¿Que regula?

a) Nuestras actuaciones en materia de indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano, relacionados con nuestro ejercicio profesional.

b) La elaboración y validación de protocolos y guías de práctica clínica y asistencial para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica.

c) El procedimiento de acreditación de las enfermeras y enfermeros, como requisito previo y necesario para el pleno desarrollo de las actuaciones referidas a la indicación, uso y prescripción de medicamentos.

En realidad, la mayor parte de los cuidados de enfermería, se realizan mediante “uso” de medicamentos o productos sanitarios.

Así es que, este decreto recorta nuestra autonomía, hasta dejarla en un aspecto marginal de nuestro ejercicio profesional.

Fomenta la subordinación a los médicos y por tanto rompe el principio de colaboración imprescindible para el trabajo en equipo.

Lejos de solucionar algo, dificulta nuestro trabajo y pone en entredicho nuestra capacitación para funciones que venimos realizando actualmente empeorando nuestro servicio a la ciudadanía.

¿Que soluciona?

Nada.

En el uso, indicación y dispensación de medicamentos y productos sanitarios, se podría mejorar algunos aspectos y sin necesidad de decretos, como la dispensación de tiras reactivas para el control de glucemias capilares, o el colegio de médicos, podría pedir la finalización de la prescripción de pañales, que además deben ser visados por otros médicos, en fin deberían pensar en poner soluciones donde hay problemas, y no poner problemas donde en realidad no los hay.

¿Quien es responsable de este desastroso decreto?

En la negociación previa al decreto, participaron los consejos generales de los colegios de enfermeras y médicos y los sindicatos cooperativistas de SATSE y CEMS, así como el ministerio de sanidad.

A lo largo de las seudo-negociaciones, ni informaron, ni pidieron opinión, ni abrieron ningún espacio de participación. Negociaron a espaldas de todos y todas, en lo que llamaron la mesa sanitaria. Ahora, el Satse anuncia a los cuatro vientos que esta en contra del decreto pero… ¿Que ha hecho?

Entonces… ¿Cuál es la pretensión de este decreto?

Recaudar mediante los programas formativos

En el ámbito de los cuidados generales: 180 horas de formación .

En el ámbito de los cuidados especializados: 180 horas de formación

Y… ¿Quién se beneficiará?

Tanto el Colegio de enfermería como el Satse, ya tiene el material didáctico necesario para los cursos de acreditación ¿Casualidad?

¿Qué propone CGT?

Afirmarnos La competencia de las enfermeras, en el campo del “uso, la indicación y dispensación de medicamentos y material sanitario, en el ámbito de nuestras competencias”. Actualmente estamos acreditadas por nuestra formación, por nuestra titulación y experiencia, para usar, indicar y dispensar medicamentos y productos sanitarios en el ámbito de nuestra competencia, por lo que el curso de acreditación es innecesario.

Declaro pública y abiertamente mi desobediencia a esta ley, que recorta mi autonomía en el ejercicio de mi profesión, empeora las relaciones cooperativas con los médicos poniendo en riesgo la atención integral que merece la ciudadanía.

Exigimos la retirada de esta Ley regresiva

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