17 abril, 2016
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LaboralOpiniónPolítica
Sindicalismo de amiguetes (Por Rafael Cid)
por Colaboracionespor ColaboracionesCon 15-M o sin él, lo cierto es que el movimiento de protesta social que prendió espontáneamente en muchas calles y plazas del país contra el austericidio ha tenido cumplido reflejo en el panorama político. La ristra de elecciones habidas a lo largo de 2014 y 2015 (europeas, locales, autonómicas y nacionales) ha dado como resultado que el bastión partidocrático se fracture y se descredite.
El vendaval de los indignados, las plataformas y las mareas han puesto fecha de caducidad al bipartidismo, la fórmula oprobiosa con que el sistema de explotación y dominación se había hecho hegemónico. Una veces usando su cara A conservadora y otras utilizando la cara B socialliberal.
Y ese es un éxito evidente. Valió la pena. Al margen de lo que hagan o vayan a hacer las formaciones emergentes, a un lado y al otro del espectro político, hoy por hoy tienen justificada su apuesta ante sus públicos respectivos. Han sabido galvanizar la resistencia ciudadana en favor de sus alternativas.