Las empresas recurrieron en la crisis de 2008 a lo que se llamó ‘ajuste interno’, recortando los costes salariales para mantener cuota de mercado. Fue entonces cuando comenzaron los despidos y los ajustes salariales que, a la larga, han resultado muy rentables para las propias empresas.
En 2011, el porcentaje del valor añadido bruto de las empresas no financieras destinado a la remuneración del capital (beneficios) superó a los salarios. Durante la crisis crecieron los márgenes empresariales mientras los salarios agonizaban, y este escenario, que parecía coyuntural, ha terminado por cronificarse.
El porcentaje del beneficio sobre el valor añadido bruto de las empresas no financieras se situó en el 43,3% en 2018, según los últimos datos publicados esta semana por Eurostat. Esto significa que los márgenes sobre el valor añadido han aumentado en casi siete puntos en un ciclo económico completo (2002-2018).