Marchas de la Dignidad, el 29N no caben excusas.

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Mañana sábado 29 de noviembre a las 19:00 horas Concentración en Carlos III (frente a la sede del PP), convocada por las Marchas de la Dignidad 22M.

La clase que no trabaja y sus sicarios políticos están desmontando y desechando todo lo esencial para la vida digna de quienes pertenecemos a la clase que trabaja, la que al hombro carga la siega en haces, la que afila las hoces y abona con heces, las propias que son fértiles y no la mierda que no paran de arrojarnos los del palco y sus sicarios:

Los espacios que antaño fueron productivos los han convertido en cementerios industriales cerrados por defunción, sumando hasta hoy en el estado casi cuatro millones de destierros laborales más desde el 2008.

Los barrios donde se refugia la clase que trabaja están siendo arrojados al abandono social con cargo a nuestros impuestos que no paran de aumentar, disminuyen los colegios públicos como aumentan los concertados de uniformes que no faltan, faltan hospitales públicos y centros primarios de salud mientras se extiende el tumor de la sanidad privada, privatizan las limpiezas, el transporte, el agua y la energía, con enérgico abandono para las personas dependientes, más de 150.000 en el estado a quienes les han retirado la ayuda.

En el campo atormenta una tormenta con granizo, las pequeñas granjas y explotaciones, raíces de nuestra soberanía alimentaria, han sido ahogadas por la agricultura industrial de las transnacionales que se han apropiado de todo, que establecen que nos reciclemos comiendo su basura, que establecen que empeore nuestra salud y nuestra calidad de vida a merced de su negocio.

Los mega-centros comerciales que proliferan en nuestras mega-ciudades y en nuestras mega-periferias, nos incitan más y más a consumir para robarnos más y más cuando ya nos robaron el salario a las más afortunadas por reducción, a las más desgraciadas por despido.

Casi un millón de jóvenes en todo el estado que ni trabajan ni reciben renta alguna, más de dos millones de viviendas vacías que dan cabida a desahucios que arrojan personas y arrojan unas cifras de cien mil por año de media, suicidios sin autopsia cuántos, cuántas autopistas de peaje que volveremos a pagar, aeropuertos sin aviones, campos de golf junto a las vallas de la vergüenza, donde se masacra a las más desposeídas que huyen del hambre incomparable y la miseria absoluta.

Cien mil millones que la clase que trabaja ha entregado a la mafia financiera para “corregir” sus excesos especulativos, cien mil millones que también han entregado las afectadas por las preferentes que reclaman lo del sudor de su frente, que reclaman justicia.

El escenario de corrupción de tercer grado que despliegan los sicarios políticos que manejan lo público a golpe de concesión con comisión, a cambio de recortar el gasto público esencial, el de la educación, la sanidad y los cuidados, el de la cultura, el transporte y las pensiones… ¿desde la impunidad casi absoluta se puede deshumanizar tanto?

Imposición de una ley mordaza en sintonía con el nuevo estado de las cosas: que vivamos sin empleos o con empleos precarios donde cobrar por media jornada y trabajar diez o más horas; que vivamos sin una pensión digna bajo presión de un fondo privado; que nos acostumbremos a una educación sin conocimientos ni libertad de pensamiento, ni pensar en el acceso universal a la universidad para la clase que trabaja.

Instituciones públicas que se han hecho cargo de una deuda privada, la de los banqueros, la de las multinacionales, las de las eléctricas esencialmente, la de las constructoras que ahora se ocupan en “gestionar” hospitales “públicos” con criterios mercantilistas privados, escondiendo sus pingües beneficios lo más lejos posible de la caja común. Así están condenando a varias generaciones como deudoras de una deuda absolutamente ilegítima.

Vamos a parar esta barbarie: la financiación total y global de la vida, impulsada por el hiper-endeudamiento y la desregulación absoluta, nos ha situado en una realidad en la que sólo en nuestro estado las veinte “personas” más ricas poseen más que los catorce millones de personas más pobres.

Vamos a parar esta barbarie: mientras que un tercio de las personas que habitan en el estado vive sin carencias en lo básico (casa, empleo, renta, sanidad, educación, transporte, cultura y ocio), el resto sobrevivimos en la cuerda floja o nos hemos despeñado.

Porque la clase que trabaja vamos a parar esta barbarie, desde CGT-LKN Nafarroa hacemos un llamamiento general para sumar fuerzas acompañando a las Marchas de la Dignidad en las citas que se van a dar en todo el estado el próximo 29 de noviembre, como también a la concentración convocada en Iruña a las nueve de la tarde en Merindades, para ocupar las calles como el pasado 22 de Marzo, para seguir demandando el justo y anhelado cambio social, para seguir empujando y ver caer las fichas de dominó del antiguo régimen, que se desmorona en toda su verticalidad.

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