¡ Mentira podrida! (nota tablon)

¡MENTIRA PODRIDA!

Al paso que vamos, pronto veremos al representante de la empresa, hacer las reuniones de la misma manera que da Rajoy las ruedas de prensa: en una pantalla de plasma. Así no tendrá que responder con evasivas, a preguntas incómodas para las que parece no tener nunca respuesta; sabe que tiene asegurado el beneplácito y  la colaboración incondicional de los de siempre… ¡QUE VERGÜENZA!
La reunión duró más de dos horas. En ese tiempo, el representante de la empresa se limitó a leer el guión que traía escrito, y a cualquier argumento planteado, repetir: “ya he contestado”, “según marca el acuerdo”, “es tu opinión”, etc… Todo ello con el silencio cómplice de quienes se escudan en la mayoría para dejar a los trabajadores indefensos ante la voracidad de la empresa.
A la complicidad del silencio hay que sumar las ausencias cuando se están tratando problemas que planteamos los trabajadores. Entre ellas, merece mención especial la de los socios colaboradores de la UGT; les resulta tedioso aguantar dos horas oyendo argumentos defendiendo derechos de los trabajadores. Si no hay nada que votar, con el Secretario (MAM para más señas), y otro más, son suficientes. El resto de miembros de la sección sindical aludida, ni aparecen hasta la hora  de la votación. Que más les da, si el voto es siempre a favor de las propuestas de la empresa.
El desprecio y la falta de respeto con la que la empresa trata los problemas de los trabajadores, es intolerable, y choca con el mensaje que intentan trasmitir de que “lo más importante son las personas” ¡MENTIRA PODRIDA!  Los trabajadores somos para Michelin material de usar y tirar.
Por este motivo, y como muestra de rechazo a esta práctica, los delegados de la Sección Sindical y miembros del Comité de Empresa de C.G.T. excepto uno para tomar nota, decidimos abandonar (QUE NO HUIR), la reunión cuando la empresa se disponía a comunicar los días de cierre para GC. Asunto en el que el Comité solamente puede proponer otras fechas, o apoyar la propuesta de la empresa.
No se conforman con flexibilizar los sistemas de trabajo más allá de lo imaginable, aumentar los ritmos de trabajo como si fuéramos máquinas y repartir sanciones a diestro y siniestro “gracias” al  “RÉGIMEN DISCIPLINARIO” del Convenio General de Industrias Químicas, que más parece un código de justicia militar. Cada vez que aplican alguno de los acuerdos sacan tajada: o se quedan con días de permiso pagado, te quitan días de vacaciones, te engañan para que vengas a trabajar cuando no te corresponde, o te meten directamente la mano en el bolsillo.

¿Hasta cuando lo vamos a permitir?