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¡No más accidentes laborales! La precariedad mata

por CGT-LKN Kalean
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Acción unitaria ante la CEN llamando a la manifestación del sábado 29 de sept, 18:30h, desde la antigua estación de Autobuses

En Navarra, la siniestralidad laboral se ha agravado de manera sustancial, y en lo que llevamos de año ya han fallecido más personas en accidente laboral que en todo 2017. El verano ha sido especialmente trágico en lo que a víctimas mortales se refiere, con once personas fallecidas en estas circunstancias.

Desde los sindicatos firmantes no nos cansamos de denunciar las condiciones laborales a las que se enfrenta la clase trabajadora en medio de una teórica recuperación económica. Unas condiciones de precariedad que no solo afectan económicamente a las plantillas sino que repercuten en su salud y ponen en riesgo su vida.

La eventualidad, la contratación a tiempo parcial, los ritmos excesivos de trabajo… son el caldo de cultivo perfecto para los accidentes laborales. La mitad de ellos se produce en los dos primeros meses de contratación, y un tercio de las muertes en subcontratas. Sin embargo, muchos de estos siniestros ni siquiera constan en las estadísticas, como sucede en el caso de personas autónomas, cooperativistas, transportistas, o siniestros in itinere. Tampoco es extraordinario que las empresas, intenten encubrir u ocultarlos con complicidad de las mutuas. En otras ocasiones, son las propias personas trabajadoras en situación precaria las que se ven imposibilitadas de efectuar denuncias.

A estas muertes hay que sumarle la cuestión de las enfermedades profesionales. Por cada persona fallecida en accidente de trabajo, mueren 35 a causa de enfermedades profesionales. Sin embargo, y a pesar de estos datos, curiosamente en Navarra tan solo se han contabilizado siete casos de cáncer relacionados con la actividad laboral en los últimos cinco años. Es evidente por lo tanto que los datos “oficiales” poco o nada se parecen a la realidad, algo que se hace aún más patente en los sectores feminizados.

Al parecer, toda esta situación y el escandaloso goteo de muertes que estamos viviendo en los últimos tiempos no son suficientes para que se haga algo al respecto. Ni las empresas ni las instituciones parecen dispuestas a abordar esta cuestión para que podamos ir al trabajo sin preguntarnos si volveremos o no.

Las empresas se niegan a adoptar medidas que atajen esta situación, es obvio que sus beneficios económicos priman frente a nuestra salud. No hay inversión suficiente en materia de seguridad laboral, se perpetúan modelos precarios de contratación y se hace caso omiso de las demandas de la representación sindical. La patronal continúa incluso rechazando un acuerdo que garantice la formación a delegadas y delegados de prevención. Las instituciones por su parte, con su inacción, plantean medidas insuficientes que permiten que la siniestralidad vaya en aumento y que empresas incumplidoras campen a sus anchas obviando la seguridad.

Del presupuesto total de Navarra solo un 0,03% se destina a políticas públicas de salud laboral, y de ello más de la mitad se destina a garantizar la actividad de determinados agentes sociales. Del mismo modo, se niegan a enfrentarse con intereses empresariales, y aun cuando las infracciones son constantes, no hay control ni sanciones ejemplarizantes. La competencia de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social sigue estando en manos del estado, y la ratio de su personal no llega a la mitad de la media europea. De esta forma, en muchas ocasiones resulta más rentable para las empresas pagar sanciones que implantar medidas eficaces.

Tenemos derecho a la salud en los centros de trabajo pero sobre todo tenemos derecho a volver con vida del trabajo. La situación que estamos viviendo es inaceptable y por eso ELA, LAB, Steilas, ESK, CGT e Hiru exigimos empleo digno y de calidad, lejos de la precariedad a la que nos someten. Es necesario un cambio radical en las políticas públicas de salud laboral, y que se dote de presupuesto a estas y por supuesto un mayor control sobre las empresas así como medidas que combatan de manera efectiva el fraude en torno a las enfermedades profesionales.

Es hora de defender nuestra salud y nuestras vidas de su avaricia, y es que la precariedad nos está matando.

Mitxel Lakuntza (ELA), Igor Arroyo (LAB), Patxi Sanz (CGT), Lourdes Cuesta (Steilas), Iratxe Álvarez (ESK) y Biktor Galarza (Hiru)

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