La Avenida Carlos III de Iruña está presidida por un icono del crimen totalitario franquista, el «monumento a los caídos». No se trata sólo de un espacio físico, en su interior, de forma periódica, se realizan oficios religiosos en memoria y culto a los protagonistas del alzamiento, a pesar de que se trata de un lugar de titularidad pública.
Para denunciar esta ignominia, la Coordinadora Interpueblos por la Memoria Democrática de Navarra, el pasado 19 de julio llevó a cabo una concentración a las puertas de este edificio, exigiendo al arzobispado que deje de colaborar con estas actividades que sólo contribuyen a hacer más daño a las familias y a la memoria de miles de personas muertas en Navarra a causa del proyecto fascista del alzamiento.
Texto y foto: Iñaki Gorriz