¿Hablan en serio? ¿qué pretende realmente Fátima Bañez cuando habla de racionalizar los horarios? ¿terminar la jornada a las 6 de la tarde es algo que se puede proponer a quienes no tienen trabajo o a quienes prolongan sus jornadas más allá de lo imaginable? La propuesta de Báñez es desconcertante o directamente contradictoria en sí misma y dicha por decir algo, hablar por no callar. ¿Piensa realmente en acabar con el trabajo nocturno y los tercero, cuarto o quinto turno a que nos somete la productividad?

Precisamente, llevamos años de liberalización de horarios, de un abierto 24 h generalizado, incluídos festivos. Años en los que se viene realizando un volumen alarmante de horas extraordinarias, equivalentes al trabajo de 150 000 personas. Además, padecemos una nefasta reforma laboral que ha precarizado al máximo las condiciones de trabajo. Con este panorama nadie se cree el titular de prensa que la Ministra propició hace unas semanas.

Por supuesto que sería deseable que acotásemos las horas destinadas al trabajo asalariado para poder disponer de más tiempo que dedicar a todo aquello que o bien es necesario (trabajos domésticos, cuidados, descanso, salud…), o bien elegimos (participación social, aficiones, cultura…), pero nuestra forma de desearlo no es compatible con el modelo de mercado competitivo y voraz que defiende Bañez.

Proponemos el reparto del trabajo como la mejor manera de racionalizar los horarios, como la forma más honesta de afrontar el paro y la precariedad que tan desigualmente se distribuyen entre la población y entre hombres y mujeres. Lo proponemos además, desde un punto de vista decrecentista, lo que quiere decir que aspiramos a una sociedad en la que el crecimiento económico no sea el objetivo central sino que lo sea la satisfacción de necesidades personales y sociales, así como la protección de nuestro (y de las futuras generaciones), ya muy dañado, medio ambiente.

No parece que la Ministra de Empleo, la misma que está fomentando el trabajo más allá de la jubilación al permitir que el cobro de la pensión sea compatible con seguir trabajando (jubilación activa, han dado en llamar al invento), esté pensando precisamente en todo esto. No parece dispuesta a mostrarse desleal para con la productividad en pro de unos horarios más racionales, más al contrario, seguramente quisiera disponer con libertad de nuestros tiempos para ofrecerlos en sacrificio a la competitividad. Por ello, desconfiamos del verdadero propósito de Fátima con sus revelaciones ya que no creemos en los milagros. Milagros a Lourdes.

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