La región Kurda de Efrin en la Confederación Democrática del Norte de Siria ha estado siendo atacada e invadida por parte de las fuerzas armadas turcas y sus aliados, los grupos yihadistas, desde el 20 de enero de 2018. Noche y día, los pueblos y villas de las gentes de Afrin, los campos de refugiados, y los sitios sagrados e históricos han sido bombardeados por los aviones de guerra y artillería del estado fascista de Turquía con el propósito de desplazar a la población y ocupar el área.
Hace dos semanas, el auto-gobierno democrático de Afrin decidió evacuar la ciudad para salvar el mayor número posible de población civil. Ahora los soldados turcos y sus mercenarios del Al- Qaeda y el Estado Islámico torturan y asesinan a las que permanecen en el lugar, destruyen e incendian sus casas e incluso simbolos y monumentos culturales, roban y saquean sus viviendas, sus vehículos, y sus negocios. En Afrin, donde hasta hace poco reinaba el espíritu de convivencia multiétnica, multi-religiosa y comunitaria, donde había consejos populares, academias y cooperativas y estructuras autónomas de mujeres, hoy ondea la bandera del estado fascista de Turquía que utiliza a los yihadistas llevando a cabo una limpieza étnica.