Mercadona, ¿derechos laborales de marca blanca?

La fama le precede. Mercadona desembarcará este año en Euskadi y mientras se hace con la tripulación que manejará los 25 supermercados que la compañía pretende abrir en suelo vasco en los próximos seis años, se propagan comentarios de toda índole sobre las condiciones laborales que sufren o disfrutan -la versión difiere según quién exponga el relato- sus trabajadores.

Mientras algunos destacan a Mercadona por sus salarios, con una media que supera la del sector -con 1.260 € brutos al mes y de 632 € en media jornada-; por su inversión en formación -con 450 euros por trabajador- ; por los buenos horarios, sin turnos partidos y por el reparto de sus beneficios, otros advierten de que la trastienda de los supermercados esconde una realidad oculta por las intensas campañas de ‘marketing’ de la firma.

Esta otra corriente de valoraciones pone el foco en la “presión asfixiante” a la que son sometidos los trabajadores. Llegan incluso a acusaciones tan graves como hablar de maltrato a los empleados, “amenazas e humillaciones” y de intentos de sometimiento psicológico hasta el punto que han rebautizado a la cadena de supermercados con el nombre de “Sectadona”.

Los aspirantes que han participado en los procesos de selección de personal en Euskadi durante este verano han contribuido a alimentar el aluvión de comentarios que fluye por las redes sociales. En declaraciones al eldiarionorte.es, los candidatos a ocupar uno de los puestos ofertados mostraban su sorpresa ante la dureza de las pruebas. “El proceso es largo y duro. Primero has de pasar unas entrevistas grupales; si logras superarlas, te someten a la entrevista individual y después a un reconocimiento médico y un test psicotécnico. Si superas todo se considera que ya formas parte de la bolsa de empleo. Pero después, como aquí en Euskadi aún no hay ningún centro de trabajo abierto, tienes que trasladarte a trabajar durante dos o tres meses a uno de los supermercados que tiene la cadena en los que hay más movimiento. Compartes piso durante ese tiempo con otros trabajadores. Me parece excesivo”, relata uno de los aspirantes que prefiere preservar su anonimato. Esa fase de la selección es la que suscita mayor número de críticas.

“Adoctrinamiento de los trabajadores”

Según las fuentes consultadas por este periódico, durante esas semanas forman a los trabajadores, además de para afrontar los cometidos de su puesto, sobre la empresa y su funcionamiento. Entonces, siempre según citadas fuentes, aislan a los candidatos a trabajadores y el contacto con la familia es meramente telefónico, a excepción de una visita permitida durante un fin de semana. Dicen que esa incomunicación sirve a los formadores para “el buen adoctrinamiento del trabajador”. “No son trabajos tan complicados los que han de desempeñarse en los supermercados, no requieren de una alta cualificación por parte de los empleados ni de un intenso y largo proceso de formación. Si les someten a esas sesiones, desplazándoles a kilómetros de sus familias es para hacerles pasar por terapias grupales y socializarles al máximo con la política empresarial. Es una instrucción en toda regla sobre el carácter del trabajador, lo ‘cultivan’ para exprimir su fidelidad hacia la firma y hacerle sumiso”, expone Miguel Pereda, sindicalista de CNT. “Tras seleccionarme  me ofrecieron un contrato de veinte horas. Iba a trabajar los lunes y los viernes por la tarde y los sábados todo el día, pero durante ese periodo me pedían trabajar a jornada completa. Finalmente lo rechacé porque no era compatible con mis estudios”, recuerda el joven aspirante. Otros que dieron el sí han pasado el verano en supermercados de Levante.

Tal es el rechazo suscitado y la profusión de críticas hacia el grupo que han provocado el surgimiento de portales digitales dedicados en exclusiva a advertir y difundir las “malas prácticas” de la empresa para con sus empleados. Los testimonios de los propios afectados se pueden leer en blogs como Hacendaño, en alusión a Hacendado, la marca blanca de Mercadona.

Los sindicatos, prevenidos por el historial de denuncias que arrastra el grupo, vigilarán de cerca la implantación y deriva de la cadena en Euskadi. Se preguntan si los puestos de trabajo ofertados por el grupo se desarrollarán en un ambiente como el descrito por los algunos de los actuales trabajadores de los supermercados. La misma duda sobrevuela entre los futuros trabajadores. Aunque desde ELA y CCOO prefieren de momento abstenerse de hacer valoraciones hasta que se den los contactos con el grupo, temen que la política de la empresa se repita en los centros de trabajo vascos. CNT valoró incluso a principios de verano a hacer una campaña informativa para prevenir a los trabajadores que se incorporarán a los puestos de forma inminente de esos riesgos pero finalmente ha postergado la idea. “Para no enredar, queremos esperar hasta que los centros estén en funcionamiento y comprobar si se dan las mismas circunstancias que en otras comunidades”, explican.

Mercadona, reconocida por la UE

El sindicato anarquista ha sido uno de los más activos y beligerantes a la hora de denunciar la política laboral con la que funciona Mercadona, a su juicio basada en la falta de respeto a los derechos y a la salud de los trabajadores, situación de la que esta central sindical dice ser conocedora por la multitud de conflictos laborales en los que ha participado en los últimos años. Desde CNT advierten de que son muchos los conflictos registrados en la compañía a la que acusan de acoso laboral y trato de vejatorio hacia los empleados, obligarles a trabajar estando enfermos y de despidos injustificados. “Además combaten cualquier intento de difusión de estos conflictos a golpe de talonario. En los actos de conciliación de los juicios siempre presentan al demandante una indemnización superior a la que solicita o le correspondería, para evitar la celebración del juicio y que salgan a la luz esos hechos”, sostiene el sindicalista Miguel Pereda.

La cadena, ante estas acusaciones, presume de convenio ya que ha sido reconocido en Bruselas, en el marco del Diálogo Social Europeo, como ejemplo de buenas prácticas con los trabajadores. “Está firmado por los sindicatos mayoritarios. Mercadona retribuye al personal base con un salario de más de 1.200 euros netos de entrada. Creemos que hoy en día lo hacen pocas empresas y así lo reconoce CC.OO”, explican desde el departamento de comunicación de Mercadona. Recuerdan además que CNT no ha obtenido representación sindical en sus centros de trabajo, aunque lo contrario sería imposible porque este sindicato no se presenta a las elecciones sindicales de ninguna empresa porque no le convence el sistema de presentatividad vigente.

Lo que no hay duda y el propio Juan Roig, presidente de Mercadona, lo ha reconocido en varias ocasiones, es que  son rígidos y exigentes con sus trabajadores y el cumplimiento de sus tareas