UN AÑO DE CEREZAS

Y algo se aprende en un año. Que hay muy buena gente en el mundo libertario tanto en el explícitamente anarquista como entre quienes con su actitud son implitamente ácratas y que tenemos que caminar juntos sin necesidad de renunciar a ninguna esencia. Si en una cosa se ve que el anarquismo ibero está vivo es precisamente en la cantidad ingente de expresiones que existen y que no es precisa la unidad (concepto marxista) para actuar con sincronía.

En este año he llegado a una conclusión y es la siguiente: quizá las personas que NO somos sindicalistas, cometimos un error al pedirle al anarcosindicalismo lo que no nos podía ofrecer. Es como pedirle a Olentzero lo que no nos van a poder comprar en casa. Pedirle al sindicato que lo sea TODO es un error de lectura. El sindicato ha de ser el sindicato y ya está. La afiliación es quien debe de asumir otras luchas ajenas a la propia lucha obrera. En los años 30 la CNT no lo era todo. La CNT era EL sindicato, y para otras cuestiones estaban: los ateneos, las JJLL, Mujeres Libres, la FAI, cada cual jugó su papel. Y esto quizá no lo supimos leer.

En resumidas cuentas un año comprobando que los cerezos siguen ahí, que volverán a florecer y que la revolución solo será posible si realmente nos creemos que lo es.

Gracias a todos y a todas por esta lección.

PD: Agradecer también la participación en esta aventura del saber a quienes pusieron la primeras piedras a LKN (la CGT vasca) a la Fundació Salvador Seguí de Catalunya a la Fundación Anselmo Lorenzo. A Radio Klara de Valencia a Radiopolis de Sevilla al periodico anarquista “Tierra y Libertad “por hacer un seguimiento del proyecto desde sus orígenes, y a cientos de federaciones locales (la sigla del medio es lo de menos) colectivos y entidades sociales que han conseguido que El tiempo de las cerezas sea de todos y todas.

ZerIkusiA