Opinión: El accidente laboral, la lotería que sí toca (Israel Gonzalez Mangado)
Los accidentes laborales se producen siempre por faltas de medidas, l@s currelas somos prescindibles para quienes exprimen nuestra fuerza de trabajo. Se producen porque las máquinas están pensadas para el máximo beneficio posible y en ese cálculo muchas de las medidas de seguridad no son sino obstáculos para la producción: barreras que paran las máquinas, medidas que bajan el ritmo de trabajo, inversiones que requieren un dinero que mejor gastado estaría en hacer correr mas las líneas, y así un largo etcétera.
Plantean que somos imprescindibles para la fábrica pero la dura realidad es otra, la inversión del empresario es mucho mayor en una máquina que en la formación de un eslabón de la cadena de cualquier montaje, así de claro. Han invertido mas dinero en el robot de turno que en nuestra formación, salud y seguridad. La inversión a proteger es por tanto mayor y la mentira que se repite tras cada accidente es siempre igual: ni somos lo mas importante para ellos, ni somos su mayor riqueza.
Pero lejos de esto quiero poner el foco en esa sensación que se respira tras cada grave accidente, en ese ambiente cargante que se respira trás cada brazo roto, cada atrapamiento y cada lesión. Tu cabeza y la de tus compañeros de curro esta en el accidentad@ de turno, en su situación; pero sin embargo tienes que seguir produciendo incluso en las máquinas y líneas donde se han producido los accidentes.
Con la mente en lo vivido, con la amenaza de poder ser el próximo, intentas olvidarte de ello. De que esto es una lotería que si toca, y sigues currando reprimiendo ese miedo interior al accidente y por supuesto sin valorar lo que pones en juego para ganar unas pocas migajas de lo producido. El accidente, la enfermedad laboral, las secuelas físicas, nos persiguen a todas las personas que trabajamos en fábricas o andamios, conduciendo o haciendo cemento. Mientras, el beneficio de empresarios sigue creciendo, la rueda girando, y la lucha por el todo sigue siendo deliberadamente retrasada. ¿Hasta cuando?