crear una alternativa a la sociedad actual, sino también porque es en conexión con estos movimientos como se puede intentar ofrecer aquí y ahora espacios de relaciones y de vida distintos, que se rijan por otros valores, que susciten otros deseos, que alumbren otras subjetividades, y que constituyan un aliciente suficiente para dar la espalda a los valores del sistema. Puesto que ya no tiene mucho sentido situar en un futuro protagonizado por la clase obrera los principales motivos para abrazar la lucha anarcosindicalista, se trata ahora de crear espacios y alternativas fuera de la lógica del sistema en todos los ámbitos donde esto sea posible, salud, educación, economía alternativa, etc. El reto en estos tiempos está en saber compaginar la movilización y la defensa de los trabadores con la realización concreta de pequeñas, pero bien reales, alternativas al sistema que aporten a la gente satisfacciones más ilusionantes y más gratificantes que las que ofrece la lógica mercantilista imperante.




Calendario de Asambleas de CGT/LKN Iruña de Agosto a Octubre

ASAMBLEAS DE CONGRESO

Punto 4.- 22 de agosto. 
Punto 5.- 5 de septiembre 
Punto 6.- 19 de septiembre 
Punto 7.- 3 de octubre 

manoscgt

 

   

 

ASAMBLEA GENERAL INICIO  CURSO

24 DE OCTUBRE

Todas las asambleas se celebraran como es habitual en la sede del Sindicato en Kompañia Kalea nº 9, a las 18:00h 




30 DE JULIO: JORNADA DE MOVILIZACIÓN EN IRUÑEA CONTRA LA REFORMA DE LAS PENSIONES

ed2ee3db77a1cd63864a2c242f35228d_XLEl Martes 30 de julio, a las 12 horas l@s afiliad@s de CGT y tod@s l@s personas indignad@s estamos convocad@s a una concentración-cacerolada contra la reforma del PP de las pensiones frente a la sede del PP  en Iruñea, por esta nueva agresión del Gobierno. También hay actos convocados por CGT en diferentes puntos del estado español para el día 29 de Julio.

Después de todos los recortes en servicios públicos, la subida de la edad de jubilación a los 67 años, la reforma laboral que permite el despido libre y demás agresiones contra la mayoría de la población, este Gobierno se lanza a por nuestras pensiones alegando la insostenibilidad del sistema según el informe de unos “expertos” nombrados a dedo para tal fin.

Con este nuevo atraco lo que consiguen es mermar todavía mas la cuantía de la pensión pública que vamos a cobrar tras una larga vida de trabajo, recortar el gasto público en pensiones, reducir el número de personas que cobraran una pensión pública con el fin último de que banqueros y especuladores llenen sus arcas a costa de que los ahorros, quienes los tengan, los canalicen a la creación de planes privados de pensiones.

Mientras al pueblo se le exprime con impuestos, con bajadas generalizadas de salarios y pensiones, con el castigo del paro, la deshumanización de los desahucios y la eliminación y privatización de los servicios públicos, observamos cómo en la clase política se instaura un sistema de corrupción generalizada, de prebendas económicas y amiguismos clientelares que hacen sonrojar al mundo entero haciendo insostenible nuestra pasividad.

Es hora de sacarlos a todos de sus poltronas de oro, de recuperar lo que es nuestro y que nos están robando con patente de corso emitida por las élites financieras con el soporte de una democracia burlesca que se ríe de todas y todos nosotros.

Nos intentan engañar con su lógica incoherente según la cual para acabar con el paro, salvar la sanidad pública, la enseñanza, las pensiones, los cuidados…..el único camino posible es que trabajemos más horas por menos salario, durante más años, sin derechos, ni convenios y privatizándolo todo. Esta lógica ha demostrado sobradamente que es una locura que necesita un urgente tratamiento de choque.

Para conseguir un sistema público de pensiones suficientes, hay que reducir la jornada laboral y la edad de jubilación para trabajar todas y todos

Repartamos la riqueza y el trabajo. 

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT




ANTE EL GRAVE ACCIDENTE FERROVIARIO, CGT DESCONVOCA LAS HUELGAS

Ante el grave accidente ferroviario sucedido anoche en Santiago de Compostela, CGT ha decidido desconvocar las Huelgas en el Sector Ferroviario, la primera de las cuales iba a tener lugar el próximo día 31 de julio.

SECTOR FEDERAL FERROVIARIO

dechuelver13

Entendemos que en este momento de dolor es necesario priorizar la atención a las víctimas, entre las que se cuentan cinco ferroviari@s (dos Tripulantes fallecidos, dos Maquinistas y el Interventor heridos), así como a sus personas cercanas.
Pero no podemos olvidar, precisamente en estos momentos, que la seguridad, uno de los motivos de nuestra convocatoria, es y sigue siendo una de las prioridades para CGT; no podemos permitir que en el ferrocarril se sitúe ningún tipo de interés por encima de la seguridad de usuarios y trabajadores, ni podemos consentir que tragedias como esta se repitan.
Consideramos que esta desconvocatoria es un acto necesario de responsabilidad, teniendo en cuenta que todos los ferroviarios estamos conmovidos por esta tragedia y es el momento de apoyar a los afectados y de evitar tensiones, de analizar lo ocurrido y de reflexionar sobre las razones que han permitido que algo así haya podido suceder.
Desde CGT expresamos nuestra condolencia por las víctimas, nuestra esperanza de recuperación a los heridos y todo nuestro apoyo a familiares y amigos.

Sector Federal Ferroviario




CAMBIO DE DÍA REUNIÓN SEMANAL

manoscgtOs recordamos, que esta semana, se traslada la reunión semanal del jueves 25, al miércoles 24 de Julio, por ser festivo el jueves. Dada la importancia de los puntos a tratar, si no estás fuera de Iruñea, acércate al Local de CGT-LKN Nafarroa de Iruña, y participa.

Salud.