El despido a la afectada ha sido declarado nulo por indicios de represalia y vulneración de derechos sindicales y la empresa ha sido sancionada con 80.000 euros por filtrar sus datos a los medios. Denunciaron públicamente que Servisa las había obligado a llevar falda y tacón alto, “de nueve centímetros”, decisión contra la que varias de ellas se rebelaron. Se logró que Servisa reconociera que las mujeres de la plantilla podían elegir entre el pantalón y la falda como uniforme y también entre el zapato plano y el de tacón, pero tuvo que denunciar a la compañía.