La entidad, entre otras acciones, financió a fundaciones de PP, PSOE e IU con un millón al año, colocó a decenas de cargos en sus órganos, facilitó créditos personales a sus miembros, y además facilito tarjetas de crédito sin control, “tarjetas Black”,durante dos décadas. Hacienda quiere investigar a los 86 directivos que usaron las tarjetas, así como las responsabilidades tributarias de Caja Madrid como la de las personas físicas que recibieron esos ingresos.
CGT CONDENA EL EXPOLIO DE CAJA MADRID
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