LA MUJER QUE ASESINÓ A LENIN
Fanni Kaplán fue la mujer que asestó tres disparos a Lenin, en la noche del 30 de agosto de 1918, cuyas balas quedaron alojadas dentro del cuerpo del dirigente y contribuyeron a los infartos que posteriormente le conducirían a la muerte en 1924. Un asesinato que duró seis años.
Activista anarquista y feminista, Kaplán queda presa en 1906 tras un fallido atentado al gobernador de Kiev y es condenada de por vida en la prisión de Máltsev, Siberia. Aprovecha la cárcel para formarse políticamente mientras crea una estrecha relación con un grupo de reclusas con las que mantendrá una relación de amor y militancia cuyos límites son simplemente ellas mismas y que durará hasta el final de sus vidas. Las condiciones de la cárcel la hacen enfermar de ceguera y, salvando un intento de suicidio gracias a sus compañeras, aprende a leer en braille y a valerse por si misma adoptando todo tipo de herramientas, hasta que consigue, en 1912, un tratamiento en la prisión de Akatúy que le devolvería la capacidad de visión.
Este grupo de presas fue liberado durante la Revolución de Febrero y parten a Crimea donde continuaron con el terrorismo político y la autoformación en materias que iban creando ellas mismas a través de la vida como práctica subversiva.
En 1918 el panorama es el siguiente: se ha disuelto la asamblea constituyente dominada por los socialistas revolucionarios en favor de los soviets, se ha pactado la paz con los alemanes y la guerra civil asola el país. Kaplán reconoce a Lenin como traidor y decide acabar con él.
Tras el tiroteo a Lenina, Fanni Kaplán declara y confiesa:
“Mi nombre es Fanya Kaplán. Hoy disparé a Lenin. Lo hice con mis propios medios. No diré quién me proporcionó la pistola. No daré ningún detalle. Tomé la decisión de matar a Lenin hace ya mucho tiempo. Lo considero un traidor a la Revolución. Estuve exiliada en Akatúy por participar en el intento de asesinato de un funcionario zarista en Kiev. Permanecí once años en régimen de trabajos forzados. Tras la Revolución fui liberada. Aprobé la Asamblea Constituyente y sigo apoyándola”
Dos días después del atentado, Lenin dicta que “Es necesario, secretamente y urgentemente preparar el terror” y se declara el llamado Terror Rojo por primera vez. Bajo el pretexto de acabar con los representantes de las clases derrocadas, 800 personas fueron fusiladas sin juicio alguno y entorno a 6.000 encarceladas, consideradxs como enemigxs de la revolución.
La mujer que fuera bautizada como Feiga, en hebreo significa “pájaro”, ha sido difuminada por la historia como feminista, anarquista y militante. Y como desestabilizadora del régimen que consideraba injusto y contra el que luchó hasta las últimas consecuencias.