Bernie SandersEl movimiento de los indignados –el 15M- en España tuvo una gran influencia internacional e inspiró movimientos similares en otros países, como el Occupy Wall Street en EEUU.

A partir de los años 2011 y 2012, aparecieron en muchas ciudades estadounidenses acampadas en numerosas plazas públicas, en donde se denunciaba la enorme concentración de las riquezas y de las rentas en EEUU, con el consecuente crecimiento de las desigualdades y el deterioro del bienestar de la gran mayoría de la población estadounidense.

El impacto del Occupy Wall Street en EEUU fue, como el del 15M en España, enorme, situando el tema de las desigualdades en el centro del debate político. Ni que decir tiene que la primera reacción del establishment político-mediático fue intentar reprimir tal movimiento, incluso físicamente. Las avalanchas policiales frente a los campamentos fueron especialmente brutales en Nueva York y en Boston.

Y, como era de suponer, los mayores medios de comunicación –altamente influenciados por el capital financiero- intentaron desacreditarlo. Pero la insistencia y el espíritu de lucha y compromiso de tal movimiento, así como la enorme simpatía popular que creó, forzaron a que el tema de las desigualdades pasara a centrar la atención mediática

La creciente popularidad del socialismo

Estas movilizaciones ayudaron, en EEUU, a desacreditar y a deslegitimar las instituciones políticas, llamadas democráticas, a las que se percibía como meros instrumentos de los grandes grupos financieros y económicos dominantes.

La aplicación de las altamente impopulares políticas neoliberales estaba alterando la visión generalizada anterior al inicio de  la crisis, de que “EEUU era el país de las grandes oportunidades”. En diciembre de 2011, una encuesta mostraba que el 49% de las jóvenes de EEUU (de 18 a 29 años) tenían una opinión favorable del socialismo

El candidato socialista a la Presidencia de EEUU

Es en este contexto en el que apareció Bernie Sanders, como candidato a la Presidencia de EEUU, una persona conocida desde hace muchos años como socialista, sin que nunca ocultara su compromiso político con el socialismo democrático. Esta persona, siempre ha sido conocido como un crítico acérrimo del capitalismo estadounidense y de las instituciones llamadas democráticas.

Sanders acentúa que la gran mayoría de intervenciones federales, altamente populares, que han mejorado el bienestar de la población estadounidense desde el New Deal del Presidente Roosevelt hasta las conquistas laborales, civiles y políticas de los años sesenta y setenta han sido diseñadas o influenciadas por socialistas.

Sanders ha clarificado que su objetivo no es ni nacionalizar los grandes medios de producción ni la tienda de comercio de la esquina. Los puntos de referencia que utiliza Sanders son los países escandinavos, habiéndose referido a Dinamarca Y Suecia como una “experiencia especialmente interesante” e “incluso relevante” para EEUU.

El intelectual más conocido dentro de la izquierda estadounidense, mi amigo Noam Chomsky, lo ha apoyado, pues su candidatura está movilizando a muchísima gente. Y si esta movilización continúa y puede mantenerse después de las elecciones, el movimiento podría convertirse en el movimiento popular que facilitaría la necesaria transformación de aquel país.

¿Puede ser un socialista el nuevo Presidente de EEUU?

Ni que decir tiene que las posibilidades de que Sanders pueda ganar son muy limitadas debido al enorme control que los aparatos del Partido Demócrata tienen sobre la campaña electoral. La campaña de Sanders está financiada con pequeñas donaciones sin ningún apoyo de las grandes compañías. Ha conseguido hasta ahora 42 millones de dólares (frente a los 120 millones de Hillary Clinton) procedentes de 681.000 donantes.

La gran movilización que su campaña ha causado ha tenido un efecto considerable en el sentido de que ha aumentado sustancialmente el apoyo hacia el socialismo, rompiendo el tabú que existía hacia tal sensibilidad política.

Los sindicatos progresistas en EEUU lo apoyan, aunque la federación mayoritaria sindical (AFL-CIO) no haya tomado partido entre Hillary Clinton y Bernie Sanders. Ahora bien, lo que es más importante es que el propio Bernie Sanders ha acentuado la “necesidad de no limitarse solo a las campañas electorales, consciente de que el cambio no ocurrirá a no ser que exista un movimiento comprometido en ir más allá que el proceso electoral, estableciéndose así un movimiento político-social”.

Ni que decir tiene que hay también algunas áreas en las que la candidatura de Sanders es limitada. Entre estas últimas está su resistencia a recuperar para el sector público empresas privatizadas (como bancos rescatados con fondos federales).

Su mayor énfasis es en la redistribución de los recursos más que en cambiar las relaciones de propiedad. Pretende alcanzar la redistribución mediante el aumento sustancial de la carga fiscal a las rentas superiores y a las rentas del capital; aumento del nivel salarial subiendo el salario mínimo, hacer una inversión masiva para mejorar las infraestructuras del país y reconvertir la economía pasándola de basarse en las energías fósiles a basarse en las energías renovables. Sanders ha abierto un nuevo espacio que ofrece posibilidades y que puede contribuir a un muy necesario cambio en EEUU.

http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2016/01/12/socialismo-en-eeuu/

 

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