Opinión: Madura, avanzada, amable y tolerante

Calificativos con los que se ha llegado a valorar a esta subespecie de democracia instaurada. Fortificada en obligaciones y mermada en derechos. Que una vez más deja mucho que desear, especialmente al escuchar declaraciones de quienes pretenden postularse como alternativa de gobierno, donde el partido de la flor sigue sin saber dónde ubicarse y reparte responsabilidades eludiendo las que comparten con la gaviota azul. Declaraciones de demócratas de toda la vida, como la formación naranja, más proclive a la suspensión de derechos como paso previo al escenario electoral. Único fin, el electoral, con el que parece ser se entiende el concepto democrático.

Una sociedad democráticamente madura, tiene la suficiente valentía y seguridad para facilitar cualquier consulta sin abandonar la política del diálogo. Parafraseando a Julio Anguita, “un gobierno democrático que hace una política justa, no tiene miedo a ningún referéndum”. La madurez de esta democracia, anclada en la vieja inquina frente a todo lo que no sea la unidad de la patria, permite que el partido más corrupto de Europa continúe como si nada pasase, asumiendo con absoluta desfachatez aquello de: ¿Quién no lo haría? El PP dando lecciones de democracia repartiendo hostias como panes entre la población civil. Ésta, la catalana, como ya lo hiciera el movimiento 15M en 2011, o el movimiento vecinal del barrio de gamonal en Burgos, ha demostrado una madurez absoluta lidiando con máxima dignidad, arrollando y dejando en evidencia la capacidad de la partitocracia.

La acción y organización de la base social catalana, posibilitadora real de la consulta del 1-O, ha conseguido algo mucho más importante que la independencia, cuya declaración tiene un incierto recorrido. Con su unidad nos muestra el verdadero camino en la consecución de cualquier objetivo. Su acción ha dejado al Estado Español, una vez más, en evidencia con la utilización de métodos más parecidos a los empleados por los tercios de Flandes, que han sido afeados por editoriales, gobernantes y estamentos internacionales. Ojalá seamos capaces de defender con el mismo ahínco los derechos sociales que paulatinamente nos quitan.

Joseba Santesteban

Grupo de comunicación

CGT-LKN Nafarroa

 

.